Viernes, 05 de diciembre de 2025
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El alcalde de Cipérez explica que el incendio "se volvió a reactivar muy cerca de la fábrica y todo el pueblo enseguida se volcó"
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gran implicación vecinal

El alcalde de Cipérez explica que el incendio "se volvió a reactivar muy cerca de la fábrica y todo el pueblo enseguida se volcó"

Actualizado 18/08/2025 13:43

La comunidad, que no necesitó una orden de evacuación para ponerse a salvo, vive ahora en un estado de alerta permanente y colabora activamente en la vigilancia y extinción de los rebrotes.

La tensión y el miedo se han instalado en Cipérez, pero también un profundo sentido de comunidad y alerta. El gran incendio forestal que ha afectado al municipio en los últimos días ha dejado una cicatriz no solo en el paisaje, sino en el ánimo de sus vecinos. El alcalde, Juan Francisco Alonso, en una entrevista concedida a Radio Salamanca (SER), ha puesto voz a la angustia vivida, revelando que la localidad ha estado a escasos metros de una tragedia de proporciones inimaginables. Un tanque de propano de 60.000 litros se ha convertido en el símbolo de la delgada línea que ha separado a Cipérez del desastre absoluto.

El relato del alcalde es el de una batalla constante contra un enemigo impredecible. El fuego, en su avance más virulento, se ha detenido a una distancia crítica de puntos neurálgicos del municipio. "Justo a 50 metros, pues llegó", ha explicado Alonso refiriéndose a la proximidad de las llamas a la conocida fábrica de obleas de la localidad. Una distancia que, en el contexto de un incendio forestal, es prácticamente inexistente. Pero el verdadero peligro no residía en la propia fábrica, sino en lo que albergaba en su interior.

A 50 metros de la "catástrofe mayor"

El punto más crítico, el que ha mantenido en vilo a todo el operativo de extinción y a los vecinos, ha sido un depósito de combustible de enormes dimensiones. "Hay un tanque de propano de 60.000 litros, que podría haber provocado una catástrofe mayor", ha afirmado con rotundidad el alcalde. La contención del fuego en ese punto ha sido, por tanto, la clave para evitar una explosión que habría multiplicado las consecuencias del incendio de manera exponencial. Afortunadamente, como ha detallado Alonso, "se pudo atajar a 50 metros".

La cercanía del peligro no se ha limitado a la zona industrial. Las primeras viviendas del pueblo se encontraban a apenas cien metros de la fábrica, lo que ha elevado el nivel de alerta al máximo. Aunque no se ha llegado a ordenar una evacuación formal, la recomendación de las autoridades ha sido clara y la respuesta de los vecinos, inmediata. "Por recomendación se le decía que que salieran a las calles, pero no hacía falta porque estaban ya en ellas", ha comentado el regidor. La población de Cipérez no ha necesitado un aviso oficial para comprender la gravedad de la situación.

Una comunidad en estado de alerta permanente

La experiencia vivida ha transformado la vida cotidiana en el municipio. El miedo a las reactivaciones es una constante que mantiene a todos en vilo. El alcalde ha descrito un estado de vigilancia permanente que ha unido a los vecinos. "Prácticamente hacemos la vida en la calle expectantes, ante cualquier otra circunstancia, ante cualquier otra reactivación", ha señalado. Esta actitud proactiva ha sido crucial, especialmente durante los rebrotes del fuego.

Uno de los momentos de mayor tensión se ha vivido recientemente, cuando el fuego se ha reactivado muy cerca, de nuevo, de la fábrica de obleas. La respuesta ciudadana ha sido ejemplar. "Ayer se volvió a reactivar muy cerca de la fábrica. Todo el pueblo enseguida se volcó para allá", ha relatado Alonso. Esta movilización espontánea, fruto de una población "sensibilizada" y "preocupadísima", ha permitido atajar el conato en un instante, demostrando que la mejor herramienta contra el fuego es una comunidad preparada y unida.

La valoración de los medios de extinción

En cuanto al operativo desplegado para combatir el incendio, el alcalde ha ofrecido una visión con matices. Si bien ha apuntado a una posible demora inicial en la llegada de los efectivos —"a lo mejor quizá un poquito tarde"—, su valoración global del despliegue ha sido positiva una vez que se ha puesto en marcha. "Luego ya una vez que que llegaron efectivos 100 por 100 forestales, bomberos, patrullas de toda clase, e hidroaviones", ha enumerado.

El papel de los medios aéreos ha sido, a su juicio, determinante. La contundencia de los hidroaviones ha sido un factor clave para frenar el avance de un fuego de tal calibre que ha llegado a saltar a otros términos municipales, como el de Villar de Peralonso. A pesar de la eficacia de los medios, el incendio ha dejado un rastro de desolación y ha obligado a mantener patrullas refrescando el terreno de forma continua para evitar nuevas sorpresas desagradables.

Juan Francisco Alonso ha concluido su intervención agradeciendo la atención mediática, consciente de la importancia de visibilizar la dura realidad que han enfrentado. Mientras tanto, en Cipérez, la vida continúa en la calle, con la mirada puesta en el monte y la esperanza de que la pesadilla no se repita, sostenidos por la fuerza de una comunidad que ha mirado de frente al desastre y ha decidido plantarle cara.