Los esfuerzos se centran en una "búsqueda quirúrgica" en una poza con fuertes corrientes, donde se trabaja para reducir la presión del agua y permitir el acceso de los buzos, en una operación dificultada por las tormentas y el caudal del río.
El corazón de Alba de Tormes permanece en un puño durante el tercer día consecutivo de búsqueda del joven de 14 años desaparecido en la tarde del domingo en el río Tormes. La complejidad del entorno, una zona plagada de pozas y corrientes internas traicioneras, ha convertido la operación en una auténtica carrera contrarreloj y en un desafío técnico para los especialistas.
El capitán Enrique Miguel, portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil de Salamanca, ha explicado en declaraciones al programa 'Mediodía Cope en Salamanca' la evolución de las labores de búsqueda. "Mantenemos evidentemente lo que es la búsqueda control dentro de que cabe con el día que tenemos, desde las pasadas noche en las riberas, tanto a pie como con drones, como os he comentado", ha señalado el capitán, subrayando la continuidad de la vigilancia en un perímetro amplio.
Con el avance de las horas y tras acotar las áreas más probables, la operación ha entrado en una fase de mayor especialización. El foco se ha puesto en un punto crítico: la zona donde el menor fue visto por última vez. "Y ahora mismo lo que nos estamos centrando es una actividad mucho más quirúrgica con los componentes del grupo de actividades subacuáticas del cuerpo (GEAS), apoyados por bomberos de la Diputación de Salamanca", ha detallado Enrique Miguel.
La principal dificultad, según ha confirmado el portavoz de la Guardia Civil, radica en las características del lugar exacto donde se presume que pudo haber caído el menor. Se trata de "una fosa que tiene hecha corriente", un accidente natural del lecho del río que genera flujos de agua potentes e impredecibles. "Trabajar en este entorno es "bastante complicado", ha admitido el capitán Miguel, no solo por la falta de visibilidad que suele haber en estos casos, sino también por el riesgo que entraña para los propios buceadores.
Ante esta situación, la prioridad ha sido asegurar que los especialistas puedan intervenir sin poner en peligro sus vidas. "Después lo que se está intentando es reducir la presión con el fin de que los buzos puedan actuar sin riesgo para su vida. Ahora mismo es en lo que estamos trabajando, reducir esa presión para intentar poder descender", ha explicado. Esta tarea de modificación del entorno acuático es compleja y requiere de un análisis técnico exhaustivo. Se han empleado "diversas medidas físicas" para intentar mitigar la fuerza del agua en ese punto, una misión que el propio capitán ha calificado de "complicada".
No obstante, Enrique Miguel ha sido cauto: "la tarea será bastante ardua y difícil y desconocemos el tiempo que que conllevará".
A la inherente dificultad de la búsqueda subacuática en un río con las características del Tormes, se han sumado las condiciones meteorológicas desfavorables. Las tormentas registradas en la noche del lunes al martes y el viento han tenido un impacto directo en el estado del río. "Está complicando la acción, la tormenta afectó al caudal", ha lamentado el capitán Miguel. El aumento del caudal y la posible remoción del lecho pueden alterar la visibilidad y arrastrar sedimentos, dificultando aún más la localización.
La previsión de nuevas tormentas para la tarde del martes ha añadido un factor de urgencia a los trabajos. "Estamos intentando trabajar lo más rápidamente posible dentro del mantenimiento de la seguridad, con el pensamiento puesto en las tormentas que anuncian para esta tarde. Extendemos el operativo todo lo que podamos", ha asegurado, dejando patente la determinación de los equipos de aprovechar cada minuto de tregua meteorológica.
A pesar de la concentración de esfuerzos en la poza identificada, el dispositivo de búsqueda no ha descuidado otras áreas. Se mantiene una revisión constante de las orillas y del curso del río aguas abajo, por si el cuerpo hubiera sido desplazado por la corriente. "Se hará todo lo posible para entrar y poder determinar si realmente el menor se encuentra en esta zona o tenemos que variar la estrategia que estamos llevando hasta ahora", ha afirmado el capitán Enrique Miguel.