Los que tenemos hijas está claro. Queremos que les vaya bien. Los que nos dedicamos a eso de lo “social” estamos un poco perturbados. Quizá la conciencia nos dificulta el disfrute de las comodidades de las que disponemos.
Claramente no considero que tenga más mérito por tener un trabajo y poder pagarle los estudios a mis hijas. Eso ya me lo proporcionaron mis padres a mí y a mi hermana.
Lo social se prostituye, se tiene que someter a normas estúpidas y a leyes injustas. No bastan objetivos grandilocuentes y no evaluables.
Nelson Mandela decía que la educación era el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.
La impotencia para influir en jóvenes y en administraciones para una mayor igualdad de oportunidades de los más desfavorecidos me quita el sueño.
Hemos creado asociaciones, empresas de inserción, cooperativas de iniciativa social, ciclos de formación profesional, etc. Pretendemos compensar la desatención y la falta de recursos para atender la diversidad. Pero sólo la integración social no basta en un mundo que permite la hambruna de Gaza y se queda de brazos cruzados ante las atrocidades de Israel y Hamás. ¿ Quién ha educado a esos soldados y a esos políticos?.
Lo social a veces parece ciencia ficción. La educación seria parece que es la que pare ingenieros, abogados, psicólogos y médicos. Es lo que soñamos muchos padres. Pero título sin conciencia tampoco vale.
Me quita el sueño no ser digno de confianza y no tener los suficientes conocimientos para las empresas ya emprendidas y de las que dependen tantas familias.
La ambición no es personal es un sueño colectivo. El sentido de la vida permite conciliar el sueño. La espiritualidad algunos parecen encontrarla viendo puestas de sol, mirando al mar, o viajando por las maravillas del mundo. En mi caso no he rehuído de todo eso pero sigo sin conciliar bien el sueño.
Hay muchas dolencias físicas que nos quitan el sueño y también emocionales. Las chicas y chicos que han tenido una vida de maltrato duermen mal y casi siempre tienen medicación.
Las víctimas de guerra de Gaza o Sudán qué tienen que hacer para conciliar el sueño mientras tienen el estómago vacío o han sido víctimas de violación.
Este desborde de catástrofes crea la necesidad de la búsqueda de Dios. Sería más necesario que nunca un Dios justo para todos. Los líderes humanos fallan.
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