Miguel Ángel Herrero describe la visión de la Vía Láctea como "una preciosidad" y detalla los mejores lugares de la provincia para disfrutarla antes de que la contaminación lumínica la apague
El universo se despliega cada noche sobre nuestras cabezas en un espectáculo silencioso y majestuoso, pero la creciente luz de nuestras ciudades ha comenzado a apagar las estrellas. En un mundo que mira cada vez más hacia las pantallas, levantar la vista se ha convertido en un acto de resistencia, una forma de reconectar con un patrimonio que, como recuerda Miguel Ángel Herrero, presidente de la Organización Salmantina de la Astronáutica y el Espacio (OSAE), "es una de las pocas cosas que todos los terrícolas compartimos. Todavía no han puesto fronteras".
Desde OSAE, un grupo de apasionados por la astronomía, han asumido la misión no solo de observar, sino de enseñar a mirar. Su presidente advierte de que este espectáculo corre un grave peligro. "Por desgracia, yo creo que últimamente vamos a dejar de verla [la Vía Láctea] por la contaminación lumínica", lamenta. Esta pérdida no es solo científica, sino también cultural y emocional, al desconectarnos de un entorno natural que ha guiado a la humanidad durante milenios.
Para combatir este olvido, Herrero ha desvelado la gran novedad de la asociación para este año. Conscientes de que el cielo es un lienzo en constante cambio, han decidido estructurar sus actividades de una forma más didáctica y periódica. "Desde OSAE lo que vamos a hacer a partir de ya (...) es hacer una observación pública por cada estación", anuncia.
El objetivo es ofrecer una cita con las estrellas en verano, otoño, invierno y primavera, permitiendo al público comprender y apreciar cómo varían las constelaciones y los objetos celestes a lo largo del año. Una iniciativa que busca acercar la astronomía a todos los públicos, "para que la gente se pueda acercar a un lugar que sea próximo y poder hacer este tipo de cosas que (...) a la gente le gusta", explica Herrero.
La solución para huir de la polución lumínica es sencilla: alejarse de los núcleos urbanos. En este sentido, la provincia de Salamanca se revela como un escenario privilegiado. "Tenemos unos sitios espectaculares", asegura el presidente de OSAE. Para aquellos que deseen emprender su propia aventura astronómica, la geografía salmantina ofrece múltiples opciones.
Entre las zonas más recomendadas se encuentran la Sierra de Francia, el área de las Arribes del Duero, los alrededores de Ciudad Rodrigo e incluso algunos parajes de La Armuña. Además, Herrero señala lugares concretos como la ermita de Valdégimena o la ermita del Cueto, en la carretera de Vecinos, como puntos idóneos para la observación.
El evento astronómico por excelencia del verano, las Lágrimas de San Lorenzo, no faltará a su cita anual. Miguel Ángel Herrero confirma que el pico de actividad de las Perseidas tendrá lugar en la noche del 12 de agosto. Sin embargo, este año la observación presentará un desafío añadido.
"Lo que ocurre que va a haber Luna. Luna, aunque menguante, pues va a dificultar verlas", advierte. La luz del satélite restará visibilidad a las estrellas fugaces más débiles, pero anima a no desaprovechar la oportunidad: "Es una buena razón para salir, una buena excusa".
La labor de OSAE trasciende la divulgación científica para adentrarse en la preservación cultural. Herrero pone un énfasis especial en el valor de nombrar las estrellas y reconocer las constelaciones, un saber ancestral que nos conecta con civilizaciones pasadas. "Son tradiciones de los griegos, de los Mesopotamia, etcétera, o sea, son muy bonitas. Hay que mantenerlas. Las estamos perdiendo", sentencia con preocupación.
Este compromiso social y divulgativo, que ya demostraron en el festival FÀCYL con observaciones diurnas y nocturnas, les lleva a verse "desbordados" por la demanda, especialmente en verano. Este año, por ejemplo, su labor voluntaria les llevará a San Esteban de la Sierra, donde colaborarán con una asociación cultural para recaudar fondos destinados a la lucha contra el cáncer, demostrando que mirar a las estrellas también puede ayudar a quienes tenemos más cerca.