Desde la Universidad Católica de Uruguay, la joven eligió Salamanca para su formación y encontró una ciudad universitaria que superó todas sus expectativas
Valentina Denicolay, una joven uruguaya de 21 años, llegó a Salamanca como parte de una movilidad internacional de la UPSA y terminó encontrando mucho más que formación universitaria, descubrió una vocación y un lugar al que ahora llama su segundo hogar. Su experiencia ilustra por qué la ciudad del Tormes se ha consolidado como un destino clave para estudiantes internacionales, y cómo una estancia temporal puede transformarse en un punto de inflexión personal y profesional.
Proveniente de la Universidad Católica de Uruguay, donde cursa Comunicación Audiovisual, Valentina eligió España para su semestre de cambio motivada por sus raíces familiares y un deseo de autoevaluación. "Toda mi familia básicamente es de España, entonces también era como ir a un lugar donde para mí es súper familiar", explica. Este cuatrimestre representaba una "prueba" para responderse preguntas sobre su capacidad de adaptación y sus planes a largo plazo.
Aunque Madrid figuraba entre sus opciones, la elección final recayó en Salamanca. La decisión, resultó ser la mejor posible. Le habían hablado de una ciudad "pequeña, donde había muchos estudiantes y buen ambiente tanto para estudiar como para salir de fiesta".
La idea de un entorno "súper caminable", sin grandes gastos en transporte, y la promesa de una comunidad cercana la convencieron. "Qué suerte que no me tocó Madrid, porque hubiera sido muy distinta la experiencia, como de gente y de cercanía", reflexiona Valentina, quien valora cómo el tamaño de la ciudad facilita la creación de vínculos sólidos.
Su paso por la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), conocida como 'la Ponti', ha sido clave en su balance positivo. Valentina destaca la calidad humana y profesional del profesorado. "Quieren ayudarte, quieren hacerte que la pases bien y que te vaya bien. No sentí que pusieran límites o trabas a la hora de estudiar", afirma, subrayando un apoyo constante.
La experiencia también le permitió contrastar modelos educativos. Mientras en su universidad en Montevideo todo es "bastante más práctico que teórico", en la UPSA encontró un enfoque mixto. Además, notó una diferencia cultural en la relación con los docentes: "Noté como que ustedes les tienen mucho más respeto a los profesores", comenta, explicando que en Uruguay la cercanía es mayor al ser un entorno donde los profesores pueden convertirse en colegas en el futuro.
Si hay algo que Valentina se lleva en el corazón son las personas. La calidez de los salmantinos y los lazos forjados superaron sus expectativas. "Me hice un grupo de amigos muy lindo, de la uni y de fuera, lo cual no me esperaba", confiesa. Para ella, el tamaño de Salamanca fue fundamental para estas conexiones: "Siento que siempre me encontraba más o menos con la misma gente. Esta cosa de que siempre te vas a encontrar con alguien que conocés y te la vas a pasar bien".
Su cumpleaños, a pesar de su "miedo" a celebrarlo lejos de casa, sus amigos le organizaron una fiesta sorpresa "temática de España, con caretas de famosos", un gesto que la emocionó profundamente. Y la realización de un informativo para la asignatura de Periodismo Televisivo, se sintió arropada por sus compañeros. "Me sentí muy contenida, sostenida... que si me equivocaba no pasaba nada. Y eso de verdad parece una boludez, pero en realidad es re importante cuando estás de otro lado", relata.
La experiencia en Salamanca no solo ha sido enriquecedora a nivel personal, sino que ha solidificado sus aspiraciones profesionales. "Estoy mucho más clara en lo que yo quiero para mi futuro a partir de lo que estudié en Salamanca", asegura con convicción.
El cuatrimestre le hizo darse cuenta de su verdadera pasión. "Ya me di cuenta que realmente me gustaría hacer un máster en Madrid en periodismo televisivo", revela, demostrando cómo una experiencia de intercambio puede ayudarte en tu camino profesional.
Al preguntarle si volvería, su respuesta es rotunda, "sí mil veces, me encantó. Siento que fue una experiencia recontra nutritiva". Su conclusión es la mejor carta de presentación para la ciudad y para la experiencia de intercambio, "si pudiera, me hubiera quedado". Un sentimiento que resume cuatro meses de aprendizaje, amistad y descubrimiento en el Salamanca.