Fue finalista del Premio Planeta en 2022 y ha recibido el galardón 'Ernst M. Hemingway' por sus novelas históricas que dan voz a la gente corriente.
Un escritor salmantino ha vuelto a colocar el nombre de la ciudad en el mapa literario internacional. Benito González García, cuya pluma ya rozó la gloria al ser finalista del prestigioso Premio Planeta en 2022, ha sido galardonado ahora con el Premio 'Ernst M. Hemingway', un reconocimiento que celebra su trayectoria y la solidez de una obra que, con solo tres novelas publicadas, ha demostrado una madurez y una profundidad extraordinarias. Este galardón, otorgado desde Florida, no solo premia su talento, sino que también subraya la universalidad de sus historias, arraigadas en la historia pero centradas en la humanidad de la gente corriente.
La noticia del premio llegó de forma inesperada, puesto que "las posibilidades eran menores porque cualquier universidad, cualquier ente oficial podía presentar sus candidatos", ha confesado González García en los estudios de SALAMANCArtv AL DÍA. La competencia era feroz, con autores de todo el mundo hispanohablante. Sin embargo, hace apenas unos días, la organización comunicó que el autor salmantino se encontraba entre los cuatro finalistas. Y poco después se confirmaba su victoria, coincidiendo con el aniversario del nacimiento de Hemingway. "Para nuestra sorpresa, el ganador he sido yo", ha relatado con una mezcla de orgullo y humildad.
Curiosamente, Benito no viajará a Florida para recoger el galardón debido a su miedo a volar. Siguiendo el precedente de un ganador español anterior, ha enviado un vídeo de agradecimiento que ya ha sido difundido en las redes sociales del certamen. "Se siente uno muy orgulloso como salmantino que soy. Quizás, pecamos algunas veces sin querer de sentirnos pequeños de cara a lo que hay de fuera", ha reflexionado.

La trayectoria de Benito González García es un ejemplo de éxito fulgurante basado en un trabajo constante y apasionado. Aunque siempre ha escrito, principalmente poesía, su salto a la novela ha sido contundente. Su primera obra (Tiempo de espinas, publicada en 2016), sobre la repoblación de Salamanca en el siglo XII, la autopublicó, movido por la cautivadora experiencia de dar vida a los personajes. Fue con su segunda novela, 'Barbarie' (publicada en 2012), ambientada en la entrada de los pueblos bárbaros en la península ibérica en el siglo V, con la que su nombre comenzó a resonar con fuerza.
En plena pandemia, la envió al Premio Ateneo Ciudad de Valladolid, donde quedó entre las cinco mejores. Poco después, animado por su entorno, la presentó al Premio Planeta. "Metí la cabeza entre los 10 finalistas. Eso sí, fue un momento estelar, ¿no?", ha recordado sobre la experiencia de estar en la gala de Barcelona. Aunque el premio fue para Carmen Mola, su nombre ya estaba en la primera línea de la literatura española.
Su tercera novela, 'La Sentencia', explora la caza de brujas en la Sierra de Salamanca a principios del siglo XVII, le valió el Premio de Novela Histórica en 2023, consolidando su prestigio en el género.

Para entender la sensibilidad de su escritura, es crucial viajar a su infancia. Hijo de emigrantes, pasó diez años en Alemania, una experiencia que le marcó profundamente. Allí, una profesora le inculcó el amor por la poesía del romanticismo germano, citando a gigantes como Friedrich Hölderlin y Heinrich Heine. "Empecé con 17 años escribiendo poesía en alemán", ha revelado.
Durante años, la poesía fue su principal canal de expresión, pero el salto a la novela le descubrió un nuevo universo. "Descubrí que un personaje te puede llegar a enamorar. Y esa sensación que tienes con ellos, en poesía no la tienes", ha explicado sobre su decantación por la narrativa, aunque sigue cultivando la lírica con el Grupo Homero, con quienes realiza recitales por toda la provincia.
El nexo común de su obra es un profundo interés por la Historia, pero no desde la perspectiva de los grandes reyes o batallas, sino desde la vida de los más humildes. "Mis novelas siempre están ambientadas hacia la gente humilde, la gente de pie, gente como nosotros, que les toca sobrevivir en momentos tan difíciles", ha afirmado. Este enfoque le permite construir ficciones conmovedoras sobre un contexto histórico rigurosamente investigado.

Jubilado tras 40 años de trabajo, primero en la Nachi y luego en Enusa, Benito González vive lo que él mismo describe como "un momento muy dulce". Su vida gira en torno a la literatura, compartiendo pasión con su pareja, Concepción Guinaldo, también escritora, y su activismo cultural con el Grupo Homero. Además, es un ávido coleccionista de vinilos, con más de 15.000 ejemplares, una pasión que le conecta con su adolescencia en Alemania y que le ha llevado a tener su propio programa de radio, 'Vinilos a 45', en Radio Oasis, desde hace más de 20 años.
Lejos de detenerse, ya tiene dos nuevas novelas terminadas y presentadas a certámenes. Una narra el viaje de una familia salmantina a Buenos Aires en 1634, y la otra, más corta y personal, es un homenaje a los niños emigrantes en Alemania. Y ya está inmerso en un nuevo proyecto ambientado en el siglo XIV. Su rutina es la de un artesano de las letras: se levanta a las seis y media y dedica las mañanas a escribir, buscando esa soledad que conoció en su juventud y que ahora es el crisol de sus historias.
Optimista sobre el futuro del libro físico, cree firmemente en la conexión sensorial que ofrece el papel. "El ser humano necesita tocar el papel, olerlo, palparlo, pasar la hoja... esa ceremonia le proporciona algo realmente maravilloso", ha concluido. Una defensa del formato tradicional que, sin embargo, no le impide mirar con recelo a los desafíos de la inteligencia artificial. Mientras tanto, Benito González García sigue escribiendo, demostrando que desde Salamanca se pueden contar historias capaces de conmover y ser premiadas en todo el mundo.

Fotos de David Sañudo