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Tróia, naturaleza y lujo armonizando en el nuevo estilo del litoral alentejano
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GRÂNDOLA (PORTUGAL)

Tróia, naturaleza y lujo armonizando en el nuevo estilo del litoral alentejano

Actualizado 06/07/2025 13:51

Destino polifacético de blancos arenales, aguas cristalinas, biodiversidad y resorts

En la bahía de Setúbal, entre el río Sado y el océano Atlántico, se encuentra la península de Tróia, un arenal de 45 km de largo y un kilómetro de anchura de media, ubicado al sur de Lisboa, donde comienza el Alentejo Litoral.

Tróia es uno de esos lugares que parecen hechos para agradar a todo el mundo, al menos, hasta hoy.

Una larga pasarela de madera comunica la playa, de apariencia natural y tranquila, con el puerto deportivo, repleto de restaurantes, bares hippie-chic y, por supuesto, relucientes embarcaciones.

El Casino de Tróia también es bien visible, así como alguno de los resorts que estos últimos años han poblado la península, donde parece un milagro haber conseguido conjugar lo natural y lo mundano, el silencio entre las dunas, matas y alcornocales, con el confort de su espacio urbanizado.

Para armonizar frivolidad y naturaleza parece haber sido creado el estilo bohemio-elegante, predominante en este lugar.

Los precios no son baratos, aunque se puede pasar desde Setúbal en un ferry regular con muchas frecuencias, que funciona desde primera hora de la mañana hasta la medianoche, y que en solo unos minutos y por poco dinero, nos deja en el puerto de Tróia, para pasar el día y regresar por la tarde.

No es raro ver a jóvenes y familias, con neveras y sombrillas, al lado de las tumbonas de playa de alquiler. Tróia tiene espacio para todos. Y merece la pena adentrarse un poco hacia su interior, no solo para apreciar sus casas de planta baja y de diseño, camufladas entre la vegetación, también para valorar la grandiosa biodiversidad de este enclave.

En verano hace calor, pero la temperatura del agua refresca. Lo que hay también en verano son turistas, por lo que Tróia puede ser un lugar más cómodamente visitable en las estaciones intermedias, cuando las temperaturas son agradables y la afluencia reducida.

Playas de Tróia

Su inacabable playa es de arena blanca y aguas cristalinas y tranquilas, con vistas a la Serra da Arrábida, también objeto de especial protección.

Esta playa, que son muchas en una sola, está galardonada con Bandera Azul, aguas Calidad Oro y cumple la normativa ISO 14001, siendo una playa accesible para todos, a partir de las pasarelas de madera, que constituyen un atractivo en sí mismas, con bancos para descansar y contemplar Setúbal, el Portinho da Arrábida, el oceáno Atlántico, el río Sado y toda la vegetación propia de esta zona de marismas.

Además de su acceso en barco desde Setúbal, es posible llegar en coche a la península accediendo desde el interior. Junto a la propia playa hay aparcamiento, bares, restaurantes y aseos públicos.

Reserva Natural del Estuario del Sado

El Sado es uno de esos extraños ríos que nace en el sur y corre hacia el norte. Después de recorrer unos 180 km desemboca al sur de Setúbal, originando un estuario muy valioso por su diversidad biológica.

Con todo, un viajero novel tal vez busque en primer lugar a los delfines, que en el estuario del Sado tienen su comedor, avistándolos desde el ferry regular o desde alguno de los muchos catamaranes que navegan por la bahía. Felizmente, la población de delfines se ha mantenido a pesar del aumento de la presencia humana y el desarrollo turístico de este litoral.

El interior de la pequeña península es riquísimo en la fauna y flora propias de zonas pantanosas, con peces, moluscos, limícolas, ánades y mamíferos que tienen aquí su hábitat, dando paso a un bosque de encinas y alcornoques, propio del Alentejo, región portuguesa en la que se inserta Grândola, el concejo al que pertenece.

La Península de Tróia, con su vertiente natural, protagonizada por sus largas playas, el avistamiento de delfines y de aves, el estuario del Sado o los arrozales de Carvalhal; y con su lado elitista, con el casino, los sofisticados hoteles y la tan de moda localidad de Comporta, es un destino de la costa portuguesa que bien merece una visita, poseyendo el potencial de agradar a un público muy diverso.