Alba de Tormes rinde homenaje al alfarero Bernardo Pérez con una exposición

El eco de los tornos y el aroma a barro cocido han impregnado de historia y emoción la Basílica Teresiana de Alba de Tormes este viernes. La villa ducal ha desplegado sus mejores galas para rendir un sentido homenaje a uno sus hijos más ilustres, el maestro alfarero Bernardo Pérez, cuya trayectoria ha sido fundamental en la preservación y evolución de este arte ancestral.

La inauguración de la exposición 'Bernardo Pérez, historia en barro y filigrana' no ha constituido solo un evento cultural de primer orden, sino que se ha erigido como un profundo acto de reconocimiento a una vida entera dedicada al arte, a la tradición y, crucialmente, a la transmisión de un legado que define la identidad albense. Un legado palpable en cada pieza expuesta.

La muestra, que permanecerá abierta al público en el incomparable y solemne marco de la basílica hasta el mes de octubre, ha contado con una presentación cargada de sentimiento. El acto ha sido encabezado por Concepción Miguélez, alcaldesa de Alba de Tormes, y Tomás Pérez, hijo del homenajeado y también alfarero, quien ha desgranado con pasión los entresijos de la exposición y la figura de su padre.

Concepción Miguélez ha tomado la palabra para expresar un "gracias con mayúsculas y un gracias enorme" a todos los alfareros y, de manera muy especial, a Bernardo Pérez. La alcaldesa ha querido destacar, ante todo, la humildad del maestro alfarero.

A pesar de atesorar "más de 50 premios", Bernardo "ha caminado siempre por Alba de Tormes como si no hubiese hecho nada por este municipio", ha relatado Miguélez, pintando un retrato cercano del artista. Ha subrayado también la importancia del consentimiento de Bernardo para la realización de esta muestra, un gesto que, según ha indicado, refleja su carácter reservado y generoso.

"Gracias, Bernardo, por dar el consentimiento... Gracias por todos estos años de trabajo, de amor, de pasión, por tu trabajo, por tu profesión", ha manifestado la primera edil, cuyas palabras han encontrado eco en el aplauso de los asistentes.

Un reconocimiento a décadas de dedicación

La regidora ha puesto de relieve cómo Bernardo Pérez no solo ha creado obras maestras, sino que también "ha sabido transmitir su amor por la alfarería". Este compromiso ha asegurado un "relevo generacional" que Miguélez ha calificado como "muy grande" y esencial para la pervivencia del oficio.

Este arte, ha recordado con firmeza, es "el sello de identidad de la alfarería de Alba de Tormes". En este sentido, ha agradecido la colaboración de la diócesis, representada en el acto por el padre Emilio, por la cesión de la Basílica Teresiana. Este espacio sagrado, ha comentado, "hace que esta muestra aún todavía se vea más grande, más magnífica".

También ha extendido su gratitud a la Diputación de Salamanca, con la presencia de la diputada Eva Picado en representación de su presidente y ha tenido palabras de recuerdo para David Mingo, diputado de Cultura. Miguélez ha aprovechado la ocasión para solicitar formalmente la edición de un catálogo de la exposición, expresando su esperanza de que "en la clausura ese catálogo pueda ser una realidad", un documento que perpetuaría la memoria de este evento.

Finalmente, la alcaldesa ha invitado a todos los presentes y al público general "a que disfrutéis y a que invitéis a personas a que disfruten y a que conozcan este patrimonio cultural que tenemos en nuestra vida".

Saga alfarera

Tras las palabras de la alcaldesa, ha sido Tomás Pérez, hijo de Bernardo y continuador de la saga alfarera, quien ha tomado el relevo, con la emoción contenida de quien habla de un padre y un maestro. "La exposición se encuentra ya completa", ha comenzado, para añadir inmediatamente una reflexión clave sobre la naturaleza del arte y su recepción: "siempre nos vamos a fijar en los cacharros, pero nunca entendemos por qué han llegado y, la mayoría de las veces, ha sido por vosotros".

Tomás Pérez ha confesado que el montaje de la exposición ha resultado "muy muy fácil", y ha atribuido esta fluidez "principalmente porque quien ha estado al lado ayudando ha sido alguien que conoce muy bien la alfarería". Unas palabras que sugieren la implicación familiar y el conocimiento profundo que rodea este proyecto.

El hijo del homenajeado ha procedido entonces a desgranar la estructura cuidadosamente evolutiva de la muestra, concebida para ser un fiel reflejo de la rica tradición alfarera de Alba de Tormes. "Lo primero que hemos hecho es fijarnos en un libro editado en 1953 por la Diputación Provincial, donde Luis Cortés nos cuenta, nos relata cómo estaba compuesto un horno en Alba de Tormes, aquí en casa de los familiares de Paqui, los chaguetes", ha explicado. Este punto de partida sitúa las raíces de la exposición en la investigación histórica y etnográfica.

A partir de este anclaje en mediados del siglo XX, la exposición avanza cronológicamente hasta la década de 1970. Para esta etapa, se han basado "en una exposición de lo que cada alfarería hacía en Alba de Tormes en los años 70, que lo detalla Vicente Sánchez Pablo, conocedor de de la alfarería". Este recorrido histórico permite al visitante comprender la profundidad, la diversidad y la continuidad del oficio en la villa ducal a lo largo de décadas cruciales de transformación.

La siguiente sección de la exposición, según ha relatado Tomás Pérez con evidente cariño, se adentra en el "núcleo familiar y el legado directo de Bernardo". Ha mencionado a figuras clave que han formado parte de esta tradición, como "Tadeo, con Paco, con mi abuelo, con Pepe y con Carmen". Nombres que evocan talleres, manos expertas y la transmisión de un saber ancestral de generación en generación.

La exposición culmina en la figura central: Bernardo Pérez, el protagonista indiscutible. "Y luego llegamos a la parte del protagonista, de Bernardo, que yo creo que lo vais a ver ahí todo sin explicar nada", ha afirmado Tomás con orgullo filial. La obra del maestro, ha sugerido, "habla por sí misma", trascendiendo la necesidad de explicaciones adicionales.