Pequeños músicos, con violines y violas, ofrecieron una conmovedora actuación, demostrando gran seriedad y concentración a pesar de su corta edad.
El murmullo expectante del público en el teatro de Alba de Tormes ha dado paso a una experiencia sonora y visual conmovedora. Pequeños músicos, algunos apenas levantando unos palmos del suelo, han empuñado sus violines y violas con una seriedad y concentración que ha desmentido su corta edad.
Este ha sido el escenario del concierto 'Playtogether', un evento que no solo ha ofrecido música, sino que ha encapsulado la esencia de una filosofía educativa que está transformando la manera en que los niños se acercan al arte: la metodología Suzuki, traída a Salamanca y ahora a Alba de Tormes por el Estudio de Música Play Suzuki.
Al frente de esta iniciativa se encuentra Rosa María Lorenzo, directora del Estudio de Música Play Suzuki, quien con pasión y dedicación ha implementado este reconocido método en la capital charra. La metodología Suzuki, como ella misma ha explicado, "es una metodología muy conocida en todo el mundo". Su origen se remonta al Japón de entreguerras, concebida por el visionario Shinichi Suzuki. "Se creó en Japón en medio de las dos guerras mundiales, por Shinichi Suzuki", ha detallado Lorenzo. Desde entonces, "esta metodología, pues, se extendió a lo largo y ancho del del mundo", convirtiéndose en un referente global para la enseñanza musical temprana.
El método Suzuki no es una aproximación convencional a la música. Su singularidad radica en varios pilares fundamentales que lo distinguen. Uno de los más llamativos es la edad de inicio. "Es una metodología muy específica porque empezamos instrumento con niños de tres años, incluso hay veces que dos años y medio", ha afirmado Lorenzo. Esta inmersión temprana se complementa con programas como "Suzuki Estimulación Musical Temprana, que es música para bebés", sentando las bases del desarrollo auditivo y la sensibilidad musical desde los primeros meses de vida.
Otro aspecto crucial, y a menudo revolucionario para muchos, es la participación activa de los padres. Lejos de ser meros espectadores, los progenitores se convierten en compañeros de aprendizaje. "Otra de las características es que los padres están incluidos dentro de la educación musical de sus hijos, porque están dentro del aula", ha subrayado la directora del Estudio Play Suzuki. "Todos los padres están viendo en todo momento la evolución musical de sus hijos", lo que crea un entorno de apoyo y comprensión fundamental para el progreso del niño. Esta implicación parental no solo refuerza el aprendizaje en casa, sino que también fortalece los lazos familiares a través de una experiencia compartida.
La filosofía Suzuki se basa en la premisa de que cualquier niño puede aprender música de la misma manera que aprende su lengua materna: a través de la escucha, la imitación, la repetición y el estímulo positivo. El entorno, por tanto, juega un papel tan crucial como el talento innato. Se fomenta un aprendizaje no competitivo, donde cada avance es celebrado y el progreso se mide individualmente, pero siempre dentro de una comunidad de apoyo.

El concierto 'Playtogether' celebrado en el teatro de Alba de Tormes ha sido la manifestación palpable de estos principios. El nombre del evento, que se traduce como "tocar juntos", no podría ser más elocuente. Rosa María Lorenzo ha descrito la dinámica de esta singular actuación: "Como tocamos todos las mismas piezas, este 'Playtogether' es empezar desde los niños más avanzados que tenemos, que es una niña de 14 años y otra de 12 que están en los libros 6, e ir bajando progresivamente".
Esta estructura escalonada es una de las señas de identidad de los conciertos Suzuki. Así, a medida que el concierto avanza y se interpretan piezas de los niveles iniciales, más y más alumnos se unen a la ejecución. "Ellos se levantan y vamos sumando alumnos a la masa sonora hasta que, al final, acabamos todos tocando a la vez".
El resultado, según la directora, es un momento de profunda conexión y belleza. "Es, pues, es un momento muy mágico y muy característico de la metodología Suzuki", ha confesado. Ver a decenas de niños, desde los más pequeños hasta los adolescentes, interpretando al unísono melodías aprendidas con esmero, no solo demuestra su habilidad técnica, sino también el poder de la música para crear comunidad y experiencias compartidas.

En el concierto de Alba de Tormes, el escenario se ha llenado con la energía y el talento de un nutrido grupo de estudiantes. Aunque Rosa María Lorenzo ha indicado que "falta alguno más", el recuento inicial ha arrojado la cifra de veintiún jóvenes músicos listos para compartir su arte. Para redondear la calidad musical del evento, los jóvenes intérpretes han contado con un acompañamiento de lujo, el de la pianista Eloísa de Guzmán, profesora del Conservatorio Superior de Música de Salamanca".