Después de que los principales líderes de la UE se hayan pronunciado, a propuesta del líder español, Pedro Sánchez, para revisar sus vínculos con Israel, distanciándose del mismo y pretendiendo revisar sus acuerdos comerciales con este país, amenazando con acciones concretas, incluyendo sanciones específicas si Israel no detiene su nueva ofensiva, calificando la situación de Gaza de “catastrófica”, el PP, a través de su líder Feijóo ha salido tímidamente diciendo que Israel debe cesar los ataques a la población civil, aunque lo ha dicho con “la boca pequeña”, dado que, a renglón seguido y en tono más firme, ha dicho que es Hamás la única culpable de la “actividad militar” israelí. Además, ha evitado apoyar que la UE revise su acuerdo comercial con Israel.
Esta es otra decisión política de auténtico calado que le pilla a Feijóo a “contrapié”. Es normal en un líder político que predica y practica la “zorrería política”, puesto que siempre se ha caracterizado por no tener las ideas claras, sino que le gusta estar detrás de la escena, pero cuando los líderes más decididos, más comprometidos y más valientes se deciden a dar el paso, él, tímidamente, se coloca cerca –eso sí, si al final la foto de la noticia es esa intervención decidida de políticos valientes, se apresura a correr para meterse en el centro de la fotografía- para dar a entender a la opinión pública que él era de los que también pensaba lo mismo que los que han dado primero el paso. “Chico listo”, ¡sí señor!, dirían algunos, como de listo y astuto calificaron muchos al dictador Franco, que, después de colocarse claramente del lado de Hitler y Mussolini, es decir, de las atrocidades del nazismo y del fascismo, pudo salir airoso en las épocas de la “Guerra Fría” calificándose a sí mismo como el más firme enemigo del comunismo, en la línea, sobre todo, de los presidentes republicanos de USA en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Ya se sabe, hay que situarse “al sol que más calienta”, algo que facilita las cosas para los intereses particulares. Así piensa Feijóo, de eso no hay ninguna duda. “Primero, mis intereses, después, los de los demás”. Ese es el verdadero pensamiento, aunque haya que hacer creer a la ciudadanía que lo primero son los intereses generales. Es la filosofía de vida de la que han surgido políticos como Feijóo, Ayuso o Almeida.
No obstante, Feijóo ha quedado nítidamente “retratado” con sus declaraciones, porque, por un lado, contradicen claramente las que han venido haciendo –y con sorna- él y sus correligionarios –políticos, económicos y mediáticos- puesto que hace tan sólo unos días, la derecha y la ultraderecha españolas apoyaron sin fisuras los votos telemáticos a la candidata de Israel en el esperpéntico festival de Eurovisión. Y lo hicieron sólo con el ánimo obsesivo y enfermizo de atacar al presidente Sánchez por su postura de condena permanente y sin fisuras de los ataques de Israel a la población civil de Gaza. Y, por otro lado, los líderes del PP abundaban en esa saña hacia Pedro Sánchez diciendo –como hizo Almeida, alcalde de Madrid- que lo de Israel no era en ningún caso genocidio como se le acusa desde el gobierno y la izquierda. Las declaraciones de Sánchez reivindicando que había que promover la retirada de Israel de las competiciones internacionales deportivas, musicales y de cualquier otra índole, de la misma manera que se ha retirado a Rusia por sus ataques a Ucrania, son de absoluto sentido común y, en cambio, son despreciadas y consideradas mofa y escarnio hacia Pedro Sánchez por la derecha política y mediática española. ¿Es que son seres humanos inferiores los Gazazíes asesinados vilmente por Israel en relación a los asesinados ucranianos por Rusia?, dicho de otra forma, ¿Es más sanguinario el ejército ruso que el israelí en sus brutales ataques contra la población civil? La respuesta obsesivo-compulsiva de la derecha política y mediática, hubiera sido “…¡pues que se retire también a Venezuela… y a los comunistas enemigos de la libertad.. y que linchen públicamente, en un rollo jurisdiccional y por la Inquisición a Pedro Sánchez…!”. Lo más grave de todo esto es que hay un sector de la población enfervorizado que apoya sin fisuras estas conductas e incita a las mismas.
Y, en tercer lugar, cuando echa la culpa de lo que ocurre a Hamás como organización terrorista, estaría bien preguntarle si esa respuesta de Israel al terrorismo de Hamás, que considera adecuada, lo hubiera sido también, la hubiera apoyado igualmente contra el terrorismo de ETA en los años en los que la banda terrorista permaneció activa en España. Si esa es la respuesta de Feijóo en relación a los ataques de Israel, ¿hubiera actuado igual con el País Vasco que con Gaza? ¿hubiera considerado adecuado que se hubiera matado, como hasta el momento, a más de 50.000 personas vascas y no vascas, terroristas o no, población civil, mujeres, niños, personas indefensas e inocentes todos? ¿Hubiera dicho, “…bueno, sí, la actuación es desproporcionada contra la población civil, niños, etcétera, pero es “ETA la única culpable de la actividad militar”?. La paradoja de todo esto es que, en su día, un PP que enseñaba su rostro de cordero –que era una piel que tapaba al verdadero lobo- personificado en Aznar, utilizó el GAL y la guerra sucia contra ETA –algo abominable, lo de la guerra sucia, por cierto- para atacar a los gobiernos socialistas de entonces. Aquél “digno y escrupulosamente respetuoso con el Estado de Derecho” –como el mismo Aznar se definía- ocultaba el verdadero rostro de quienes no están demasiado lejos de los discursos, maniobras políticas y ademanes supremacistas de Trump contra quienes no siguen sus doctrinas. Los últimos que están sufriendo las consecuencias de este déspota estadounidense son los estudiantes extranjeros de la Universidad de Harvard. ¿CÓMO ES POSIBLE QUE LA SOCIEDAD APOYE ELECTORALMENTE A ESTOS LÍDERES POLÍTICOS? ¡INCOMPRENSIBLE!
Todos sabemos que este cambio de postura es una “mera cosmética”, porque ahí calladitos ante la barbarie siguen sus adorados “Ayuso y Almeida”. La primera comparando los crímenes de Gaza con lo que pasa en Venezuela, por ejemplo y al igual que los alegatos “Trumpistas” culpando de todo a la izquierda y al comunismo –chino y no chino-, además del “Sanchismo”. Las políticas de Trump son el ejemplo de lo que podría ser la gestión del PP con los españoles si gobernaran en España en un futuro inmediato, si no cambian los dirigentes actuales, dado que Feijóo es un mero “hombre de paja”, que hará lo que de ordenen los que realmente mueven los hilos en esa formación política. ¿Quieren, de verdad, los españoles asumir ese reto del cambio en estos momentos, con un PP dirigido por los políticos más extremistas, fundamentalistas, supremacistas y atrabiliarios de nuestra historia reciente?
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