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Almendra echa el cierre a su residencia ante la falta de apoyo institucional y un coste inasumible de 60.000 euros al año
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ACOGÍA A 12 MAYORES Y GENERABA 9 EMPLEOS

Almendra echa el cierre a su residencia ante la falta de apoyo institucional y un coste inasumible de 60.000 euros al año

Actualizado 01/08/2025 11:41

El alcalde, Alejandro Benito, denuncia el abandono institucional, especialmente de la Diputación de Salamanca y la Junta de Castilla y León, y señala que los doce residentes ya han sido reubicados en residencias de la zona

El Ayuntamiento de Almendra ha tomado una de las decisiones más difíciles y dolorosas para un municipio rural: el cierre de su residencia de mayores después de tres décadas de su apertura. El alcalde de la localidad, Alejandro Benito, ha confirmado a este periódico la clausura del centro, una medida drástica pero inevitable ante una situación económica que se había vuelto insostenible y la palpable ausencia de respaldo por parte de las administraciones superiores. La casa asistida, que atendía a doce mayores y daba empleo a nueve personas, sucumbe a un déficit anual que, según fuentes municipales, ascendía a 60.000 euros, una cifra inasumible para las arcas de un pequeño Consistorio.

La decisión, aunque materializada ahora, es el resultado de una larga agonía financiera y burocrática. "He tenido que cerrar porque, si no, llevaba al Ayuntamiento a la ruina totalmente", ha confesado el primer edil, visiblemente afectado. Para Benito, este desenlace se veía venir desde hace tiempo. "Estas decisiones las tuvieron que haber tomado en 2020 después del COVID, porque fue cuando ya nos metieron la primera puñalada", ha señalado, haciendo referencia al momento en que las crecientes exigencias normativas y los costes comenzaron a asfixiar al centro.

Una crónica de un cierre anunciado: el coste de la adaptación

El principal escollo ha sido la imposibilidad de adaptar la infraestructura a la nueva normativa, que exige la conversión de las antiguas 'casas asistidas' en 'unidades de convivencia'. Una reforma de tal calibre, unida a los gastos operativos diarios, resultaba inviable sin una inyección de capital externo que nunca llegó. Pero, además, el coste económico por residente para el Ayuntamiento, unos 5.000 euros anuales, no ha hecho más que acelerar lo inevitable.

El consistorio ha explorado todas las vías posibles para evitar el cierre. Durante meses, se ha intentado adjudicar la gestión a empresas privadas y se ha contactado con diversas entidades del sector. Sin embargo, ninguna negociación ha llegado a buen puerto, "se ha hablado con varias empresas y no les interesa absolutamente a nadie".

"Nos han abandonado totalmente": la queja a la Diputación y la Gerencia

El alcalde de Almendra no ha ocultado su profunda decepción con las administraciones regional y provincial, a las que acusa de dar la espalda al problema. La sensación de abandono es un clamor en sus declaraciones. "La gerencia no se ha querido hacer cargo, nos han abandonado totalmente", ha lamentado. Su crítica más directa se dirige a la Diputación de Salamanca, cuya respuesta fue tajante y descorazonadora.

"Pude ver al presidente de la Diputación y me dijo que para la residencia no había un duro", ha revelado Benito, criticando que no se tenga en cuenta el empleo a nueve personas en un pueblo y el servicio que prestaba a 12 mayores, "y sin embargo te dan dinero para montar una pajarera si quieres. Lamentable". Esta negativa cerró la última puerta a la esperanza de obtener la financiación necesaria para mantener el servicio. El alcalde también ha mencionado la falta de acceso a otros fondos, como los europeos, que parecían inalcanzables para un proyecto de estas características. "Para la residencia no hay nada", ha sentenciado con resignación.

Solución para los mayores y un futuro incierto para el edificio

La máxima prioridad del Ayuntamiento, una vez asumido el cierre, ha sido garantizar el bienestar de los usuarios. Los doce mayores que residían en el centro ya han sido reubicados satisfactoriamente en otras residencias de la zona, concretamente en los municipios de Fermoselle, El Manzano y Villamayor, asegurando así la continuidad de sus cuidados.

Por su parte, las nueve trabajadoras del centro, según ha indicado el alcalde, eran conocedoras de la delicada situación desde hace aproximadamente un año. Ahora, el futuro del edificio se convierte en el nuevo reto para el Consistorio. El cierre se ha calificado como "temporal", una figura que permite mantener la puerta abierta a una posible reapertura si surgiera una entidad interesada en el futuro.

Mientras tanto, la intención de Alejandro Benito es buscar una nueva vida para las instalaciones. "Intentaré darle un uso subvencionable", ha afirmado. La idea es reconvertir el espacio en un centro que sí pueda optar a las ayudas que la Diputación u otras administraciones niegan a las residencias. Un centro de día o un local para actividades sociales podrían ser algunas de las alternativas para que el edificio no caiga en el olvido y siga prestando un servicio a los vecinos de Almendra.