"Para que la artesanía sobreviva debe ser rentable", afirma el orfebre salmantino que ha conquistado Estados Unidos

El taller Luis Méndez Artesanos, con su corazón productivo en Tamames y su escaparate al mundo en la calle Meléndez de Salamanca, ha vuelto a cruzar el Atlántico para demostrar que la artesanía tradicional no solo está viva, sino que es capaz de innovar y liderar. Recién aterrizado de Santa Fe (Nuevo México), el orfebre Luis Méndez celebra un nuevo hito en su ya laureada carrera: el prestigioso galardón a la Innovación en Diseño en el International Folk Art Market (IFAM), una de las citas más importantes del mundo para el arte popular.

Este reconocimiento no es fruto de la casualidad, sino de una relación consolidada a lo largo de los años. "Es nuestra participación número 14. Empezamos asistiendo en el año 2010 y no hemos dejado de formar parte de la oferta de la Feria", ha explicado Méndez. Este evento, que ha reunido a 150 expositores de todos los continentes, desde Ucrania hasta Chile, no es una feria al uso. Su filosofía se aleja radicalmente del modelo comercial europeo, centrándose en un objetivo primordial que el propio artesano salmantino ha subrayado como la clave de todo.

La rentabilidad como pilar de la supervivencia artesana

Frente a los modelos de negocio donde el organizador prioriza el alquiler del espacio, el IFAM de Santa Fe pone el foco en el creador. "Muchas veces, cuando nos planteamos métodos para conservar los talleres, no encontramos la fórmula secreta del éxito", ha reflexionado Méndez. "Y la única fórmula que hay es que los artesanos tengamos beneficios por nuestro trabajo, o sea, que nuestro trabajo sea rentable. Si el trabajo de un taller artesano obtiene una rentabilidad con la que los empleados pueden tener una vida digna, la artesanía no va a desaparecer".

Los datos de esta edición avalan esta visión: se han conseguido ventas por valor de 3,8 millones de dólares. Para Méndez, esta feria es un ejemplo de cómo se debe valorar y proteger el trabajo manual y auténtico. "El público compra porque valora la calidad y la autenticidad del producto", ha sentenciado. La propia directora del certamen, Stacy Algar, ha destacado el evento como un "ejemplo de resiliencia" en tiempos de desunión, donde el arte sirve de nexo entre culturas.

Innovar desde la tradición: un collar inspirado en los del traje de vistas de La Alberca

El premio a la Innovación en Diseño, esponsorizado por Joan y Bob Blazer, ha recaído en su espectacular collar, elaborado en oro y plata. Lejos de ser una anécdota, este galardón valida una línea de trabajo que el taller lleva desarrollando desde hace tiempo. "Un premio te ayuda a promocionar ese trabajo, esa investigación que hacemos los artesanos para conseguir nuevos productos", ha afirmado.

Méndez ha aprovechado para desmontar uno de los mitos más extendidos sobre el sector. "Muchas veces las tradiciones nos parecen algo estático, pero si nos damos cuenta, con el paso de los siglos, siempre ha habido épocas donde otras influencias se han mezclado. Al final, una tradición es un compendio de muchas influencias". Esta pieza premiada, según su creador, podría ser considerada en el futuro como una pieza tradicional de principios del siglo XXI, un testimonio de la evolución constante de una técnica ancestral como la filigrana.

El valor de sus creaciones queda patente en el mercado. Aunque el collar premiado no se vendió durante la feria, Méndez ha confirmado que sí vendió otra pieza de un valor superior y que uno de los dos ejemplares del collar galardonado ya forma parte de una colección particular en Salamanca.

De Tamames a la Calle Meléndez: un modelo de negocio dual

El éxito internacional de Luis Méndez Artesanos se sustenta en una estructura bien definida. El centro neurálgico de la producción se encuentra en Tamames, donde sus hermanos Raúl y Jerónimo dan forma a las joyas. Mientras tanto, Luis gestiona la galería de la calle Meléndez en Salamanca, que se ha convertido en su principal punto de venta y en un espacio cultural de referencia.

"Tenemos que agradecer a todos nuestros clientes locales, que tenemos muchos, y a nivel nacional también", ha comentado, destacando la importancia de su tienda física y su página de venta online. En la galería no solo expone su obra, sino que también acoge proyectos de otros artistas. Actualmente, se puede visitar una exposición del artista José María Benítez, comisariada por el colectivo El Cuchitril, que estará disponible hasta el 7 de septiembre. Posteriormente, para las ferias de la ciudad, inaugurará una muestra de fotografía con Luis Lorenzo.

El futuro de la filigrana: formación para asegurar el legado

Una de las cuestiones que más preocupan en el sector artesano es la continuidad. En el caso de la familia Méndez, la solución no pasa por la sangre. "El relevo generacional en la familia no lo va a haber. No tenemos hijos", ha admitido con franqueza. Sin embargo, esto no significa el fin del legado. La alternativa que han encontrado es la formación.

Luis Méndez ha impartido e imparte cursos y talleres en centros de arte y escuelas de joyería de toda España (Valladolid, Barcelona, Madrid) e incluso a nivel internacional, como en Colombia. Es su manera de asegurar que la técnica de la filigrana, históricamente ligada a lo popular por su capacidad de crear piezas vistosas con poco material, siga evolucionando y encontrando nuevas manos que la trabajen.

Mientras tanto, la actividad más inmediata les devuelve a sus raíces. El próximo 9 de agosto participarán en la segunda edición del Día del Libro de Tamames, en colaboración con la librería Víctor Jara y el ayuntamiento, donde realizarán una demostración de su oficio. Un gesto que cierra el círculo: del reconocimiento global en Santa Fe a la difusión de la cultura en su propio pueblo, demostrando que el valor de la artesanía no entiende de fronteras.

Fotos de Miguel A. González