El estruendo del correfoc y el aroma a tomillo recién cortado han sido solo algunos de los ingredientes que han sazonado un fin de semana inolvidable en Encinas de Arriba. La localidad ha celebrado con fervor sus fiestas en honor al Domingo del Señor, unas jornadas donde la alegría, la participación masiva y las tradiciones se han dado la mano para crear recuerdos imborrables.
Un programa variado y cargado de actividades pensadas para todos los públicos ha conseguido que vecinos de todas las edades se volcaran en las calles, disfrutando de cada propuesta con entusiasmo y espíritu festivo.
Fuego, competición y el orgullo de la juventud
Una de las grandes protagonistas de estas fiestas fue, sin duda, la esperada novedad del correfoc. El grupo ‘Damonion’ deslumbró a vecinos y visitantes con un espectáculo de fuego y pirotecnia que iluminó la noche y atrajo a un numeroso público llegado desde toda la comarca, confirmándose como un acierto en la programación.
Pero la adrenalina no solo vino del fuego. Las competiciones tuvieron un espacio destacado, con un animado campeonato de beer pong que puso a prueba la puntería y la camaradería, un reñido torneo de dardos y una vistosa exhibición de frontenis. El pistoletazo de salida a las celebraciones lo dieron, con emoción y orgullo, los jóvenes nacidos en 2007, encargados de pronunciar el pregón inaugural.

La banda sonora de la fiesta no defraudó
La música fue otro de los pilares fundamentales que sostuvo el ambiente festivo durante todo el fin de semana. La primera noche vibró al ritmo de la orquesta ‘Musical compáss’ y continuó con la energía de la discoteca móvil ‘Dj Suco’, asegurando que la diversión se prolongara hasta altas horas de la madrugada.
La noche del sábado tampoco se quedó atrás, ofreciendo más propuestas musicales para todos los gustos. La orquesta ‘Musical sándalo’ tomó el relevo con su repertorio, seguida por los ritmos de la discoteca móvil ‘Sonido Z-05’, que mantuvo el ánimo festivo bien alto.

Tradición, sabor y hermandad en el ecuador festivo
El sábado se convirtió en una jornada de intensa convivencia y sabor tradicional. El plato fuerte fue la paella popular, que congregó a 300 comensales en torno a la mesa, fortaleciendo los lazos vecinales en un ambiente de alegría compartida. Tras la comida, la diversión continuó con un original concurso de pulsos y un entretenido espectáculo de títeres que hizo las delicias de toda la familia.
No faltó a su cita la tradicional subida a cortar tomillo, un acto que conecta con las raíces del pueblo y que estuvo amenizada por la alegre música de la charanga La Escala, que acompañó a los participantes en esta costumbre tan arraigada.

Devoción, cultura y un broche de oro para las fiestas
El domingo, día grande de las fiestas, estuvo marcado por la solemnidad de las celebraciones religiosas, punto central de la festividad en honor al Domingo del Señor, que congregaron a numerosos fieles. Como broche cultural y emotivo de la jornada, el reconocido grupo Mayalde ofreció un concierto que conectó profundamente con el alma popular de la comarca, rescatando melodías y tradiciones que emocionaron a los presentes.
Las fiestas llegaron a su fin el lunes, con una jornada pensada especialmente para los más pequeños, que disfrutaron de divertidos hinchables acuáticos. El colofón final lo puso una cena de montaditos que reunió de nuevo a los vecinos, cerrando con gran éxito unas celebraciones que han dejado un excelente sabor de boca y el deseo de que lleguen pronto las del próximo año.



















