La tradicional feria ganadera se convertirá en un evento bienal debido a limitaciones económicas y logísticas, con el objetivo de organizar una edición de mayor envergadura en el futuro.
Alba de Tormes ha vuelto a engalanarse un año más para celebrar una de sus citas más queridas y con mayor arraigo: la Feria de San Antonio. En un mundo que avanza a pasos agigantados, la villa ducal ha demostrado, una vez más, su firme compromiso con la preservación de sus tradiciones, adaptándolas a los tiempos actuales .
La XIV edición de la Feria Agroalimentaria de San Antonio se ha presentado como un vibrante escaparate de los sabores de la tierra y un punto de encuentro para productores y vecinos, aunque este año ha venido acompañada de decisiones estratégicas importantes respecto a su vertiente ganadera. En la inauguración de la Feria de San Antonio, la alcaldesa de Alba de Tormes, Concepción Miguélez, ha estado arropada por las diputada Eva Picado y Myriam Tobal, además de contar con concejales de todos los signos políticos de la villa ducal.
La Feria de San Antonio no es una celebración cualquiera para Alba de Tormes; sus raíces se hunden profundamente en la historia local.
Tal como ha recordado la alcaldesa, Concepción Miguélez, este evento ha tenido una trascendencia crucial para la economía y la vida social del municipio. "Perder la tradición de la feria de San Antonio, que tantos años lleva, tan tradicional, porque en su momento era muy importante para Alba de Tormes a la hora de coger a los trabajadores para las tareas del verano, y para nosotros, pues, es importante también no perder esta tradición", ha afirmado la regidora, subrayando el valor sentimental y práctico que la feria ha conservado a lo largo del tiempo.
Lo que antaño fue un punto neurálgico para la contratación de mano de obra para las faenas agrícolas estivales, se ha transformado con el paso de las décadas en una feria que rinde homenaje al sector agroalimentario, un pilar fundamental de la provincia de Salamanca. Esta evolución ha permitido que la feria siga siendo un referente, adaptándose a las nuevas realidades económicas y sociales sin renunciar a su espíritu original de encuentro y dinamización local.

En esta edición, la feria ha puesto el foco en la riqueza agroalimentaria de la región. "Hay 14 puestos de productos agroalimentarios", ha detallado Miguélez, indicando que la mayoría de los expositores proceden de la provincia de Salamanca, con alguna representación destacada de otras regiones como Cantabria, lo que ha aportado una interesante variedad a la oferta. Esta concentración en los productos de la tierra no solo busca deleitar el paladar de los asistentes, sino también apoyar a los productores locales y fomentar el consumo de proximidad.
Un componente esencial de la feria de este año han sido los talleres formativos, diseñados especialmente para acercar los procesos de elaboración de alimentos a todos los públicos, con un guiño especial a los más jóvenes. Se han programado dos talleres principales: uno dedicado al fascinante mundo de la miel, para "sobre todo ver cómo se empieza a trabajar la miel y cómo termina en el tarro de la miel en casa", y otro centrado en la elaboración artesanal de la mantequilla. Sobre este último, la alcaldesa ha destacado su valor pedagógico: "Me parece muy interesante que que los niños conozcan cómo se elaboran los productos que que llegan a a casa". Esta iniciativa busca reconectar a las nuevas generaciones con el origen de los alimentos.
La ambientación festiva ha estado garantizada, como es costumbre, por la participación del Grupo Folclórico de Alba de Tormes. Este componente cultural es una pieza clave para mantener vivo el espíritu festivo y comunitario que siempre ha caracterizado a la Feria de San Antonio, enriqueciendo la experiencia de los visitantes y fortaleciendo la identidad local.

Una de las novedades más comentadas de esta edición ha sido la ausencia de la tradicional feria ganadera. La alcaldesa Concepción Miguélez ha abordado esta cuestión con transparencia, explicando que la decisión de no celebrarla este año responde a una combinación de factores económicos y logísticos. "No, hemos decidido porque los recursos económicos y materiales no nos llegaban, entonces hemos decidido que las ferias ganaderas se hagan bianuales", ha señalado con franqueza, apuntando a una planificación más sostenible a largo plazo.
Además de las razones económicas, la alcaldesa ha apuntado a las dificultades inherentes al sector ganadero en el contexto actual. "Hemos decidido que donde está más débil el sector, como es el sector ganadero, que resulta muy costoso y muy, no coste económico, sino también personal, trasladar los animales, mantener los animales con estas temperaturas que estamos teniendo y demás, bueno, pues hemos decidido que la feria se haga bianual", ha explicado. El bienestar animal y los elevados costes logísticos y personales que implica la organización de una feria de ganado de calidad han pesado significativamente en la balanza.
Otro factor que ha influido en la decisión ha sido la coincidencia con otros eventos de relevancia en la provincia. Según ha mencionado la alcaldesa, la celebración de "las clases prácticas y el el aniversario de la escuela de Tauromaquia, ese evento del 14 en Salamanca", podría "quitar también prestancia a todo esto", dispersando el interés y los recursos. Ante este cúmulo de circunstancias, el consistorio ha optado por una solución que consideran más prudente y beneficiosa a largo plazo para la propia feria ganadera.