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Pánico escénico: un tipo de ansiedad social que va más allá de los escenarios
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Tips y estrategias prácticas

Pánico escénico: un tipo de ansiedad social que va más allá de los escenarios

Actualizado 07/08/2025 14:30

Existen algunas señales inequívocas que podemos identificar cuando sufrimos de pánico escénico, diferenciándolas claramente de un caso de nerviosismo

En muchas ocasiones, cuando hablamos de pánico escénico se nos viene a la cabeza la imagen de un actor o actriz que se queda en blanco encima de un escenario, por ejemplo, mientras interpreta una obra de teatro. Y realmente esto no difiere mucho de la realidad, sin embargo, lo cierto es que el pánico escénico puede aparecer en muchas otras ocasiones fuera del mundo artístico.

Un buen ejemplo de esto puede ser cuando hacemos una presentación de un proyecto, cuando tenemos que liderar una reunión o, más sencillamente, cuando acudimos a una entrevista de trabajo. En estas situaciones, el miedo escénico puede aparecer incluso si no hay una gran audiencia a la que enfrentarnos. Y es aquí donde nos toca poner en valor la gran importancia que tiene la salud mental y cómo debemos trabajar en ella de manera constante.

Por todo esto, en este artículo queremos profundizar un poco más en qué es exactamente el pánico escénico, cómo podemos diferenciarlo de otros tipos de ansiedad social y qué técnicas podemos aplicar para superarlo. Así, aprenderemos a tratarlo y a poner soluciones que nos resulten fáciles de incorporar en nuestro día a día.

¿Qué es el pánico escénico y cómo puede afectarnos?

El pánico escénico es una reacción fisiológica y emocional que aparece en nuestras vidas cuando nos exponemos a hablar frente a otras personas y puede aparecer a la hora de dar un discurso, de hacer una presentación en la oficina o de tocar un instrumento en un concierto. Este concepto va más allá de lo que generalmente asociamos a los nervios al expresarnos públicamente y puede incluir desde un aumento de la frecuencia cardíaca hasta sudoración excesiva, sensación de ahogo, temblores o quedarnos literalmente en blanco.

Se trata de una emoción que aparece cuando nos sentimos excesivamente juzgados o atrapados en una situación en la que estamos expuestos a las miradas y la opinión de una determinada audiencia. Esto provoca una gran frustración a nivel personal, afectando directamente a nuestra autoestima e impidiéndonos participar en eventos sociales, hablar en público o expresar nuestra opinión en una reunión de trabajo.

¿Cuáles son las diferencias entre el pánico escénico y la fobia social?

Muchas veces solemos confundir estos dos términos que, si bien se enmarcan dentro de los trastornos de ansiedad social, tienen características distintivas entre ellos. La fobia social o el miedo a la gente es realmente una ansiedad persistente que aparece en la mayoría de las interacciones sociales que llevamos a cabo en nuestro día a día, desde conversar con un desconocido hasta acudir a un evento donde va a acudir un gran número de personas. Por su parte, el pánico escénico se considera una variante de esta ansiedad social que aparece, de manera exclusiva, cuando tenemos que enfrentarnos a una presentación formal, profesional o pública.

En este sentido, la diferencia clave sería que una persona que sufre fobia social puede sentir incomodidad incluso a la hora de tener que iniciar una conversación casual, mientras que quien sufre pánico escénico puede relacionarse socialmente de manera normal, pero colapsa cuando se enfrenta a hablar ante un determinado público. Sea como sea, el primer paso para empezar a trabajar en cualquiera de estas situaciones es aprender a diferenciarlas. Del mismo modo que podemos entender cómo distinguir la depresión de la ansiedad también podemos comprender cómo diferenciar el pánico escénico de la fobia social prestando atención a nuestras emociones y reflexionando sobre qué nos ocurre y por qué para tratar de superarlo de manera específica y eficaz.

Señales y síntomas del pánico escénico

Existen algunas señales inequívocas que podemos identificar cuando sufrimos de pánico escénico, diferenciándolas claramente de un caso de nerviosismo. Entre los síntomas físicos más comunes destacan la respiración acelerada, la incapacidad para coger aire de manera profunda, las palpitaciones intensas o un punto de presión en el pecho. Además, también es frecuente que estos síntomas se complementen con pensamientos intrusivos sobre el fracaso o la vergüenza.

Otra de las señales que indican pánico escénico es evitar tener conductas de evitación, en las que rehuimos participar en reuniones, hablar en público o incluso hacer videollamadas para intentar esquivar la ansiedad. De igual manera, cuando nos vemos obligados a expresarnos en público podemos sufrir bloqueos mentales, dificultad para hablar y transmitir ideas, confusión o, directamente, quedarnos en blanco.

Cómo superar el pánico escénico: tips y estrategias prácticas

Superar el pánico escénico es una cuestión profunda que debe tratarse con el debido rigor y el acompañamiento psicológico pertinente. Se trata de un asunto de salud mental sobre el que se puede trabajar para ir mejorando nuestra capacidad de gestión de las emociones. Entre las estrategias más eficaces para superar el pánico escénico, aparte de la terapia, destacan las siguientes:

  • Técnicas de respiración y relajación: los ejercicios de respiración controlada, además de ayudarnos a calmar la ansiedad, son realmente eficaces a la hora de hacer frente al pánico escénico, ya que disminuyen la frecuencia cardíaca y nos ayudan a reducir los nervios.
  • Visualización positiva: esta es una técnica muy útil que nos permite imaginar cómo sería una presentación sin ansiedad. Se trata de un ejercicio mental que consigue reducir nuestras expectativas negativas y dirigirlas hacia un momento de paz, donde todo sale según lo esperado.
  • Práctica estructurada y gradual: una de las mejores técnicas para enfrentarnos al pánico escénico radica en practicar nuestro discurso de manera estructurada. Se puede empezar por leer nuestra intervención en voz alta, luego frente al espejo o grabándonos en vídeo para familiarizarnos con nuestra voz y nuestra manera de expresarnos. Después, podemos seguir practicando con una persona de confianza, con nuestro círculo familiar y de amigos o con un grupo reducido de compañeros de trabajo. Así, la practica potenciará la confianza y reducirá las posibilidades de sufrir pánico escénico en una situación real.