Desde playas fluviales con arena hasta el gran embalse de Santa Teresa,cerca de la ciudad hay múltiples oasis para refrescarse durante los meses estivales sin necesidad de viajar a la costa
Cuando el asfalto quema y el calor aprieta en la meseta, la idea de un chapuzón refrescante puede parecer un espejismo. Sin embargo, Salamanca y sus alrededores esconden oasis fluviales que demuestran que no hace falta recorrer cientos de kilómetros para disfrutar de una jornada de playa, arena y descanso.
La provincia charra ofrece una variedad de zonas de baño perfectamente acondicionadas que se convierten en el plan perfecto para familias y amigos durante el verano. Son alternativas cercanas, accesibles y en plena naturaleza que nada tienen que envidiar a los destinos costeros tradicionales.
A poco más de 20 kilómetros de la capital, en el municipio de Huerta, se encuentra una de las playas fluviales más conocidas y concurridas de la provincia. Este espacio se ha consolidado como un verdadero oasis en el que refrescarse, gracias a su zona de baño adaptada con arena de playa y su fácil acceso.
Rodeada de una frondosa vegetación que proporciona sombra natural, la playa de Huerta es mucho más que un simple lugar para bañarse. Se trata de un área recreativa bien equipada, con aguas tranquilas y limpias, ideal para pasar un día completo, organizar un picnic o simplemente desconectar de la rutina.
Para quienes buscan una opción sin salir de la ciudad, las zonas de baño de La Aldehuela son la solución perfecta. A orillas del río Tormes, este popular destino permite disfrutar de la naturaleza sin necesidad de coger el coche, combinando la belleza del entorno fluvial con la comodidad de su ubicación.
Además del baño, el entorno de La Aldehuela invita a la actividad física. Sus alrededores cuentan con rutas para explorar a pie o en bicicleta, y las propias aguas del Tormes se prestan a la práctica de deportes como el paddle surf o el kayak, ofreciendo una experiencia más activa para los visitantes.
Considerada por muchos como una joya escondida que merece ser descubierta, la playa de Cabrerizos ofrece un ambiente notablemente más sereno. En esta encantadora localidad, el suave sonido del río y el canto de los pájaros crean una atmósfera perfecta para la relajación y el descanso.
Este rincón cuenta con una pequeña playa de arena y una preciosa ribera, ideal para pasear. Además, está equipado con mesas y bancos a la sombra de los árboles, lo que lo convierte en un lugar idóneo para disfrutar de un día de picnic en un entorno tranquilo y familiar.
Para los que prefieren las grandes masas de agua, el pantano de Santa Teresa es la alternativa de mayor envergadura. Situado a 38,1 kilómetros de Salamanca, junto a la autovía A-66 (Ruta de la Plata), destaca por ser una opción ideal por su amplitud y su capacidad para acoger a un gran número de bañistas.
Su vasta extensión de agua ofrece un paisaje diferente al de las playas fluviales y se presenta como un destino recurrente para escapar de las altas temperaturas de la capital durante los fines de semana de verano.