Esta noche se presenta en Alba de Tormes el busto 'Vera Effigies' de Santa Teresa de Jesús, con la presencia de su creadora, la escultora forense Jennifer Mann. La obra, fruto de un riguroso estudio científico e histórico, revela el rostro de la santa a los 50 años
La imagen más fidedigna de Santa Teresa de Jesús hasta la fecha, que ya fue presentada al mundo el pasado 28 de marzo, se revela esta noche en forma de busto a las 22:00 h en la Basílica de la Anunciación de Alba de Tormes. El busto, denominado 'Vera Effigies' (Verdadera Efigie), ya se encuentra en Alba de Tormes y es el resultado de un minucioso trabajo de reconstrucción facial forense liderado por la experta australiana Jennifer Mann. La presentación contará con la presencia de la propia escultora, quien ha trabajado para plasmar cómo sería el rostro de la mística abulense en torno a los 50 años de edad, una etapa crucial en su vida y obra.
La escultora forense Jennifer Mann, del Instituto Victoriano de Medicina Forense en Australia y la Universidad de Monash, explicará los detalles de su trabajo. Este encargo surgió tras el estudio de los restos de Santa Teresa de Jesús por un equipo de investigación de la Universidad Gabriele D'Annunzio de Chieti-Pescara (Italia), siendo contactada por el profesor Ruggero D'Anastasio y comisionada por el Dr. P. Marco Chiesa, OCD. Mann cuenta con formación en escultura de reconstrucción facial forense en Estados Unidos y Escocia, y está especializada tanto en restos humanos no identificados como en personajes históricos.
Para recrear el rostro, Mann utilizó radiografías y mediciones antropomórficas detalladas, obtenidas del estudio de los restos de la santa, que se encuentran momificados de forma natural y en un 'estado de conservación extraordinario', según un informe preliminar del antropólogo Luigi Capasso. Este informe también revela datos como su estatura probable de 156,8 centímetros y diversas dolencias. La escultora también se basó en fuentes históricas como el retrato de Fray Juan de la Miseria y la descripción de la Madre María de San José. La principal dificultad, según la escultora, fue la imposibilidad de realizar una tomografía computerizada, lo que la llevó a recrear el cráneo en arcilla como base para la escultura final, que tardó aproximadamente un mes en emerger, seguido de semanas de perfeccionamiento y una pátina de bronce.

El busto representa a Santa Teresa alrededor de los 50 años, una edad que, según Mann, permite vislumbrar tanto su juventud como la madurez y sabiduría de su espíritu. La vestimenta y el tocado se basaron en indicaciones del padre Miguel Ángel González, prior carmelita de Alba de Tormes, para asegurar la precisión histórica. La propia escultora describió la experiencia como "muy conmovedora", destacando su esfuerzo por guiarse "únicamente por datos reales y no por mis emociones ni por mis licencias artísticas".