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El Colegio Miguel de Unamuno, historia viva de la educación: "Este reconocimiento es la recompensa a años de trabajo"
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PEÑARANDA

El Colegio Miguel de Unamuno, historia viva de la educación: "Este reconocimiento es la recompensa a años de trabajo"

Actualizado 22/06/2025 12:54

Jorge Criado, director del centro, muestra su especial alegría por el reconocimiento y su fascinación por la cantidad de material histórico que atesoran

Un eco de historia ha comenzado a resonar con una fuerza renovada en los pasillos y aulas del Colegio Miguel de Unamuno de Peñaranda. La reciente designación por parte de la Junta de Castilla y León como centro histórico educativo no se ha recibido como un mero título honorífico; se ha interpretado como el justo reconocimiento a años y años de dedicación incansable, a la esmerada preservación de un legado pedagógico invaluable y al esfuerzo constante y a menudo silencioso de toda una comunidad educativa que ha visto cómo su labor ha dado, finalmente, un fruto extraordinario y tangible.
Este nombramiento, que se enmarca en las políticas activas de protección y difusión del vasto patrimonio educativo de la comunidad autónoma, ha situado al centro peñarandino en un selecto y distinguido grupo de instituciones. Dicha distinción no solo conlleva prestigio, sino que también abre la puerta a una serie de oportunidades significativas y nuevas responsabilidades que, se anticipa, transformarán positivamente la gestión cotidiana y la proyección futura de su considerable acervo histórico. El director del centro, Jorge Criado, quien ha actuado como portavoz de un claustro visiblemente exultante, ha compartido en detalle con Bracamonte al Día lo que esta trascendental noticia ha supuesto para la institución.
Desde el primer instante de la conversación, Jorge ha querido subrayar con vehemencia que este importante reconocimiento no es una medalla personal, sino el resultado del esfuerzo cohesionado y compartido. "Esto no es un trabajo mío, es un trabajo en conjunto de todo el claustro", ha afirmado con una convicción que denota un liderazgo inclusivo y un profundo respeto por su equipo. Esta perspectiva pone de relieve la sólida cohesión y el firme compromiso que caracterizan al cuerpo docente y al personal no docente del Unamuno. La noticia, como no podía ser de otra manera, ha sido acogida con una alegría desbordante por todos los miembros de la comunidad educativa. "Nos ha llenado a todos ver que todo el trabajo que se ha realizado durante tantos años al final ha tenido su recompensa" explica.
Más allá de la emoción inicial y la lógica satisfacción, la designación oficial como centro histórico educativo traerá consigo una serie de cambios tangibles y largamente esperados que prometen impulsar la labor del colegio. El director ha detallado con optimismo los planes que la administración regional tiene previstos para el Miguel de Unamuno: "En principio mandarán personal desde la Junta al centro para administrar, clasificar y catalogar todo el material bibliográfico y todo el material que hay educativo". Este apoyo especializado será absolutamente crucial para abordar la ingente tarea de gestionar y poner en valor el impresionante volumen de recursos pedagógicos y documentales que el centro ha atesorado a lo largo de su existencia.
Además de la dotación de personal técnico, se contempla la creación de un espacio museístico dentro de las propias instalaciones. "Queremos hacer una pequeña exposición, un pequeño museo", ha indicado el director, añadiendo que también se espera "una dotación económica para de diferentes material y mobiliario". Esta ambiciosa iniciativa no solo permitirá conservar adecuadamente los valiosos materiales históricos, sino que también posibilitará abrirlos al público general y a la comunidad investigadora. De esta forma, el Colegio Miguel de Unamuno aspira a convertirse en un referente cultural y educativo, un lugar donde el pasado dialogue con el presente para inspirar el futuro.
Al referirse al ingente material acumulado durante años, el director ha dejado entrever la verdadera magnitud del patrimonio que custodia el Unamuno. "Es muchísimo el material que tenemos y hemos descubierto, y gran parte de el con una gran antiguedad" ha explicado con entusiasmo Jorge, matizando que una gran parte de este legado "se ha ido heredando de otros centros y se ha ido todo atesorando aquí". Esta acumulación, lejos de ser un mero almacenaje, representa una cápsula del tiempo de la historia educativa.
Entre estos objetos, se encuentran algunas auténticas reliquias que evocan épocas pasadas y metodologías olvidadas: "Hay máquinas de vapor, instrumentos de lo que fue un antiguo laboratorio, fosiles, libros de clase y algunos aparatos que aún estamos investigando que función tenian ya que son de hace muchos, muchos años", ha confesado con una mezcla de asombro y curiosidad. Este valioso legado material es, en sí mismo, una ventana privilegiada a la evolución de la enseñanza, con piezas únicas que narran la transformación de las técnicas pedagógicas, los recursos didácticos y el propio concepto de escuela a lo largo del tiempo. La futura catalogación y el estudio pormenorizado de estos fondos prometen ser una tarea tan ardua como fascinante, con potencial para arrojar nueva luz sobre la historia de la educación en la provincia y en la región.
Jorge Criado, con una década de servicio activo en el CEIP Miguel de Unamuno, forma parte intrínseca de esta rica y continuada historia. No obstante, ha señalado con humildad que su trayectoria es solo una más dentro de un equipo con profundas raíces en la institución: "Yo solo llevo unos diez años, pero hay compañeros que llevan aquí ya veintiún años". Su vinculación con el centro, donde actualmente imparte las asignaturas de Ciencias y Matemáticas dentro del programa bilingüe, se remonta incluso al año 1999, cuando, en sus inicios profesionales, impartió clases de Religión. Esta continuidad del personal docente es, sin duda, uno de los pilares que ha permitido preservar la identidad y la memoria viva del colegio.
Este reconocimiento oficial también ha servido como un catalizador para evocar con cariño y respeto la memoria de figuras clave que han dejado una huella imborrable en la historia del Unamuno. "Cuando yo vine aquí, estaba Amparo, una compañera que era directora, Araceli, Anastasio...", ha rememorado el director, añadiendo a la lista a "Jesús, que es el encargado de los danzar de los danzares, Jesús fue director aquí también". Estas menciones son un sincero homenaje a aquellos educadores que le precedieron y que, con su dedicación y visión, contribuyeron decisivamente a forjar el carácter y el prestigio que hoy se le reconoce al Miguel de Unamuno.
El centro educativo se abre así, con ilusión y responsabilidad, a una nueva y prometedora etapa. Una etapa en la que su valioso pasado educativo no solo será meticulosamente preservado y protegido, sino también revitalizado, estudiado y generosamente compartido con la sociedad.