Cazar al inmigrante

En esta colaboración, aunque me lo pida el cuerpo, no utilizaré insultos ni palabras gruesas, como podrán comprobar, todas ellas están recogidas por la Real Academia de la Lengua Española. Lo hago para que no se me acuse de alimentar el discurso del odio. Porque lo cierto es que yo no odio a los autores de actos violentos contra los colectivos LGTB, ni contra las mujeres o los inmigrantes; simplemente me dan pena. Me dan pena las pobres justificaciones que anidan en sus limitadas mentes. Me dan pena porque viven en un permanente rechazo a todo lo distintos, porque viven encerrados en sus estrechas burbujas de aversión y rencor, y con todo ello se pierden la extraordinaria posibilidad de aprender cosas nuevas, de creer y llegar a ser adultos y responsable. Me dan pena porque están infantilizados.

‘Cazar al inmigrante’ parece ser la consigna de los grupos de fanáticos de la extrema derecha siempre liderados por violentos y megalómanos dictadores, o aspirantes a serlo, que se extiende peligrosamente. Les dejo a su criterio identificar a algunos.

El caldo de cultivo de lo ocurrido en Torre Pacheco es el mismo que el de otras salvajadas similares, desgraciadamente cada vez más frecuentes, que son alentadas, por ejemplo, por las palabras que algunos días antes pronunció la diputada ultra radical de Vox Rocío de Meer. Ella defendió (siguiendo las consignas de su jefe de filas y sus satélites e imagino que también de acuerdo con sus propias creencias) la expulsión de "millones de inmigrantes" si no se "adaptan" a la cultura española. Una pregunta ¿Señora de Meer a qué se refería usted en concreto a la cultura ibera o la celta, a la fenicia, la griega, la romana, la visigoda, la árabe, la judía; porque somos un crisol[1] de todas ellas?

El detonante fue la brutal e inaceptable agresión sufrida el pasado 9 de julio por una persona de 68 en el citado pueblo murciano por parte de 3 jóvenes. Al día siguiente el alcalde, Ángel Roca Tornel del Partido Popular, que en una entrevista y preguntado por los hechos afirmó que no se quería meter en política ¿y entonces para qué se presentó a las elecciones municipales, Señor mío? Pues como iba diciendo, al día siguiente, el Sr. Roca Tornel, convocó una concentración en la Plaza del Ayuntamiento con el lema "Torre Pacheco, libre de violencia, libre de delincuencia". A la misma asistieron cientos de vecinos, entre ellos muchos de origen magrebí que llevan varios años viviendo en la zona.

Todo fue bien hasta que aparecieron grupos de jóvenes radicales de ultraderecha, venidos de fuera según parece, lanzando sus poco originales consignas "moros hijos de puta", “volver a vuestro país”, incluso gritos de "viva Franco". Síntoma claro de que no dan para mucho más las escasas neuronas que reunían entre todos esos energúmenos[2].

El caso es que esos energúmenos con sus exigencias de echas a los inmigrantes del país ponen de manifiesto su necedad[3]. Si los españoles no quieren recoger las cuantiosas y expendidas cosechas de sandía y melones con Indicación Geográfica Protegida (IGP) de la zona ¿quién lo haría? ¿ellos? ¿los hijos de la Señora Rocío de Meer o sus colegas de partidos? La verdad, no les haciendo estos penosos y mal pagados trabajos.

Y la pregunta, en mi opinión, más importante es ¿por qué estas cosas pasan en Torre Pacheco (Murcia) o en El Elegido[4] (Almería) y no en Pozuelo de Alarcón, en la Moraleja o el Barrio de Salamanca de Madrid? La respuesta es evidente. Los que residen en estos selectos lugares son gente rica a los que eufemísticamente llamamos “extranjeros” para diferenciarlos de la gente pobre a la que nos referimos como “inmigrantes”. Lo que se odia es la pobreza y todo lo que la rodea. Sufrimos de lo que acertadamente denominó la filósofa Adela Cortina, aporofobia[5].

¿Quién creen estos descerebrados[6] que les ha dado el derecho de propiedad privada de un país, el de disfrutar de comida, agua, educación, sanidad… y sobre todo de una libertad, de la que hacen un pésimo uso, pero de la que disfrutan? ¿Su nacimiento? Porque si creen eso, si creen ser unos elegidos para la gloria por los dioses, están muy equivocados, sólo el azar y no el destino es el responsable. Podrían haber nacido en Marruecos, Senegal, Nigeria o en la franja de Gaza. Podrían haber sido hijos o hijas de esclavos en las mimas de diamantes de algún país africano, de personas explotadas sexualmente por alguna mafia o de víctimas masacradas por algunos de los muchos genocidas de la historia. Su egocentrismo es también una lapidaria una prueba de su estupidez[7]. Por cierto, el escritor, poeta, dramaturgo francés, Pierre-Jules Renard decía que: No se puede hablar de estupidez humana. Humana sobra, porque realmente los únicos estúpidos son los seres humanos.

A lo que sufren estas personas, en su mayoría jóvenes, lo llama el filosofo José Antonio Marina en su último libro (que tengo la intención de comentar la próxima semana) virus mentales y propone una vacuna.

Marco Aurelio, el último de los conocidos en Roma como los Cinco Emperadores Buenos, escribió en su libro “Meditaciones”: Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad.

Y quiero terminar con una frase que se ha atribuido a muchos autores, incluso hay quien afirma que se trata de un viejo proverbio árabe: No vemos las cosas como son, sino como somos. Piensen sobre ello.

[1] Crisol es un proceso de depuración donde se eliminan impurezas o aspectos negativos para obtener algo más puro o valioso.

[2] Energúmeno proviene del griego antiguo "influenciado" o "poseído"

[3] Del latín "nescius", que significa "ignorante" o "desconocedor"

[4] En el año 2000 el desencadenante fue el asesinato de tres vecinos españoles de El Ejido a manos de diferentes inmigrantes marroquíes, trabajadores de los invernaderos. Según relató el diario El País, «decenas de vecinos arrasaron locales con sello extranjero, una mezquita, locutorios telefónicos, carnicerías y restaurantes e incendiaron varios coches».

[5] Según el Diccionario de la Lengua Española se trata de un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo intenso, persistente e irracional a objetos, situaciones o actividades específicas que en realidad no representan un peligro real.

[6] De muy escasa inteligencia.

[7] Se refiere a la característica de una persona que carece de inteligencia o buen juicio.