La 'fábrica' de Salamanca que produce profesores y atrae a miles de extranjeros cada verano

El calor estival no solo ha llenado las terrazas de Salamanca, sino también sus aulas. La ciudad vive en plena efervescencia su temporada alta como capital mundial de la enseñanza del español, con las calles convertidas en un vibrante mosaico de nacionalidades. Es el momento de "recoger la cosecha", como ha afirmado Miguel Ángel Benito Sánchez, presidente de la Federación de Escuelas de Español de Castilla y León (FECEI) y director del Colegio Delibes, quien ha analizado para este periódico la salud de un sector que se muestra "fuerte" y en plena expansión.

Aunque las cifras definitivas de este verano aún están por consolidarse, las perspectivas son optimistas. El sector espera superar los datos del año pasado, cuando las escuelas de español asociadas movieron a cerca de 26.000 estudiantes. Si se suman los alumnos de la Universidad de Salamanca (USAL) y la Universidad Pontificia (UPSA), la cifra total para la ciudad ha rondado los 36.000 visitantes idiomáticos, un motor económico y social de primer orden.

Un ecosistema de colaboración: universidades y Ayuntamiento

El éxito del modelo salmantino no es casual, sino fruto de una sólida red de alianzas. Benito ha destacado la "excelente relación" que mantienen las escuelas tanto con la USAL como con la UPSA. De hecho, ha subrayado la existencia de un convenio específico con la Pontificia "por la que nos acreditan, nos sirvan los créditos de algunos cursos", lo que demuestra una sinergia académica fundamental.

Esta colaboración se extiende al ámbito institucional. La comunicación con el Ayuntamiento de Salamanca es "muy fluida", según Benito, quien ha puesto en valor el convenio que se renueva anualmente desde hace más de una década. A través de este acuerdo, el consistorio no solo financia partidas de gasto, sino que impulsa al sector mediante la oficina Salamanca, ciudad del español.

"A través de las promociones, a través de material para distribuir en ferias, a través del apoyo para solucionar problemas... es un valor añadido incalculable", ha señalado el presidente de la federación, reconociendo el papel clave de esta oficina dirigida por Carmen Ballesteros.

¿Quiénes son y de dónde vienen los estudiantes de español?

El perfil del estudiante que elige Salamanca es tan diverso como el mapa mundial. Con más de 40 nacionalidades representadas, la ciudad se convierte en un crisol de culturas. Durante el verano, el perfil predominante es el de jóvenes estudiantes de bachillerato, que suponen entre el 75% y el 80% del total. Junio, en particular, es un mes con una fuerte presencia de estudiantes norteamericanos, especialmente en el ámbito universitario.

El resto del año, el grueso de los alumnos de las escuelas procede del centro y norte de Europa, con Francia, Alemania, Inglaterra e Italia a la cabeza. Sin embargo, con la llegada del otoño, el perfil cambia y aumenta la presencia de estudiantes adultos y universitarios que buscan una inmersión más prolongada.

Más allá de las aulas: el modelo de inmersión total

Vender un curso de español en Salamanca es ofrecer mucho más que lecciones de gramática. El modelo de negocio se sustenta en una experiencia completa. "Lo que nosotros hacemos son paquetes completos, donde tiene tres patas fundamentales: las clases, el alojamiento y la programación de actividades y traslados", ha explicado Benito.

En este engranaje, el alojamiento en familias juega un papel crucial. Se calcula que alrededor de 1.000 familias salmantinas acogen a estudiantes, una cifra que se está recuperando tras la pandemia. Esta colaboración no solo supone una "ayudita para la economía de los hogares", sino que se convierte en una "experiencia enriquecedora para la propia familia" al abrir sus puertas a diferentes culturas.

Los estudiantes, por su parte, valoran enormemente esta opción, ya que les permite sumergirse de lleno en las costumbres, la gastronomía y el día a día de la vida en España.

Crecimiento con calidad, no a la masificación

A pesar del éxito y la alta demanda, el sector tiene claro su horizonte: la calidad por encima de la cantidad. "No hemos alcanzado todavía el techo de capacidad", ha admitido Benito, pero ha matizado inmediatamente que el objetivo no es la sobresaturación. "Siempre, desde la asociación, apostamos por un producto de calidad, no tanto una apuesta de crecimiento en número, en cifras globales totales, sino en un crecimiento sí cualitativo".

Esta apuesta por la excelencia se apoya en un profesorado altamente cualificado. La Facultad de Filología de la USAL es, en palabras de Benito, "nuestra fábrica de profesores", garantizando un suministro constante de profesionales. Las únicas dificultades puntuales surgen cuando coinciden con oposiciones de enseñanzas medias, pero no representan un problema estructural.

Hacia la desestacionalización del turismo idiomático

Uno de los retos históricos del sector ha sido la marcada estacionalidad, con picos muy pronunciados en verano. Sin embargo, esta tendencia está cambiando. Según el presidente de la federación, las diferencias entre los meses de mayor y menor afluencia "se están limando cada vez más y se está equilibrando y dándole mucha homogeneidad a la llegada de estudiantes".

Aunque meses como diciembre siguen siendo flojos, otros como enero ya muestran un repunte. El objetivo es caminar hacia una estabilidad más equilibrada durante todo el año, consolidando a Salamanca no solo como un destino de verano, sino como un referente permanente para el aprendizaje del español.

Al finalizar, Miguel Ángel Benito no ha querido dejar pasar la oportunidad para lanzar un mensaje de gratitud: "Agradecer a la ciudad de Salamanca que sea tan acogedora, que siga siéndolo, porque es una ciudad fantástica y llena de vida y de buen ambiente". Un broche de oro que refleja la simbiosis perfecta entre la ciudad y su industria más internacional.

Fotos de David Sañudo