Su labor abarca desde la coordinación de eventos hasta la retransmisión mundial de los actos, impulsada por una profunda devoción personal y familiar
En el corazón de la veneración cuerpo de Santa Teresa, que congrega a fieles y curiosos, se encuentra Beatriz Briñón, una figura esencial cuya dedicación y trabajo incansable son cruciales para que cada detalle, cada oración y cada momento de conexión espiritual se desarrollen con la solemnidad y el alcance que merecen. Su labor, a menudo discreta pero siempre vital, teje los hilos que unen la organización terrenal con la profunda devoción que inspira la Santa.
Beatriz Briñón no es solo un nombre en la organización; es una pieza fundamental en el engranaje que permite que la veneración de Santa Teresa en Alba de Tormes fluya con precisión. Briñón forma parte de la organización de todos los eventos que se desarrollan durante estos quince días intensos, pero su implicación va más allá. "Formo parte de la organización de todos los eventos que hay aquí en la en la veneración de la santa, y luego también me encargo del tema de la retransmisión de de todos los actos", explica con la serenidad de quien domina su cometido. Esta retransmisión se extiende "desde que se comienza hasta que se finaliza de 9 a 10 de la noche, en los casos de los fines de semana hasta las 11 que termina la vigilia, la adoración".
Su responsabilidad no se limita a la coordinación general, sino que se adentra en el detalle técnico y litúrgico. "Durante las ceremonias, durante las las eucaristias, me encargo de regir las celebraciones con los cambios de cámara, cambios de visualización y demás", añade Briñón. Este doble papel, que combina la gestión de eventos con la producción audiovisual en directo, asegura que la experiencia de la veneración sea completa tanto para los presentes como para aquellos que la siguen desde la distancia.
Para Beatriz, esta implicación en un evento de tal magnitud no es una simple tarea profesional; es la culminación de una vida de devoción y un anhelo profundamente arraigado. "Es un sueño", confiesa con una emoción palpable. La figura de su abuelo Eladio Briñón emerge en su recuerdo, un referente en su camino de fe: "Me acuerdo mucho de mi abuelo. Todo el mundo se acuerda de mi abuelo, y poderlo vivir desde dentro en primera persona... es es una maravilla".
La oportunidad de participar activamente en momentos tan significativos como la apertura del sepulcro en agosto, y estar presente en "todos los momentos clave y especiales de este estudio, estas 3 etapas", es para ella una vivencia que trasciende lo ordinario. Lo describe como "una bendición de dios y un regalo de la santa".
Entre la vorágine de la organización y la técnica, hay instantes que se graban en el alma con especial intensidad. Beatriz comparte uno de esos momentos reveladores, vivido mientras custodiaba el cuerpo de Santa Teresa. "Ayer fue la primera vez que me pude poner a custodiar el cuerpo de la santa mientras entraba gente a la iglesia", relata. Lo que experimentó fue una "sensación de paz la que sentía al estar delante de la santa y ver a la gente entrar con tanto respeto".
La imagen de los fieles, "la gente sentada rezando, emocionarse, pedir con los ojos cerrados, familias con los niños sentados en los bancos pidiéndole a la santa, dándole gracias", compone un mosaico de devoción que conmueve profundamente. Estas experiencias son el combustible que alimenta su dedicación.

La decisión de retransmitir en directo todos los actos de la veneración no es casual, sino que responde a un deseo profundo de universalizar la experiencia teresiana. La señal llega a rincones insospechados del planeta, tejiendo una red de fe global. "Sudamérica hay muchísimos, de Estados Unidos, de Italia, del Reino Unido también, de Croacia hay muchos croatas", enumera Beatriz, destacando la diversidad de la audiencia. Incluso menciona el gesto de "una familia de croatas que ha aportado económicamente para el adorno floral de la Santa".
El objetivo es claro y conmovedor: "La idea que tenemos con el poder transmitir de principio a fin es que la gente que no pueda venir, que se pueda sentir como si estuviera aquí. Llevarles la santa a sus casas y que le puedan pedir, que se puedan sentir partícipes de esta veneración de 15 días y ponérselo lo más fácil posible".
Entre los actos programados, la procesión del próximo sábado se anticipa como un evento singular, diferente a las tradicionales salidas de la Santa en agosto y octubre. La expectación es máxima, y Beatriz Briñón explica por qué: "Hombre, pues la emoción de que salga la santa en un mes de mayo, que nunca hemos visto la santa fuera en el mes de mayo". Este hecho inédito ya confiere a la procesión un carácter especial.
Además, la presencia física de la Santa en la iglesia durante este periodo añade una dimensión particular. "El saber que va a salir coincidiendo que ella va a estar presente en la iglesia, no como otras veces, sino de una manera más especial, más física", señala. El cortejo también promete ser memorable, con la participación de la banda de la Expiración, cofradías y hermandades de Salamanca y la ilusión desbordante de las agrupaciones locales de Alba. "Va a ser una procesión como yo creo que nunca vamos a volver a ver", vaticina Beatriz.
Ningún evento de esta envergadura sería posible sin la entrega desinteresada de un ejército de voluntarios. Beatriz Briñón no escatima elogios al referirse a ellos: "Impagable, impagable, inmejorable, todos los calificativos positivos que se les pueda dar, de verdad que se quedan cortos". Su labor es un testimonio vivo de compromiso y generosidad, un pilar fundamental sobre el que se asienta toda la organización.
La capacidad de respuesta y la disposición de los voluntarios son ejemplares. "En cuanto esta mañana, por ejemplo, que había solamente 3 voluntarios y empezaba a llegar mucha gente, pusimos por el grupo de WhatsApp que tenemos: necesitamos gente, enseguida aparecieron aquí 5 o 6", relata Beatriz.
Los días son largos y las horas de trabajo se acumulan, pasando factura física y anímicamente. Ante el inevitable cansancio, la pregunta surge: ¿de dónde saca Beatriz Briñón las fuerzas para seguir adelante con la misma entereza? Su respuesta es simple: "Por ella, o sea, por todo es por y para ella".
"Esto es algo que yo había soñado toda mi vida, y ahora al tenerlo aquí hay que sacar las fuerzas de donde sea", afirma con convicción. Unos segundos de recogimiento ante la Santa son suficientes para recargar energías: "Sentarte 10 segundos en el banco, mirarla y y agradecerle pensar en ella, te por lo menos a mí me reconforta y me da energía para tirar para para adelante". La perspectiva de que esta experiencia es única e irrepetible también juega un papel crucial. "Que me dicen que hay que seguir una semana más con los ojos cerrados ni me lo pienso, esto es algo que no vamos a volver a vivir".