Un festival de blues, una desaparición: ¿Qué secretos revela la nueva novela de Tomás García Merino?

El escritor salmantino Tomás García Merino, recientemente galardonado por la Fundación César Egido Serrano, da un audaz giro a su trayectoria literaria con 'Sentir el viento', su cuarta novela y primera incursión en el género negro. La obra, editada por Círculo Rojo, y cuya portada ha sido diseñada por Esther Ventosa, será presentada este viernes a las 19:30 horas en la Librería Víctor Jara de Salamanca, prometiendo una trama absorbente que se desata en un conocido festival bejarano.

Un thriller con sabor local y aroma a blues

La intriga de 'Sentir el viento' comienza en un escenario vibrante y reconocible: la plaza de toros del Castañar de Béjar, el 16 de julio de 2022, durante el Festival Internacional de Blues. Es allí donde una joven desaparece, desencadenando una compleja investigación que llevará al lector por un recorrido minucioso y actual. "La gente que la lea dará un paseo por Salamanca, por Béjar, por Mogarraz, Candelario", adelanta García Merino, subrayando la familiaridad de los escenarios para muchos lectores.

Este salto al género negro no es casual. El autor confiesa ser un "lector de novela negra" y, aunque lo considera un género "bastante difícil", se sintió atraído por el reto. "Tienes que tener todo muy bien conectado. No puedes dejar ningún fleco, porque en ese caso el lector enseguida se desengaña", explica. A diferencia de sus novelas anteriores, ambientadas en 1947 y 1977, donde la documentación histórica era primordial, en 'Sentir el viento' el esfuerzo se ha centrado en "tejer una trama impecable y creíble".

El método Merino: escritor "brújula" y estilo cinematográfico

Tomás García Merino se define como un "escritor brújula", en contraposición al "escritor mapa" que planifica cada detalle. "Soy un poco desordenado para eso, pero creo que eso me da una libertad y que hace al final la novela sea muchísimo más fresca", asegura. Aunque tiene claro el inicio y el final de sus historias, permite que los personajes cobren vida propia y la trama evolucione orgánicamente. Esta libertad, sostiene, enriquece la narración con "ideas imprevistas y giros sorprendentes".

Su estilo ha sido catalogado como "muy cinematográfico", una descripción que el propio autor acoge con agrado. "La gente me dice que cuando lee mis libros es como si estuviera viendo una película, o una serie, porque intentó describir las escenas para que el lector se meta en ellas y le atrapen", comenta. Esta capacidad para "sumergir al lector en la atmósfera" de la novela es una de las señas de identidad de su escritura.

Una vocación tardía

La dedicación plena de García Merino a la escritura es relativamente reciente, iniciándose tras su prejubilación en el sector bancario en 2019. Antes, sus viajes eran la oportunidad para devorar libros. Sin embargo, al verse liberado de las obligaciones laborales y con más tiempo disponible, comenzó a plasmar sus propias historias, primero en cuentos y relatos que guardó celosamente. El impulso definitivo llegó con el taller de escritura de Raúl Vacas en la Casa de las Conchas, que le proporcionó "la seguridad para compartir su obra".

De esa etapa surgió el libro colectivo 'Bivalvos', y poco después, su primera novela, 'Un claro en el bosque', ambientada en 1947 con Béjar y Salamanca como telón de fondo. Este fue el comienzo de una prolífica carrera que ahora suma su cuarto título.

Los lectores cero y el Círculo Rojo

El proceso de creación de cada novela cuenta con una primera fase de validación crucial: los "lectores cero". Su familia, especialmente su mujer e hijas, son las primeras en enfrentarse al manuscrito. "Cuando veo la reacción que ellas muestran ya sé si debo seguir adelante o no", afirma. A ellos se suman los compañeros del Club Viernes 13, una asociación de nueve escritores salmantinos fundada en 2020, que ofrecen una perspectiva más técnica.

Aunque ha tenido contactos con editoriales tradicionales, García Merino ha optado por la autopublicación con Círculo Rojo para sus últimas obras, incluyendo 'Sentir el viento'. El motivo es que esta editorial "me daba un poco más de libertad a la hora de de hacer presentaciones, o de ir a ferias", explica.

La valiosa conexión con el público

La promoción es una faceta que Tomás García Merino aborda con la experiencia de su antigua profesión como comercial bancario. Utiliza activamente los medios de comunicación y las redes sociales, como Facebook e Instagram, para dar a conocer su trabajo. Esta labor ha llevado a un"crecimiento constante de su base de lectores", algo que ha notado especialmente con el lanzamiento de su nueva novela.

Pero más allá de la escritura, disfruta enormemente del contacto directo con quienes leen sus historias. "Ese feedback que recibes te gusta. Cuando el el lector te transmite lo que ha sentido, o si se ha visto identificado con tal personaje", confiesa. Las ferias del libro y los clubes de lectura son espacios privilegiados para este intercambio. De hecho, ya planea una presentación de 'Sentir el viento' en Béjar durante el verano o a principios de septiembre, respondiendo a la demanda de sus lectores en la ciudad textil.

Un talento reconocido: Premio internacional

El buen momento creativo de Tomás García Merino se vio refrendado recientemente con un importante reconocimiento: un premio internacional de relato corto otorgado por la Fundación César Egido Serrano, en la VII edición de su Concurso Internacional de Microrrelatos. "Eligieron mi relato entre más de 57.000 de 170 países", destaca el autor, quien recibió el galardón, también con una dotación económica significativa, en un acto celebrado en Madrid y Toledo a finales de marzo. Este premio, sin duda, añade "un poco de caché", como él mismo dice.

Lejos de tomarse un respiro, García Merino ya tiene la mente y la pluma en su próximo proyecto. "Yo ya estoy con otro proyecto, ya llevo la mitad casi de la quinta novela", revela. El verano será un tiempo para leer a otros autores, pero la escritura continuará. "Siempre tengo la idea ahí en la cabeza", concluye, demostrando una pasión inagotable por contar historias.

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