Temperaturas de hasta 39ºC, vientos de 60 km/h y tormentas secas ponen en alerta a todo el dispositivo de la Junta desde este sábado hasta el lunes, pidiendo máxima precaución a la ciudadanía
El verano muestra su cara más implacable este fin de semana en Castilla y León. La llegada de una masa de aire cálido, combinada con fuertes vientos y ausencia de humedad, ha creado el escenario perfecto para la propagación de incendios forestales. Ante esta amenaza, la Junta ha activado medidas extraordinarias para proteger el valioso patrimonio natural de la Comunidad.
El aviso meteorológico, vigente desde el sábado 28 de junio hasta el lunes 1 de julio, pronostica un panorama complicado. Se esperan temperaturas máximas que oscilarán entre los 33 y los 39 grados centígrados, con noches tropicales en las que el termómetro no bajará de los 18 a 21 ºC. A esto se suman rachas de viento de hasta 60 km/h, una humedad relativa muy baja (10-20%) y la posibilidad de tormentas secas, un factor de ignición muy peligroso.
En respuesta a esta situación, la dirección del Servicio de Incendios Forestales ha puesto en estado de alerta máxima a todo el operativo INFOCAL (dispositivo de lucha contra los incendios forestales). La orden, dirigida a las jefaturas territoriales de Medio Ambiente, implica una intensificación inmediata de las labores de vigilancia en toda la región.
Se mantendrán plenamente operativos y en máxima tensión los puestos de observación, las autobombas, las cuadrillas de tierra y helitransportadas, así como los agentes medioambientales y celadores. El objetivo es garantizar una detección temprana y una respuesta contundente ante cualquier conato de incendio.
Uno de los focos de mayor preocupación se sitúa en las zonas agrícolas que colindan con monte, donde las labores de cosecha están en pleno apogeo. La Junta de Castilla y León ha extremado la vigilancia en estas áreas y ha lanzado una recomendación clave a los agricultores.</p
Se aconseja encarecidamente suspender la actividad de la cosecha si se produce la peligrosa combinación de vientos superiores a los 30 km/h con temperaturas por encima de los 30 ºC. Estas condiciones, conocidas como "la regla del 30/30", multiplican exponencialmente el riesgo de que una chispa de la maquinaria provoque un incendio de rápidas consecuencias.
La Junta hace un llamamiento a la responsabilidad individual y colectiva para superar este episodio de alto riesgo. La colaboración ciudadana, extremando las precauciones en cualquier actividad en el medio natural y alertando al 112 ante cualquier indicio de humo, es fundamental para evitar una catástrofe y proteger los montes de Castilla y León.