La euforia con la que los compromisarios del PP escenificaron unidad y compromiso con su líder, Feijóo, el pasado fin de semana, después de celebrarse el congreso nacional de su partido, se ha convertido en impotencia y rabia ante la incapacidad política mantenida por este personaje de cartón piedra en el debate parlamentario en el que Pedro Sánchez comparecía en el Congreso de los Diputados para informar del caso de corrupción de Santos Cerdán, Ábalos y Koldo.
Feijóo se comportó como un vil e indecente individuo que sabe que le darán el “puntapié” en muy poco tiempo en su formación política si no accede inmediatamente al poder. Y, por el camino que va, es difícil que acceda, porque los socios del Ejecutivo no quieren ni oír hablar de un posible gobierno presidido por PP y VOX, puesto que es entregar el gobierno a la derecha extrema más reaccionaria y atrabiliaria. Feijóo sabe perfectamente que Ayuso tiene permanentemente la espada de Damocles levantada y amenazante y en cualquier momento puede decapitarlo. De ahí la ansiedad que padece; algo que, estoy convencido, le pasará factura más pronto que tarde.
Feijóo no aportó ninguna idea ni propuesta para luchar contra la corrupción, sólo insultos, descalificaciones, calumnias y acusaciones falsas; sobre todo, y en este caso, contra el suegro del presidente del gobierno, fallecido hace años y por unos presuntos negocios de saunas que el PP insiste en relacionar con la prostitución, cuando nunca ha sido probado tal extremo. Es de una bajeza moral indescriptible que Feijóo le espete al presidente del gobierno que se ha beneficiado “a título lucrativo” del “negocio de la prostitución de su suegro”, con la única intención de hacer daño gratuitamente a Pedro Sánchez. ¡Qué mala sangre tenemos, señor Feijóo!
Este comportamiento de Feijóo es, además de necio, suicida, porque parece desconocer que desde el lugar en el que el PP hace política, desde el sitio en el que se reúnen, hacen ruedas de prensa, dicen barbaridades e insultan, la sede nacional del PP, de Génova 13, en Madrid, fue reformada con dinero negro. Así se probó en sentencia judicial condenatoria. Por su parte, también hay que recordar que su partido, el PP, fue fundado originariamente por otro personaje siniestro del régimen franquista, Manuel Fraga, que dirigía las torturas que infligían a dirigentes de la oposición a los “Principios del Movimiento Nacional” que surgió de la “Guerra Incivil” provocada por un golpe de Estado a un gobierno democrático como el de la Segunda República Española. Señor Feijóo, siguiendo su endiablada tesis y sus disparatadas teorías, ¿no es esto beneficiarse “a título lucrativo” de la creación de un partido político en aquéllas circunstancias? Incluso yendo a otras vicisitudes del PP que todos conocemos, ¿le traiciona el subconsciente a Feijóo y está admitiendo que él se benefició “a título lucrativo del narcotráfico de Marcial Dorado” o Ayuso del presunto fraude fiscal de su pareja?
Feijóo, como el resto de políticos de la derecha extrema del PP y de la extrema derecha de VOX, siguen las teorías reaccionarias del pseudo sindicato “Manos Limpias” y de la plataforma ultra conservadora “Hazte Oír”, quienes denuncian cualquier actuación de la izquierda política y social por meras presunciones y sin prueba alguna, ante jueces amigos que saben que iniciarán la investigación, por muy esperpéntica e irracional que sea, con la finalidad de generar opinión, con falsedades que calan en sectores de la opinión pública que están deseando derrocar a gobiernos de izquierdas e instalar un Régimen ultra liberal e ignominioso similar al de Trump en USA y de terror, como el franquista.
Feijóo ha cruzado todas las líneas rojas simplemente porque quiere gobernar como sea, no importan los medios con tal de conseguir el tan ansiado fin de llegar al poder. Ya lo decía Machado en sus famosos versos del poema “he andado muchos caminos”, definiendo muy bien lo que era la “mala gente”:
“Mala gente que camina
y va apestando la tierra…”.
Feijóo, en su indigno y vergonzoso comportamiento, me trasladó a una de las escenas más conocidas de la gran película ganadora de 11 Óscar, “Ben Hur”, la carrera de cuadrigas y cómo Mesala, furioso e impotente porque presentía que no podía ganar a Judá Ben Hur, practicó las malas artes y las trampas; lo primero, utilizando un carro griego, puntiagudo, equipado con cuchillas en los cubos de las ruedas para incapacitar a sus competidores, ya que al penetrar en las ruedas de los carros de los adversarios les seccionaba los radios, quedando inhabilitados y fuera de combate y, después, usando directamente el látigo para azotar a Judá e impedir a toda costa que ganase la carrera. Así es Feijóo, un personaje siniestro, cuyo único propósito –en argot futbolístico- es ganar el partido, comprando al árbitro si es necesario y rompiendo las espinillas a los adversarios.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.