Si creíamos que estábamos curados de espantos, ahora lo que nos faltaba que los presuntos no reconozcan su propia voz. Serán sicofonías del más allá. Da miedo, no es que de vergüenza. Resulta que los cargos y cargas ahora vienen del más allá o de Santo Domingo.
Mientras tanto la III guerra del golfo les viene al pelo para correr una tupida cortina de humo. Los ciudadanos estamos más preocupados por el invierno que viene, por el gas y los combustibles. El cierre del Ormuz sería un durísimo golpe finalizar el conflicto o se nos va el mundo de las manos. Son tiempos en que el poder adquisitivo se calcula por los días que tienes el Fairy boca abajo.
Les queda el consuelo que al bajar el nivel del sistema educativo todo lo que haga falta les seguirán votando un rebaño de mermados mucho mayor. En una sociedad hay que asumir que las desgracia ocurren y posicionarse. Preferimos delincuentes, atracadores, violadores y violencia ciudadana o la ley y el orden. Este domingo se ha superado el formato de las ruedas de prensa, el nuevo formato es dar ruedas de prensa sin prensa, las mentiras que no falten. Es realmente fabuloso. Dentro de nada se darán ruedas de prensa a muñecos de silicona. Hemos visto al galgo de Paiporta hablando a don nadie y don invisible. El espectro de la Moncloa. Al final habrá falta de plazas hoteleras en Santo Domingo este verano.
Los socios de gobierno nunca debieron estar en el parlamento. Se acepto llamar país vasco a las provincias vascongadas. No fue ni país, ni reino ni nada parecido. Dieron carta blanca a una serie de bandas de terroristas y caraduras. Lo mismo se dio en Cataluña donde ERC fusiló más de 28000 ciudadanos por la cara. Formar parte de un tribunal suponía cobrar 10 pesetas, lo peor es que las viudas y los hijos perdían todo su patrimonio y se prohibía darles cobijo bajo pena de muerte. Miles de familias murieron de hambre y frío, viviendo bajo los puentes como carpanta. Carta blanca para robar y matar. La verdad es como la cola de una lagartija siempre vuelve a salir. Del petróleo venezolano hay mucho que decir, al igual que el uranio que enviaba Maduro a Irán con el fin de fabricar armas nucleares.
Qué día volveremos a ver a la gente que sabe estar, la que saluda con educación, la que escucha, la que no necesita pisar a nadie para sentirse importante. La gente agradable en el trato, amable y respetuosa, con buenos gestos. No podemos disimular el desagrado que da la gente maleducada, sádica o desagradable. No hace falta esfuerzo para no disimularlo. El oído fino y la vista sensible no puede soportarlo y desconectan. No es orgullo, no es rencor, es limpieza mental y emocional. Gracias a Dios se acabó la familia de la telebasura.
Cualquier rato hasta nos proponen un referéndum en Cataluña y todos a celebrarlo y a pasar de la corrupción y a otras cosillas. Después de todo todavía queda por saber si los ayatolás no han movido el uranio enriquecido, más de 300 kilos a otros lugares antes de los ataques, y si poseen cabezas nucleares compradas en el mercado negro. El peligro no ha pasado.
En Serós, provincia de Lérida, sigue aumentando sus puntos en el raking del ridículo, la izquierda y el separatismo siguen empeñados en hacer el harakiri a nuestra cultura y a nuestros derechos y libertades. Han construido la primera mezquita con minarete después de siglos. Menos mal que los payeses de toda la vida sabe repartir bofetones como panes. Es lo que tiene ser agricultor y cristiano. Cuando pagábamos a menos de un euro el litro de gasolina había dinero para Sanidad, Educación y vivienda, llegábamos a fin de mes, e íbamos de excursión los domingos. No había 23 ministerios, miles de asesores y cuatro millones de inmigrantes ilegales.
La ONU se acaba de retratar del todo al condenar el ataque a una banda más de terroristas frente a los Estados Unidos. Es del todo inservible como instrumento para salvaguardar la libertad de las personas honradas. Por lo demás parece que ir al taller a reparar el coche se ha institucionalizado por un precio de mil euros. Toca seguir dentro de nada con la chorra fuera.
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