Viernes, 05 de diciembre de 2025
Volver Salamanca RTV al Día
Jarocho, burgalés de nacimiento pero salmantino de corazón: "La gente de Salamanca me quiere y ojalá pronto pueda torear en La Glorieta"
X

ENTREVISTA

Jarocho, burgalés de nacimiento pero salmantino de corazón: "La gente de Salamanca me quiere y ojalá pronto pueda torear en La Glorieta"

Actualizado 24/07/2025 10:31

El joven torero, que junto a su padre ha forjado su carrera en Salamanca, afronta este viernes un importante compromiso en Santander para lidiar toros de Victorino Martín en un cartel con El Cid y Roca Rey.

Comparten nombre, apellido, apodo y profesión. Roberto Martín ‘Jarocho’, padre e hijo, nacidos en Huerta del Rey (Burgos) aunque están profundamente vinculados a la ciudad de Salamanca. Actualmente residen en la capital, donde se preparan para sus compromisos profesionales. El padre, como reconocido banderillero. El hijo, como matador de toros, forjado además en la Escuela Taurina de la Diputación de Salamanca.

Es Jarocho hijo el primero en tomar la palabra en el precioso patio del Hotel Don Gregorio para hacer memoria y desvelar sus primeros recuerdos en materia taurina: “Desde muy pequeñito recuerdo ver los vestidos de torear y los trastos de mi padre por casa. Era algo habitual. Además recuerdo que cuando había festejos en el pueblo los toreros se vestían en la finca familiar y eso me llamaba mucho la atención”.

Desde niño vivió la profesión de su padre con absoluta normalidad: “Los días que toreaba en Madrid solíamos desayunar juntos y después él marchaba a torear y yo al instituto. Si toreaba cerca y yo intuía que iba a llegar pronto a casa me gustaba esperarle despierto para que me contase un poco como había ido la corrida. Son pequeños recuerdos que tengo de ese intervalo de tiempo hasta que yo decidí torear”.

Durante esos años se produjo la muerte de Víctor Barrio e Iván Fandiño, con la fatal casualidad de que Jarocho padre estaba ambos días en la plaza como banderillero: “Tanto con Víctor como con Iván tenía relación y uno no le da el valor suficiente a los toreros hasta que sucede una tragedia así. Me impactaron mucho las dos muertes, pero la de Víctor recuerdo que estaba en la finca jugando al toro con unos amigos y todo fue terrible. Además, tengo otro recuerdo muy bonito con él un día que toreó en mi pueblo y que se vistió en mi casa y después fui con él a la plaza sentado sobre sus piernas en la furgoneta”.

Jarocho, burgalés de nacimiento pero salmantino de corazón: "La gente de Salamanca me quiere y ojalá pronto pueda torear en La Glorieta" | Imagen 1

Pese a sentirse torero desde niño, Jarocho reconoce que nunca se vio siendo como uno de ellos y el fútbol ocupaba la mayor parte de su tiempo libre. “Con el paso del tiempo me di cuenta que lo que de verdad me llenaba era torear y fue cuando me apunté a la Escuela Taurina de Salamanca con 15 años”, explica, argumentando además los motivos de inclinarse por la institución charra para forjarse como torero: “Creímos que era la más adecuada tanto por cercanía como por el momento que atravesaba la escuela, además de que nuestras raíces son salmantinas y yo me siento salmantino”.

La etapa en la escuela la recuerda de la siguiente manera: “Viví una etapa muy bonita en la que todo es inocencia y apenas existen las preocupaciones. Recuerdo con especial ilusión la etapa como novillero sin caballos”. “Cuando maté mi primer becerro en Villoria jamás pensé que al año siguiente iba a poder torear casi cincuenta novilladas sin caballos o que debutaría con picadores en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo la temporada siguiente. Todo transcurrió muy rápido pero con total normalidad y naturalidad”, añade Jarocho.

La temporada de 2024 fue la de su eclosión definitiva, pisando escenarios de máxima relevancia y saliendo en hombros por la Puerta Grande en Las Ventas: “Todos soñamos con poder torear en sitios así y, por supuesto, el expresarse en plazas de esta categoría recompensa todos los esfuerzos”. Los días previos a su tarde en Madrid tuvieron una única preocupación: “El que iba a pensar la afición de Madrid sobre mí, sobre mi toreo, sobre mi concepto y si de verdad el toreo que yo sentía iba a gustar. Esa era mi mayor preocupación. Creo que el triunfo fue una consecuencia de expresar lo que uno lleva dentro y creo que fue una de las claves para triunfar, el no pensar en un triunfo y en salir a disfrutar”.

Apenas unos meses más tarde llegó la alternativa en Palencia, una tarde que afrontó con tranquilidad y teniendo en cuenta los consejos que previamente había recibido: “Todos los consejos coincidían en que era una tarde para disfrutar. Fue un día especial, era un sueño que tenía el poder convertirme en matador de toros y puedo decir orgulloso que he conseguido disfrutar de uno de los días más importantes de mi vida”.

