Este nuevo espacio lúdico, fruto de la colaboración público-privada, busca ofrecer un oasis de esperanza y alegría a los niños hospitalizados, especialmente a los pacientes oncológicos.
La voz de María Caamaño, firme y cargada de una emoción que ha contagiado a todos los presentes, ha resonado esta mañana en la azotea del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. No era un discurso más, sino la culminación de una batalla personal y colectiva, la materialización de un anhelo que hoy florece en forma de jardín. "Muchas gracias de corazón por ayudarme a conseguir este sueño, El Jardín de María", han sido sus primeras palabras, inaugurando oficialmente un espacio que trasciende el cemento para convertirse en un oasis de esperanza en el corazón del hospital.
Este proyecto, impulsado por la propia María, una joven salmantina que ha luchado valientemente contra el cáncer, ha transformado una fría terraza hospitalaria en un vibrante espacio lleno de vida. La iniciativa, arropada por su asociación 'La sonrisa de María', ha conseguido unir a las administraciones públicas y a la sociedad civil en un objetivo común: ofrecer un respiro a los más pequeños durante sus estancias hospitalarias. El resultado es un lugar pensado para el juego, la distracción y, sobre todo, para la sanación emocional.
En su intervención, María ha definido con una claridad conmovedora el propósito de este nuevo rincón. "Este jardín es un espacio lleno de esperanza, color y alegría para todos los niños y niñas que estamos pasando por momentos difíciles, en especial los que estamos luchando contra el cáncer", ha explicado. Sus palabras dibujan un paisaje que va más allá de lo físico; un refugio diseñado no solo para los pacientes oncológicos, sino para cualquier niño que necesite un momento de evasión. "También será especial para los niños que vengan al hospital para que puedan distraerse", ha añadido, subrayando el carácter inclusivo y abierto del jardín.
El acto de inauguración ha contado con una notable representación institucional, encabezada por el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo. Ambos han escuchado atentamente el discurso de María, quien también ha tenido un recuerdo para el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, ausente en el acto pero a quien ha reconocido como "también importante" en la consecución de este sueño. La colaboración entre administraciones ha sido un pilar fundamental, demostrando que la voluntad conjunta puede mover montañas, o en este caso, construir jardines en las alturas.
Uno de los momentos más emotivos del discurso ha llegado cuando María ha recordado a aquellos que no han podido ver este sueño hecho realidad. Con una madurez y una sensibilidad sobrecogedoras, ha compartido un pensamiento que ha calado hondo en todos los asistentes: "Aunque hay compis que no les ha dado tiempo a verlo, seguro que hoy desde el cielo sonríen un poquito más". Esta frase encapsula el espíritu del jardín: un homenaje a la memoria, un faro de esperanza para el presente y un legado de fortaleza para el futuro.
La generosidad no solo ha venido del sector público. María ha querido agradecer explícitamente el apoyo de figuras clave del ámbito privado. "Por último, dar las gracias a Sergio y a la familia Burujú, que también han sumado en esta lucha", ha afirmado, destacando cómo la solidaridad ciudadana ha sido crucial para completar el proyecto. Este jardín es, por tanto, un tapiz tejido con hilos de esfuerzo público, generosidad privada y, sobre todo, con la determinación inquebrantable de una joven y su familia.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha asistido hoy en el Hospital Universitario de Salamanca, al acto de presentación de la terraza “El jardín de María”, un espacio que se ha construido en homenaje a María Caamaño, la “Princesa futbolera guerrera”, afectada por un sarcoma de Ewing, y galardonada con el Premio Castilla y León de Valores Humanos y Sociales, en su última edición.
El político salmantino ha señalado que esta iniciativa, pionera en la Comunidad, es "un ejemplo del compromiso de la Junta de Castilla y León por humanizar la asistencia sanitaria y cuidado a la infancia, buscando un contenido terapéutico y dando un respiro entre tratamientos o ingresos hospitalarios a los niños y niñas y a sus familias".
Esta iniciativa supone "un paso más en la humanización de la atención pediátrica en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca y en el resto de la Comunidad, ya que contribuye a mejorar la experiencia hospitalaria de los menores ingresados, reduciendo el impacto emocional que puede entrañar el ingreso hospitalario", añadía.
Detrás de cada flor y cada juego de 'El Jardín de María' se encuentra el impulso incansable de su asociación y su círculo más cercano. La joven no ha olvidado a quienes han sido su sostén en los momentos más duros. "Gracias a toda mi familia y a las personas de mi asociación, 'La sonrisa de María', por acompañarme y luchar conmigo siempre", ha concluido, cerrando un discurso que ha sido, en sí mismo, una lección de vida, gratitud y resiliencia.
Con la apertura de este espacio, el Hospital de Salamanca da un paso de gigante en la humanización de la asistencia sanitaria. Proyectos como 'El Jardín de María' demuestran el profundo impacto que el entorno tiene en el bienestar de los pacientes, especialmente de los más vulnerables. No es solo un área de recreo; es una herramienta terapéutica, un lugar donde se pueden crear recuerdos felices en medio de la adversidad y donde, como bien dice el nombre de su asociación, se cultivarán innumerables sonrisas. Un sueño que, desde hoy, ha echado raíces en lo más alto del Clínico para florecer cada día.
Fotos y vídeo de David Sañudo