La XVIII Jornada Medieval en honor de Bernardo del Carpio se celebra con gran éxito de público en su pueblo

"Mala la hubisteis, franceses/al topar con el de Carpio/que si doce eran los pares/a Roldán mató Bernardo". Los romances vuelven a sonar al anochecer de casi verano en el castillo de Carpio Bernardo para recordar, como cada año, al héroe legendario, entre la historia y la leyenda, que habitó este alto que mira a la ducal Alba y a la vega de Lope, la del Tormes que se dirige al alto soto de torres unamuniano. Las buenas gentes de la Asociación Cultural Bernardo del Carpio, quienes llevan desde el año 2005 organizando estas jornadas lúdicas, históricas y literarias, nos regalan a todos una fiesta que, gracias al Ayuntamiento de Villagonzalo-Carpio, a la Diputación de Salamanca y a sus generosos colaboradores, vuelven a conjurar el tiempo y el espacio para devolvernos a una Edad Media quizás no tan lejana.

Y lo hacen desde la fiesta –asado medieval, pasacalles, desfiles, paloteos, danzacuentos, teatro, cetrería, juglares, romances y mercadillos medievales, así como juegos para los niños- y la reivindicación. Porque ahora no se trata de pelear contra los "enemigos malos" que diría el juglar del Cid, sino contra el olvido de ciertas instituciones que no aprenden de las lecciones de la pandemia. En nuestros campos y pueblos está el futuro sostenible, y la vida detenida de quienes quieren mantener viva la tradición y la herencia de los que llegaron antes. De ahí que esta fiesta, tan especial, sea un motivo de alegría y de reivindicación de una tierra apegada a lo suyo, decidida a no desaparecer, a mantenerse.

Y nada mejor que la fiesta y la literatura. Y el héroe que, desde una estatua erigida por uno de los vecinos, mira a su castillo, el que perdiera por honor. Un castillo que también merece más atención y cuidado, porque es mirador privilegiado de la vega del Tormes, ahí frente a la villa ducal teresiana y literaria. Y se impone una ruta que nos lleve de uno al otro lado del río para recordar no solo a la santa, sino a este Bernardo que da nombre al teso de Carpio, como afirmó en su Crónica General Alfonso X, el Sabio, quien da nombre a la campa donde se celebra la fiesta.

Fue Bernardo del Carpio un héroe entre la leyenda literaria y la historia que no sabe de fechas exactas ni de mapas. Luchó contra Roldán en Roncesvalles –ese que llegara, según Charo García de Arriba, a Tamames para hincarse de rodillas con todo y caballo frente a la fuente Roldana de la localidad, y peleó contra el rey que lo crió para recuperar a sus padres. La desgracia del héroe es motivo de cantares y romances de tradición oral tanto hispana como sefardí, y es su recuerdo legendario el que aviva este proyecto cultural que pone al pequeño pueblo en el mapa de la provincia y anima a los visitantes a recorrer su recreación medieval. Una fiesta que ha tenido pregoneros ilustres, y que cada vez es más seguida, porque en ella se une la vistosidad de caballos, participantes, animadores teatrales y, sobre todo, la hospitalidad de sus gentes.

Recuerden la fecha para que futuras jornadas sigan siendo un éxito de público mientras disfrutamos aún de esta fiesta, que una Asociación viva y laboriosa trabaja durante todo el año, con entrega, ganas y, sobre todo, empeño para que recorramos los caminos por los que se cruzaron romanos, castellanos, leoneses, héroes y villanos. Ahí, mirando al río que nos lleva y a la villa ducal que se adorna de todos sus alrededores. Ahí, tan cerca de la Salamanca letrada que tiene en su Plaza Mayor un medallón, justo reconocimiento, al héroe de Carpio Bernardo.