El pasado día 29 de junio se presentó con éxito en Burgos como matador de toros en un cartel de lujo con Joselito Adame y Roca Rey: “Torear el día del patrón de Burgos con esas figuras del toreo es un sueño y creo que poco a poco van saliendo las cosas como siempre he querido”. Además, en Santander lidiará este viernes día 25 la corrida de Victorino Martín junto a El Cid y nuevamente Roca Rey: “Espero aprovechar esa oportunidad, disfrutar y que se me vayan abriendo muchas más puertas”. En el horizonte, sin duda, Salamanca: “Me haría mucha ilusión poder torear en La Glorieta, donde ya lo hice como novillero sin picadores y corté dos orejas. La gente de Salamanca me quiere y espero que pronto pueda estar anunciado”, sentencia.

Antes de ceder la palabra a su padre, habla precisamente sobre su relación con él: “Estamos prácticamente las 24 horas del día juntos. Es algo muy bonito el poder ayudarnos uno al otro en nuestro día a día y compartir profesión”. “Cuando salimos a la plaza la relación padre-hijo pasa a un segundo plano”, añade, finalizando del siguiente modo: “Es muy bonito compartir los triunfos con mi padre al lado”.

Jarocho, burgalés de nacimiento pero salmantino de corazón: "La gente de Salamanca me quiere y ojalá pronto pueda torear en La Glorieta" | Imagen 2

Jarocho padre: “Hay momentos muy duros como padre porque le exijo y le aprieto"

Jarocho padre toma el relevo a las palabras de su hijo recordando, en primer lugar, la vinculación de su padre con Salamanca, ya que nació en Boadilla. Con 12 años se puso por primera vez delante de una becerra y apenas un año después debutó en público. Tras una etapa como novillero puntero toma la alternativa en Burgos de manos de Joselito y con El Juli como testigo. La decisión de hacerse torero de plata la tomó del siguiente modo: “Quería torear en las ferias, estar en los carteles con las figuras y yo veía que ese sueño no podía alcanzarlo”.

Desde ese momento su trayectoria como banderillero ha sido muy exitosa: “No me arrepiento de la decisión que tomé, al contrario, creo que he acertado porque he podido conocer prácticamente todas las ferias de España y América acompañando a muchísimos toreros y disfrutando mucho”. Durante esos años vivió muy de cerca la muerte de Víctor Barrio e Iván Fandiño, algo que le cambia el semblante: “Fue muy desagradable. Ver morir a tu matador en la enfermería es algo muy duro”. “Tuve dos o tres años que lo pasé muy mal e incluso pensé en dejar de torear”, confiesa Jarocho, “pensé que no merecía la pena estar ahí”.

En medio de ese maremágnum de emociones su hijo decide ser torero y no dudó en apoyarle desde el minuto uno, incluso cambiando su lugar de residencia de Huerta del Rey a Salamanca, donde se trasladaron para facilitar la adaptación del joven a la Escuela Taurina. En Burgos queda parte de la familia, su mujer y otros dos hijos más pequeños: “Ellos entienden que nuestra profesión es así pero sí es verdad que hay días duros. Intentamos pasar el mayor tiempo posible todos juntos”.

Jarocho, burgalés de nacimiento pero salmantino de corazón: "La gente de Salamanca me quiere y ojalá pronto pueda torear en La Glorieta" | Imagen 3

La relación de Jarocho padre e hijo es “de torero a torero” tal y como él mismo manifiesta, aunque reconoce la dureza de tener que decirle la verdad: “Hay muchos momentos muy duros para mí como padre porque le exijo y le aprieto porque creo que los toreros tienen que tener esa exigencia de cruzar la raya, apostar con los toros y, muchas veces, tirar la moneda. Eso no es fácil cuando es tu hijo quien está delante del toro, pero tengo que hacerlo, no le puedo engañar”.

De todos los momentos que han compartido juntos, se queda con la Puerta Grande en Madrid. Además, añade que en su hijo ve condiciones que quizá él no tuvo en su momento como matador de toros: “Es un torero con mucha personalidad, con un gran concepto y con mucha naturalidad. Le veo cosas importantes, pero soy realista y sé que alcanzar un puesto de privilegio no es fácil porque aquí hay sitio para ocho o diez toreros. Pese a ello confío en que pueda abrirse un hueco porque es un torero diferente”.

Para finalizar, Jarocho manifiesta su deseo como padre: “Estoy muy contento porque quiero que mi hijo sea buena persona y feliz, y creo que a día de hoy lo es porque se siente realizado con lo que está haciendo”.

Jarocho, burgalés de nacimiento pero salmantino de corazón: "La gente de Salamanca me quiere y ojalá pronto pueda torear en La Glorieta" | Imagen 4