Berta Cáceres: la voz que no pudieron callar. Historia de una activista inquebrantable

Zoe Martínez Ramón

Defensora de los derechos humanos

Berta Cáceres nació el 4 de marzo de 1971 en Honduras y durante toda su vida siguió los pasos de su madre, María Austra Berta Flores, que fue partera, enfermera, alcaldesa y activista social. Berta fue una líder indígena de Honduras y dedicó su vida a proteger la tierra y los derechos del pueblo Lenca. Desde el principio mostró su compromiso con la justicia y los derechos de los pueblos indígenas, lo que la llevó a convertirse en una de las figuras más simbólicas del activismo ambiental en América Latina.

Ayudó a crear el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), que pronto se convirtió en un grupo fuerte de lucha contra los grandes proyectos que dañan el medio ambiente. A través de COPINH, lideró muchas campañas en contra de proyectos que amenazaban los recursos naturales y la forma de vida de las comunidades indígenas. Uno de los casos más característicos de su lucha fue la oposición al proyecto hidroeléctrico de creación de una represa en el Río Gualcarque, causa probable de su asesinato.

Gracias a su valentía y liderazgo, Cáceres fue reconocida a nivel internacional. En 2015 recibió el Premio Goldman, un galardón que se otorgaba a activistas que han supuesto un impacto positivo en la defensa del ecosistema.

Desde el principio Berta fue objeto de amenazas e intimidación, hasta el punto de que la Comisión Interamericana de DDHH le otorgó medidas cautelares de emergencia, aunque ella denunció la falta de aplicación de las mismas. Fue asesinada en 2016, cuando cuatro hombres armados entraron en su casa y le dispararon. Ella no fue la primera activista en morir, pues también fueron asesinados otros miembros del COPINH.

Fue un crimen que conmocionó al mundo y generó una fuerte condena internacional. Investigaciones posteriores revelaron que estaban implicados miembros de la empresa del proyecto, lo que puso de manifiesto la relación entre el poder económico y político en la represión de los defensores ambientales.

A día de hoy, 2025, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha anunciado que se volverá a abrir el caso para investigar la autoría intelectual del crimen, señalando que persisten dudas sobre la totalidad de los responsables y la posible participación de actores más influyentes. Esta decisión ha sido apoyada por otras organizaciones de derechos humanos y por los familiares de Cáceres, quienes continúan exigiendo justicia y el esclarecimiento de los hechos. Este tipo de crímenes no pueden quedar impunes y más teniendo en cuenta el tipo de personas que son, defensores de los derechos humanos que han querido ser silenciados y con muchos lo han conseguido. Exigir justicia para Berta Cáceres es exigir justicia para todos aquellos que también lucharon contra las injusticias de los más poderosos.

El mensaje de Berta Cáceres sigue resonando: «Despertemos, despertemos humanidad». Ya no hay tiempo, hay que actuar. Su lucha no ha terminado, sigue viva en cada rincón del mundo y nosotros tenemos que hacer que se mantenga en el tiempo para recordar la importancia de la resistencia y la solidaridad en la defensa de la naturaleza y la vida.