El director de los Cines Van Dyck, Juan Heras, defiende la experiencia cinematográfica frente a las plataformas de streaming con una estrategia basada en la versión original, abonos a 4 euros y una programación de calidad para fidelizar al público adulto en Salamanca.
El director de los Cines Van Dyck, Juan Heras, ha hecho una defensa apasionada de la experiencia cinematográfica y ha presentado una estrategia tanto para el verano como para el futuro, basada en una programación cuidada, precios accesibles y una convicción innegociable: el cine es mucho más que ver una película.
"Decir que las plataformas te llevan el cine a casa es una mentira", ha afirmado. Para Heras, esta es la falacia fundamental sobre la que se construye la competencia. Su contraargumento es la base de toda su filosofía: la diferenciación radical entre el contenido y la experiencia.
Lejos de rendirse a la estacionalidad, los Cines Van Dyck han diseñado una programación de verano dual y estratégica. Mientras que la sede del centro comercial se enfoca en el público familiar, los cines de la calle Van Dyck mantienen una apuesta firme por su audiencia adulta. "Mantenemos muy claro que hay un público adulto que continúa, que no se va de vacaciones o que se va y vuelve, y que necesita el espacio del cine para llenar su día a día", ha explicado Heras.
Para este público, se ha consolidado el ciclo en Versión Original Subtitulada (VOSE), una cita que se extiende desde principios de julio hasta septiembre. La cartelera reciente y futura demuestra esta apuesta por un cine de autor y de calidad, con títulos como Misteriosa Asesinato a la Montaña, Lolita, El cuadro robado, Mi postre favorito o La acusación. A su vez, la oferta infantil y familiar no se queda atrás, con éxitos como Elio, Los pitufos, Superman, Parque Jurásico o Karate Kid, asegurando que todas las audiencias encuentren su lugar en sus salas.
Una de las iniciativas más consolidadas de los Van Dyck es su apuesta por la versión original, que va más allá del ciclo estival. Todos los lunes del año, salvo festivos, se proyectan películas en su idioma original con subtítulos. Y lo hace con un aliciente añadido: el precio es de Día del Espectador.
"La respuesta del público es buena", ha confirmado Heras. "Egoístamente, no olvides que ahora mismo si tú hablas inglés o estás estudiando inglés o francés, y tú ves una película en francés o en inglés, pagas un precio de 4,50 € y tienes dos horas de clase. Dos horas de clase valen un poquito más". Esta visión convierte la entrada de cine en una inversión educativa y de ocio, un argumento poderoso para el público joven y los estudiantes de idiomas.
La política de precios es otro de los pilares en la estrategia de los Van Dyck. Más allá de los lunes y miércoles como Día del Espectador, el abono para el ciclo de VOSE permite que cada entrada tenga un coste de solo 4 euros. Heras ha puesto esta cifra en un contexto cotidiano para subrayar su valor: "En estos momentos, yo creo que es en la ciudad de España que el cine es más económico. Tengo cafeterías aquí cerca del cine, donde un café vale 2,80 €. Entonces, una entrada de cine a 4 o 4,50 €, creo que no tiene comparación".
Además, ha adelantado detalles sobre la próxima gran cita para los cinéfilos: la Fiesta del Cine, que se celebrará en octubre. Durante cuatro días, el precio de la entrada será de 3,50 euros, "un verdadero regalo". Heras se ha mostrado optimista, esperando una "cartelera estupenda" con películas que, tras su paso por el festival de San Sebastián, apuntarán a los grandes premios como los Goya y los Oscar.
El núcleo del argumento de Juan Heras reside en una defensa filosófica del acto de ir al cine. "Son dos mundos completamente diferentes, no tiene nada que ver", ha insistido al comparar las salas con las plataformas. Para él, los servicios de streaming ofrecen "contenidos", pero el cine proporciona algo que no se puede replicar en casa: un espacio y una experiencia.
"El cine es un espacio físico donde tú has venido con tu amigo, con tu amiga o solo. Ese espacio físico que tú eliges un día con una película a una hora, eso no te lo va a llevar nadie a tu casa", ha sentenciado. Heras ha contrapuesto la rutina del hogar, "el mismo espacio todos los días, los mismos olores, colores o ruidos" con la deliberada elección de salir de lo cotidiano que supone ir a una sala.
La decisión de ir al cine es, en su visión, un acto de libertad y de creación de momentos únicos. "Es algo que eliges, igual que eliges cuando te vas dos días de vacaciones o te vas a ver un museo", ha ejemplificado. Es esta capacidad de generar una experiencia elegida, personal y memorable lo que, según Heras, garantiza la supervivencia y relevancia de la gran pantalla. "Hay una diferencia brutal y eso siempre salvará al cine".