Lunes, 08 de diciembre de 2025
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El 'quejío' del alma se sana con oro: la rompedora propuesta fotográfica de Luis F. Lorenzo
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El 'quejío' del alma se sana con oro: la rompedora propuesta fotográfica de Luis F. Lorenzo

Actualizado 04/09/2025 17:02

La exposición explora el sufrimiento anímico y su sanación a través de una técnica inspirada en el arte japonés del Kintsugi, reparando las imágenes con pan de oro para simbolizar la resiliencia

La Galería Luis Méndez de Salamanca se convierte en el escenario del trabajo más experimental del fotógrafo salmantino Luis F. Lorenzo. A través de su nuevo proyecto, titulado ‘QUEJÍO, transferencia del dolor’, el artista propone un viaje atrevido y sincero a las profundidades del sufrimiento anímico para explorar el resurgir de la vitalidad abrazada a lo auténtico.

La exposición se articula como una catarsis visual donde el dolor no se oculta, sino que se expresa y se transforma. Es una reflexión sobre esas heridas internas que, en palabras del propio autor, duelen "más a veces que el propio cuerpo".

El concepto central de la muestra se basa en el "quejío", esa expresión primigenia que externaliza una fractura interna. Luis F. Lorenzo lo describe como el momento en que "se nos rompe algo por dentro, se nos rasga el epitelio como una emulsión".

En su manifiesto sobre la obra, el fotógrafo detalla este proceso:

“Cuando duele el alma, más a veces que el propio cuerpo, surge la queja, surge la expresión, la externalización del dolor. Se nos rompe algo por dentro, se nos rasga el epitelio como una emulsión. Brotan humores, se sacuden los órganos y lloramos por dentro y después, por fuera.”

Lejos de quedarse en la oscuridad, el proyecto de Lorenzo busca la sanación a través de la luz y la reparación. La propuesta se inspira en la filosofía del Kintsugi, el arte japonés de reparar objetos rotos rellenando sus grietas con oro, haciendo de la cicatriz una parte valiosa y hermosa de la historia del objeto.

El artista utiliza esta metáfora para hablar de la resiliencia del alma, donde un destello de luz puede reparar la oscuridad más profunda.

“Esa luz dorada única del reflejo del sol en el oro dentro de la profunda oscuridad. Ese pequeño destello que une, que sosiega y que repara como si el Kintsugi anidase en lo más hondo del quejío”, explica Lorenzo.

El proceso técnico de la obra es tan significativo como su concepto. Lorenzo transfiere la emulsión fotográfica directamente al papel, un método que simboliza la liberación y la expresión directa del sentimiento. El uso de pan de oro para reparar visualmente estas "heridas" en la imagen culmina el proceso de sanación.

El objetivo final, según el fotógrafo, es un ejercicio de honestidad y fortaleza. Se trata de "deshacernos de lo superfluo, de lo externo, de lo prescindible y lograr que el quejío nos sane una y otra vez, haciéndonos más vulnerables y a la vez más fuertes". Una invitación, en definitiva, a "abrazar y ser abrazado".