El Instituto de Biología Funcional y Genómica (CSIC-USAL) lidera un proyecto internacional que crea FungAMR y ChroQueTas, dos herramientas que beneficiarán la vigilancia de hongos que afectan a la salud humana y la agricultura
Un equipo internacional de investigadores, con un papel protagonista del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG) -centro mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca-, ha dado un paso de gigante en la lucha contra la resistencia a los antifúngicos. Han desarrollado una base de datos y un software únicos en su campo, diseñados para vigilar y comprender los mecanismos que permiten a los hongos patógenos sobrevivir a los tratamientos.
Este avance llega en un momento crítico, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido recientemente la resistencia a los antifúngicos como una amenaza creciente y una prioridad sanitaria a nivel global. El proyecto responde a una necesidad urgente de herramientas específicas para el estudio de los hongos, que a menudo han quedado en un segundo plano frente a las bacterias.
La primera de estas innovaciones es FungAMR, una base de datos sin precedentes que centraliza y organiza la información sobre la resistencia fúngica. Este recurso monumental, creado en colaboración con la Université Laval de Canadá, contiene:
Toda la información ha sido meticulosamente clasificada según la evidencia experimental, convirtiéndola en una herramienta fiable y esencial para la comunidad científica mundial.
"La motivación de FungAMR residía en la imperiosa necesidad de poder tener una base de datos exhaustiva, detallada y fiable sobre mecanismos de resistencia a antifúngicos. Poder disponer de FungAMR en una interfaz web amigable e intuitiva va a facilitar mucho la utilidad por parte del usuario", destaca Christian R. Landry, investigador de la Université Laval.
De forma paralela, el equipo ha desarrollado ChroQueTas (Chromosome Query Targets), un software de código abierto pionero. Su función es analizar de forma rápida y precisa los genomas y proteomas de los hongos para detectar las mutaciones genéticas que les confieren resistencia a los fármacos.
Esta herramienta supone una revolución para la vigilancia genómica, permitiendo un cribado masivo de cepas fúngicas, ya sean de origen clínico o ambiental.
"En las pruebas que realizamos con genomas de estudios publicados, ChroQueTas ha reportado las mutaciones descritas con anterioridad de manera fiable, así como ha identificado mutaciones no reportadas previamente en esos genomas, lo que demuestra su potencial como instrumento clave para la vigilancia genómica", explica Narciso M. Quijada, investigador del IBFG.
El estudio subraya una preocupante conexión entre la agricultura y la salud humana. El uso intensivo de ciertos antifúngicos en el campo, especialmente los azoles, ejerce una fuerte presión evolutiva que favorece la aparición de resistencias.
Además, los investigadores han descubierto que muchas de estas mutaciones confieren resistencia cruzada, lo que significa que una cepa resistente a un fungicida agrícola puede serlo también a un fármaco clínico. Este escenario complica enormemente el tratamiento de infecciones y refuerza la necesidad de desarrollar nuevas terapias con mecanismos de acción diferentes.
Con el objetivo de acelerar la investigación a nivel mundial, ambas herramientas se han puesto a disposición de la comunidad científica de forma totalmente abierta y gratuita:
Esta iniciativa proporciona las herramientas necesarias para enfrentar una de las amenazas sanitarias más silenciosas y peligrosas de nuestro tiempo.
FungAMR está disponible en la plataforma Comprehensive Antibiotic Resistance Database (CARD: https://card.mcmaster.ca/fungamrhome) y ChroQueTas como software de código abierto (https://github.com/nmquijada/ChroQueTas), invitando así a la comunidad científica a utilizarlos y colaborar en su evolución.