Sepulcro Hilario celebra un Corpus Christi entre tradición, memoria y comunidad

La localidad de Sepulcro Hilario dio comienzo a las celebraciones del Corpus Christi con una solemnidad acorde a la importancia de la fecha, en un jueves que, como reza el refrán, "brilla más que el sol". Ya que algunas gotas de lluvia, discretas y pasajeras, se atrevieron a caer del cielo, como si no quisieran perturbar la procesión que recorrió las calles alfombradas de tomillo. Casas aún construidas en adobe —testigos mudos del paso del tiempo— observaban el desfile religioso, esperando quizás a ser restauradas cuando sus propietarios regresen al pueblo, ya sea con fines vacacionales o en busca de una vida más tranquila tras años de trabajo en las grandes ciudades. Lamentablemente, esta arquitectura tradicional, de gran utilidad en otro tiempo, se va perdiendo poco a poco, sin llegar siquiera a conservarse como vestigio estético de un pasado vivo.

Tras los actos litúrgicos, oficiados por el sacerdote Juan Carlos Sánchez —quien desempeñaría un papel doble en esta jornada tan señalada para Sepulcro Hilario— tuvo lugar la solemne procesión, a la que asistieron, entre otros, autoridades provinciales como Gerardo Marcos, acompañando a la corporación municipal encabezada por el alcalde José Agustín García.

Numerosos vecinos acompañaron la custodia que portaba la sagrada forma, bajo el estandarte, entre cánticos oracionales, al tiempo que el sonido de la gaita y el tamboril amenizaba los momentos de recogimiento con notas festivas.

Seguidamente, tuvo lugar el pregón, también a cargo del padre Juan Carlos Sánchez, de ahí que se aludiera anteriormente a su doble cometido. El propio templo sirvió de escenario para escuchar sus palabras, que comenzaron con un poema de autoría propia dedicado al pueblo, y que, sin duda, merece ser enmarcado y conservado en un lugar especial.

El pregón incluyó un sentido recuerdo al anterior párroco, don Alfredo Ramajo, fallecido durante la pandemia, y prosiguió con una disertación histórica sobre la localidad, enclavada en la subcomarca de Yeltes. El sacerdote se valió de herramientas de inteligencia artificial (IA) para recabar algunos datos —aunque no siempre exactos—, contrastándolos posteriormente con fuentes oficiales para ofrecer una visión más rigurosa. El resultado fue un recorrido por la historia local, las costumbres y oficios que marcaron a varias generaciones, reivindicando los valores tradicionales de la vida en comunidad: la solidaridad, la cercanía y el cuidado mutuo, en contraposición a la creciente tendencia hacia el individualismo.

Finalizado el pregón, todos los asistentes pudieron disfrutar de un vino español ofrecido por el Ayuntamiento de forma dádiva, al que fue bienvenida toda la vecindad. La jornada concluyó con una velada musical a cargo del Trío Obsesión, que se encargó de amenizar la tarde-noche con su repertorio festivo.