El grupo local dcon representación en Salamanca ha presentado el informe anual de la organización, detallando la situación en Palestina con duras acusaciones hacia Israel y hace un llamamiento al activismo para defender los principios humanitario
En la rueda prensa celebrada esta mañana el grupo local de Amnistía Internacional en Salamanca ha desgranado las sombrías conclusiones de su último informe anual, alertando sobre un "retroceso global de los derechos humanos" y dedicando una especial y cruda atención a la situación en Gaza, calificada como un "genocidio televisado". Jesús Piñora, responsable de comunicación del grupo, junto a Georgia Rivetta, activista y abogada, y Guillermo Castán, también activista, fueron los encargados de exponer la postura y las investigaciones de la organización.
Jesús Piñora inició la presentación recordando la naturaleza de Amnistía Internacional, fundada en 1961 y con más de 10 millones de socios en el mundo (más de 100.000 en España y unos 600 en Salamanca). Subrayó la "financiación absolutamente independiente" de la organización, que "se financia exclusivamente con las cuotas de sus socios" y tiene prohibido recibir fondos públicos o de entidades religiosas.
Georgia Rivetta fue la encargada de exponer el contexto internacional reflejado en el informe anual de Amnistía Internacional, un documento de 400 páginas que analiza la situación de los derechos humanos en 150 países. Riveta advirtió que "cada año va a empeorar la situación de los derechos humanos", señalando la "situación muy frágil" del sistema internacional creado tras la Segunda Guerra Mundial.
Según Rivetta, se están produciendo "muchos retrocesos" en derechos fundamentales como la igualdad, la justicia y la dignidad, impulsados por "actores poderosos que se suelen identificar con fuerzas autoritarias, religiosas, patriarcales y supremacistas". Denunció el "uso político muy fuerte del miedo", la proliferación de "leyes liberticidas" y la "criminalización masiva de defensores de derechos humanos, activistas y de periodistas", con más de 80 países implementando leyes que coartan la libertad de expresión en 2024-2025.
La crisis climática ocupó un lugar destacado en su intervención. "En 2024 la temperatura ha superado un grado y medio", afirmó Riveta, vinculándolo con "catástrofes naturales como incendios, inundaciones y olas de calor", que a su vez provocan "desplazamientos forzados y hambre". Criticó la "ignorancia por parte de los gobiernos que siguen financiando combustibles fósiles" y la "fuerte represión del activismo climático".
En cuanto a las políticas migratorias, Riveta denunció "expulsiones violentas y centros de detención inhumanos" en países como Estados Unidos, España, Italia, Polonia y Grecia, así como un "fuerte racismo institucional" que se traduce en "discurso de odio desde el mismo gobierno" en muchos países autodenominados democráticos.
A pesar del sombrío panorama, mencionó algunos avances, como la denuncia de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) contra Israel, que Francia haya sido el primer país en constitucionalizar el derecho al aborto, y el reconocimiento por parte de Bélgica de su responsabilidad en el pasado colonial. "Ante la injusticia se tiene que poner acción", concluyó Riveta, subrayando que los conflictos armados, como los de Palestina, Sudán, República Democrática del Congo o Yemen, son los contextos donde se producen las mayores violaciones de derechos humanos, afectando especialmente a mujeres y a la comunidad LGTBIQ+.
Guillermo Castán centró su intervención en lo que Amnistía Internacional considera un genocidio en Gaza y Cisjordania. Antes de entrar en materia, Castán quiso dejar claro que "el día 7 de octubre del 2023, Hamás y otros grupos armados cometieron crímenes atroces en Israel", con aproximadamente 1.200 personas muertas y 250 secuestradas. "Desde el primer momento, Amnistía Internacional condenó tajantemente como crímenes de guerra y como crímenes contra la humanidad estos actos" y exigió "la inmediata liberación sin condiciones de todos los rehenes".
Castán hizo una matización crucial: "El estado de Israel no representa a todos los judíos" ni "a todos los israelíes". La denuncia de Amnistía Internacional se dirige "expresamente al estado de Israel y al ejército israelí" como "organizador" y "brazo armado" del genocidio.
Definió el genocidio como "el intento deliberado de la destrucción de un grupo por razones étnicas, religiosas, culturales, políticas, etcétera", distinguiéndolo de otros crímenes por su "intencionalidad deliberada". Según Castán, los actos de Israel en Gaza, como ataques a hospitales, a población civil, desplazamientos forzados y destrucción de infraestructuras, "aisladamente considerados, son crímenes de guerra", pero "tomados en su conjunto, y con las declaraciones y la política vertebrada por parte del Estado Israel y del ejército Israelí, se convierten a ojos de muchas organizaciones internacionales en el crimen de los crímenes, en un genocidio".
"Lo que pensábamos que no podría repetirse, se está repitiendo ante nuestros ojos televisado", sentenció Castán. Informó que Amnistía Internacional ha encontrado "elementos suficientes para llegar a la conclusión de que Israel está cometiendo, y sigue cometiendo a día de hoy, delito de genocidio", incluso "contra las decisiones que son jurídicamente vinculantes de la Corte Internacional de Justicia".
Las cifras presentadas fueron escalofriantes: "Se habla de 60.000 muertos, de los cuales más de la mitad son mujeres y niños". Para impedir la visibilidad de estos hechos, "Israel ha asesinado a 236 periodistas". Castán denunció también la crueldad de los ataques, como el ocurrido "el domingo día 15 de junio", cuando "fueron asesinados 174 palestinos, gazatíes, en las colas de los alimentos".
Amnistía Internacional pide a la fiscalía de la CIJ que "acelere sus investigaciones sobre el genocidio para llevar a sus perpetradores ante la justicia" y a los países que "tomen todas las decisiones legales y jurídicas a su alcance para parar esta masacre".
Finalmente, Guillermo Castán reflexionó sobre cómo estos hechos provocan un "vaciamiento ético de la humanidad", donde "la barbarie acaba con los principios humanitarios".
El grupo local de Amnistía Internacional en Salamanca, además de difundir el informe global, planea acciones concretas. Jesús Piñora indicó que, aunque durante el verano la actividad disminuirá, "a la vuelta del curso, pues sí, nos vamos a plantear el realizar algún tipo de acción de calle, eso es algo que tenemos que planificar". Recordó que ya se han sumado a convocatorias de otras organizaciones pro-Palestina en la ciudad.
La organización mantiene sus puertas abiertas a nuevos colaboradores. "Estamos deseando recibir el apoyo de cuantos más salmantinos o de más gente que resida en esta ciudad mejor", afirmó Piñora. Las reuniones del grupo son los jueves a las 8 de la tarde. Guillermo Castán reforzó este mensaje: "Es fundamental que el activismo se reactive (...) el grupo se enriquece cada vez que un activista se incorpora".
Los interesados en colaborar pueden contactar con Amnistía Internacional Salamanca a través de su correo electrónico y otros canales propios