En esta feria próxima a comenzar, hemos arrancado con el tradicional desenjaule, en otro tiempo, era un acontecimiento muy importante, y al que se acercaban con un lleno espectacular en sus tendidos
Si bien es verdad, que pasaron aquellos tiempos tantas veces evocados, en que por las calles y avenidas que conducían a las plazas de toros, se llenaban de curiosos, para ver el ir y venir de los concurrentes al coso taurino, que ya de por si constituía un agradable, bullicioso, alegre y pintoresco espectáculo que dejaba constancia, que nadie era ajeno, ni podía sustraerse a una tarde de toros. El gentío tomaba posiciones en puntos estratégicos de las calles, balcones y aledaños de las puertas de cuadrillas para ver y al ser posible cruzar la mirada, sonrisa o el saludo del matador del matador más o menos ídolo o figura, que lograba adueñase de su atención. Era aquel un arte de ese espectáculo gratuito, callejero, tan vistoso, tan alegre y tan simpático. Es por tanto verdad, que la fiesta de los toros, además de incertidumbre, seriedad, cogida y grito angustioso, nos ofrece vistosos momentos que captan la bondad, la luz, el colorido y no pocas veces la autentica alegría.
En esta feria próxima a comenzar, hemos arrancado con el tradicional desenjaule, en otro tiempo, era un acontecimiento muy importante, y al que se acercaban con un lleno espectacular en sus tendidos. El desenjaule o desencajonamiento de parte de las reses que se van a lidiar en la Feria, ha sido siempre el primer festejo con el cual se abría la cortina, que daba paso, a espectáculos mayores en la plaza de toros de la Glorieta. Y se caracterizo siempre, por ser festejo muy popular, y bien acogido; sobre todo por las gentes de la provincia, y también por los barrios de la ciudad, dándose un día de descanso después de tanta labor campesina. Por ello la plaza generalmente era, (hoy menos) un hervidero de gentes que venían a presenciar dicho evento con el fin de elegir entre las corridas, que saltaban a la arena, las de mejores hechuras, las más que se mostraban más codiciosas, más igualadas, en definitiva, era una muestra del sugestivo empaque o trapío de las reses, para aquellos que pasarían por taquilla.
El primer escaparate taurino fue para la torada de Olga Jiménez equilibrada de romana reunida y armónica, muy pareja y buenas hechuras, cómoda de cara, sin estridencias muy propia para el cartel de ese día. Se retiro con algunos aplausos.
La segunda en desencajonarse, fueron los Garcigrande, salió muy dormida, corrida bien rematada también muy en el tipo, que domina perfectamente Justo Hernández.
Vellosino, presento una corrida un punto más alto de los anteriores toros hondos, bien rematados, y buenas hechuras y caras más entipadas, y este cosecho aplausos, un poco más pronunciados que los anteriores.
Finalmente, los novillos de Montalvo, que pareció una novillada guapa, reunida y armónica con dos novillos en tono más alto y dos por debajo, y que también cosecho algunos aplausos. Como también se aplaudió de firma al camión que portaba los toros con un crespón negro en señal de duelo por Marce, que en tantas ocasiones transporto los toros del desenjaule. Y eso fue todo luego los alumnos aplicados de la escuela taurina de Salamanca tenían una clase práctica.
Con ganado de Esteban Isidro se lidiaron erales, de pelos jaboneros, que mansearon y sirvieron en la muleta; para estos alumnos aventajados de la escuela, que cumple cuarenta años. Con entrada libre de mucha gente joven que cubrió hasta la media plaza.
Álvaro Rojo se mostro firme de capote, y sorteo una faena con altibajos, tiro de la embestida del animal con buenas maneras, y se le nota progresando en el manejo de los trastos, firme y consecuente, tras un pinchazo y entera cobro dos orejas.
Diego Mateos, a portagayola, manejo bien el capote, faena variada, con mucho animo buscaba siempre colocación, corriendo bien la mano con suavidad, tiene recursos, y tras revolcón novilleril mato de entera caída y le dieron dos orejas y rabo. Y la vuelta al novillo, en fin, todo un derroche de cosas de esta plaza.
Noel García, toreo con asiento de capote, tiene un buen corte torero, compone bien la figura y maneja bien los brazos, tiene valor, comenzó de hinojos, también revolcón incluido , se le nota torero dominador, lo mato de entera trasera y varios descabellos aún así cobro otras dos orejas. Y salimos de noche claro… y faltaba llegar a casa…
Fermin González salamancartvaldia.es