Ambicioso proyecto con una inversión de 35 millones de euros financiados por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio
Salamanca avanza hacia un futuro energético más verde y económico con una nueva red de calor. La ciudad se prepara para una transformación energética significativa.
La Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Salamanca han unido fuerzas para impulsar un ambicioso proyecto: una red de calor sostenible que promete no solo calentar miles de hogares y edificios de manera más limpia, sino también aliviar el bolsillo de los ciudadanos y fomentar el empleo local.
Con una inversión de 35 millones de euros, financiados íntegramente por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio a través de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (SOMACYL), esta iniciativa se posiciona como un pilar fundamental en la estrategia de sostenibilidad de la capital charra. Las obras, cuyo inicio está previsto para el segundo semestre de 2026, marcarán el comienzo de una nueva era para el suministro de calefacción y agua caliente en la ciudad.
El impacto más tangible para los salmantinos será el ahorro económico directo. Se estima que cada una de las 8.900 viviendas que se conectarán a la red podrá reducir su factura energética en una media de 350 euros al año. Además, 75 edificios terciarios también se beneficiarán de esta infraestructura.
El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, destacó durante la presentación que "hoy damos un paso más, muy importante, en el desarrollo de una Salamanca más verde, sostenible y saludable". Subrayó que la red de calor "tendrá efectos muy beneficiosos para la ciudad, como el ahorro de costes energéticos para los particulares y las instituciones, la disminución de la contaminación y el incremento del empleo".
El proyecto se desplegará en dos fases, asegurando una cobertura progresiva y eficiente. Los salmantinos residentes en las siguientes zonas serán los primeros en experimentar las ventajas de esta red de calor:
Esta expansión permitirá que una parte considerable de la población salmantina acceda a una fuente de energía más limpia y económica, eliminando la necesidad de equipos de producción de calor individuales y sus correspondientes costes de mantenimiento y renovación.
La central de generación de energía térmica, con una potencia de 48 MW, se ubicará en la avenida Mariano Rodríguez Sánchez. Estará equipada con calderas de biomasa de última generación, que utilizan tecnología de parrilla móvil y control continuo de la combustión. Para garantizar un impacto ambiental mínimo, se implementarán avanzados sistemas de filtrado de emisiones, incluyendo un multiciclón y electrofiltros.
La distribución de la energía se realizará a través de una red urbana de 50 kilómetros de canalizaciones, dividida en tres sectores. El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, junto al alcalde, detalló cómo esta infraestructura no solo proporcionará calefacción y agua caliente, sino que también contribuirá a una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de 39.000 toneladas de CO2 al año.
Además del beneficio ambiental y el ahorro para los usuarios, el proyecto es un motor de empleo. Se prevé la creación de 70 puestos de trabajo durante la fase de construcción, 20 empleos directos para la operación y mantenimiento de la red, y unos 120 puestos de trabajo indirectos en el mundo rural, vinculados a la obtención y logística de la biomasa forestal.
Los beneficios de esta red de calor van más allá del ahorro y la sostenibilidad. Los usuarios disfrutarán de una mayor estabilidad en los precios de la energía a medio y largo plazo, una mejora en la calificación energética de sus edificios –lo que puede suponer una revalorización de los mismos– y una mayor disponibilidad de espacio útil al desaparecer las calderas individuales.
Para Salamanca, la implementación de esta red significa la desaparición de cientos de chimeneas, lo que se traduce en una mejora significativa de la calidad del aire. Como señaló Carbayo, esta iniciativa "hace a Salamanca más autosuficiente en materia energética" y consolida su imagen "como ciudad verde y sostenible", un factor clave para el acceso a fondos europeos y otras ayudas.
Este proyecto se alinea con los objetivos de descarbonización europeos y fomenta la digitalización y telegestión de la demanda energética, posicionando a Salamanca a la vanguardia de las ciudades comprometidas con un futuro más sostenible.
Fotos de David Sañudo