La historia oculta de Mancera de Abajo: de Santa Teresa a América
La Diputación de Salamanca presenta la monografía 'Mancera de Abajo. Cuando la Historia despierta', escrita por Santos Martín López. La obra desvela la sorprendente historia de este pequeño municipio
Un pequeño municipio de apenas 200 habitantes puede albergar una historia que conecte la llanura salmantina con los virreinatos de América, la mística de los santos y los confines del Océano Pacífico. La Diputación de Salamanca ha presentado el libro 'Mancera de Abajo. Cuando la Historia despierta', una monografía escrita por Santos Martín López, hijo del pueblo, que rescata del olvido un legado extraordinario.
El acto ha contado con la presencia del diputado de Cultura, David Mingo, el alcalde de la localidad y también diputado provincial, Juan Carlos Zaballos, y el propio autor, Santos Martín. Acompañados por un grupo de vecinos de Mancera, han desvelado una obra que, en palabras de Mingo, es una “espléndida monografía” destinada a “divulgar, dar a conocer y transmitir la memoria de nuestros pueblos”.
Una historia que merecía ser despertada
David Mingo ha subrayado la densidad histórica de Mancera, un lugar que fue cabeza del señorío de las Cinco Villas y cuna de personajes ilustres. Ha recordado que por sus tierras pasaron figuras de la talla de Santa Teresa de Jesús, quien fundó uno de los primeros conventos para frailes, y San Juan de la Cruz, que tuvo allí su segunda residencia conventual. La historia del municipio está indisolublemente ligada a la Casa de Alba, con la llegada de don Pedro Álvarez de Toledo, y al posterior Marquesado de Mancera.
El diputado de Cultura no ha querido pasar por alto el motor humano detrás del proyecto, destacando con humor y reconocimiento la insistencia del alcalde. “Quien ha estado erre que erre insistiendo, quien ha estado poniéndose más que pesado, diría yo, pesadísimo, para que esta publicación salga adelante es el alcalde”, ha confesado Mingo, cediéndole el mérito de que el libro sea hoy una realidad. También ha informado de que se han editado 300 ejemplares de la obra, que tendrán un precio de venta al público de 12 euros.
El orgullo de un pueblo con legado universal
El alcalde de Mancera de Abajo, Juan Carlos Zaballos, ha expresado que “parece mentira que un pequeño municipio que apenas llega a los 200 habitantes tenga tan bonitos relatos que contar”. Zaballos ha desgranado los hitos que hacen única a su localidad, desde la influencia del señorío de los Álvarez de Toledo hasta el impacto arquitectónico del Palacio de Mancera, cuyos restos, según el catedrático Jesús Urrea, son el “prototipo de las casas palaciegas que se hicieron después en el nuevo mundo”, como el Alcázar de Colón en la República Dominicana o la casa de Hernán Cortés en Cuernavaca.
El regidor ha compartido anécdotas, como la existencia de la Isla Mancera en el Pacífico Sur, nombrada así en honor al marqués que luchó contra corsarios y piratas. Tambien ha dedicado un momento a hablar sobre el autor: “Santos Martín es una persona que nace en Mancera en el año 43 y tiene que abandonar el pueblo a los 16 años. 66 años después, se jubila y lo primero que hace es ponerse a estudiar la historia de su pueblo”, ha relatado Zaballos, lanzando una reflexión profunda: “¿Qué tienen los pueblos para que tengamos ese arraigo donde nos criamos, donde pasamos nuestra infancia, un pequeñito pueblo del que nunca o difícilmente se pierde el arraigo por mucho tiempo que pasa?”.
La voz del autor: un regreso a las raíces
El protagonista del día, Santos Martín López, ha explicado que su vínculo con Mancera nunca se rompió. Citando al poeta José Ángel Valente, ha encontrado la justificación a su empeño: “Alejarme solamente fue el hecho de quedar para siempre”. Para él, escribir este libro ha sido una forma de volcar el alma en la historia de su pueblo, marcada por “cuatro virreyes, un hijo de Cristóbal Colón al medio, la historia de Santa Teresa, la historia de San Juan de la Cruz”.
El autor ha detallado la estructura de su obra, que arranca en los orígenes documentados del pueblo hacia 1250 y narra la construcción del palacio, incluso desafiando una orden de paralización de los Reyes Católicos. También ha explicado la invención de la ‘mancerina’, una ingeniosa vasija creada por un marqués de Mancera para evitar que el chocolate caliente se derramara durante las tertulias. Este objeto, una especie de plato con un soporte central para la jícara, “llegó a popularizarse tanto que fue fabricada por las cerámicas de Alcora, Manises y Talavera” y su nombre “correrá por las tierras de Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia y Chile”.
Finalmente, Martín ha destacado que el libro no solo aborda la historia política y nobiliaria, sino que también rescata tradiciones que no quiere que se pierdan, como las fiestas de San Segundo. Antiguamente, este era el verdadero patrón de los enamorados en Mancera, y en su honor se “subastaban” cargos simbólicos para formar un ayuntamiento de mujeres por un día, quienes presidían los actos y abrían el baile. Una costumbre que, como la gran historia del marquesado, dormía en la memoria colectiva y que ahora, gracias a este libro, ha despertado para siempre.
