Los dudosos vendajes en los futbolistas

Últimamente en el fútbol se están prodigando muchos vendajes, especialmente en las manos, a la vista de todos. Algunos jugadores usan vendajes para dar soporte adicional a las articulaciones, mientras que otros pueden utilizarlos como una forma de ritual o amuleto de buena suerte. La gran cuestión es que han empezado a surgir comentarios tendenciosos sobre si ese sistema de vendajes esconden posibles metodologías de dopaje. Son palabras mayores, aunque todo está pendiente de demostración.

Algunos jugadores arrastran molestias o microlesiones y el vendaje ayuda a reducir el dolor o evitar agravarlas. A veces se usa vendaje incluso cuando ya están recuperados, como medida transitoria antes de jugar sin él. Muchos lo adoptan como cábala o hábito. Si ganaron un partido importante con las muñecas vendadas, probablemente repitan el gesto. El acto de vendarse puede ser un momento íntimo de concentración o una manera de "entrar en personaje" antes del juego.

Lo vimos hace tiempo en Benzema (Real Madrid), más recientemente a Lamine Yamal y Raphina (Barcelona). Algunos jugadores lo usan como parte de su “marca personal” (como las mangas largas de Totti o los calcetines bajos de Griezmann). Otros lo adoptan imitando a ídolos o compañeros. Sergio Ramos estaba vendado frecuentemente en la muñeca izquierda y acabó siendo una seña de identidad. Sumamos a otras figuras como Memphis Depay, Zlatan Ibrahimovic… Sin duda existe toda una “tipología” de vendajes futbolísticos (los protectores, los supersticiosos, los teatrales, los silenciosos...).

La asociación del uso de vendajes en las muñecas o manos con un posible acto de dopaje, tiene que ver más con sospechas aisladas o malinterpretaciones. Aun así, hay razones por las que algunos observadores podrían levantar la ceja:

1. Sospecha de ocultar microinyecciones o dispositivos de administración de sustancias. En casos extremos, se ha insinuado que bajo ciertos vendajes se podrían esconder microagujas o parches transdérmicos que administren sustancias prohibidas de forma continua y discreta. También reservorios de sustancia, en formas líquidas o en gel, de aplicación tópica o subcutánea. Esto, aunque suene a ciencia ficción, ha sido explorado en investigaciones antidopaje (más en el ciclismo o atletismo que en fútbol), donde se buscaban nuevas vías de administración no detectadas en controles tradicionales.

1. Comportamientos sospechosos o inusuales. Si un jugador usa vendajes muy gruesos, de manera repentina o sin justificación médica conocida, puede generar suspicacias, especialmente si lo hace en zonas donde no se suele proteger. También si los cambia discretamente en el descanso o tras el partido. Incluso si se niega a que los revise un médico del equipo contrario o el cuerpo arbitral.

Aunque no hay casos confirmados de dopaje en fútbol que hayan involucrado vendajes en las muñecas como método de ocultamiento, el deporte vive bajo el escrutinio de periodistas, cuerpos médicos y aficionados. En tiempos donde se han conocido dopajes por métodos sofisticados (como transfusiones, microdosis o manipulación genética), cualquier detalle raro llama la atención.

En algunos deportes, ciertos geles analgésicos o antiinflamatorios pueden contener corticosteroides o sustancias prohibidas si no se declaran. Si un jugador se aplica repetidamente productos bajo el vendaje, podría generar dudas si el producto no fue declarado ante el cuerpo médico.

El uso de vendajes en las muñecas no es en sí una señal de dopaje, pero puede levantar sospechas si se da en contextos poco claros o con otros indicios.