, 07 de diciembre de 2025
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Sánchez Oreja invita en Alba a vivir el amor de Cristo al estilo de Santa Teresa
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ALBA DE TORMES

Sánchez Oreja invita en Alba a vivir el amor de Cristo al estilo de Santa Teresa

Actualizado 18/05/2025 14:18

Propuso una Iglesia basada en la amistad para superar la crisis actual y la "cultura del intercambio".

"Amigas, todas sean de amar, todas sean de querer, todas sean de ayudar". Las palabras de Santa Teresa de Jesús, cargadas de una sabiduría intemporal, resonaron con especial fuerza en la Basílica de la Anunciación de Alba de Tormes. Fueron el pórtico de una profunda reflexión ofrecida por el padre Francisco Sánchez Oreja, Superior Provincial de los Carmelitas Descalzos en España, quien interpeló a los fieles sobre la esencia misma del ser cristiano: el amor vivido en comunidad.

La homilía de Sánchez Oreja no fue una mera formalidad litúrgica, sino un llamamiento vehemente a redescubrir el mandato del amor, tal como Jesucristo lo enseñó y Santa Teresa lo encarnó con pasión.

El legado imperecedero de Santa Teresa: un amor que nace de Dios

El Superior Provincial inició su alocución sumergiéndose en la experiencia mística de Santa Teresa. Recordó cómo el "encuentro íntimo de amistad y amor con Dios" de la reformadora del Carmelo transformó radicalmente su manera de mirar a los demás, especialmente a sus "hijas, las monjas". Para Teresa, este amor divino no es un añadido, sino la raíz indispensable de cualquier afecto genuino hacia el prójimo.

Sánchez Oreja citó directamente a la Doctora de la Iglesia para enfatizar este punto: "Entendamos que la perfección verdadera es amar a Dios y del prójimo, y cuando con mayor perfección guardemos estos mandamientos, seremos más perfectos". Esta interconexión, explicó el carmelita, es la piedra angular de la espiritualidad teresiana, pues, como escribe la Santa en las 'Quintas Moradas', "si no es naciendo de raíz del amor de Dios, que no llegaremos a tener con perfección el del prójimo".

El testamento de Jesús: "Que os améis como yo os he amado", la identidad cristiana

La homilía se ancló firmemente en el pasaje evangélico del día, que relata la emotiva despedida de Jesús de sus discípulos. Sánchez Oreja pintó un cuadro vívido de aquella "comunidad pequeña" y "frágil", con unos apóstoles que eran "como niños pequeños" ante la inminente partida de su Maestro. En ese momento crucial, Jesús les entrega su "regalo", su testamento vital: "Os doy un mandato nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado".

Este amor mutuo, subrayó con énfasis el predicador, no es un mero consejo moral, sino la condición sine qua non para que la presencia de Cristo siga viva entre los suyos. "El amor que han recibido de Jesús seguirá difundiéndose entre los suyos", afirmó. Por ello, la verdadera "señal" de discipulado, más allá de la confesión doctrinal, la observancia de ritos o el cumplimiento disciplinar, es inequívoca: "La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros". En ese amor, insistió, reside la auténtica identidad cristiana.

Sánchez Oreja invita en Alba a vivir el amor de Cristo al estilo de Santa Teresa | Imagen 1

Una Iglesia de amigos: la propuesta transformadora del Carmelo

Sánchez Oreja enarboló con convicción el ideal de una comunidad eclesial cimentada en la amistad. "Una comunidad basada en la amistad cristiana enriquecería y transformaría hoy a la Iglesia de Cristo", proclamó. La amistad, argumentó, "promueve lo que nos une, no lo que nos diferencia". En un entorno de amigos, "se cultiva la igualdad, la reciprocidad, el apoyo mutuo. Nadie está por encima de nadie. Ningún amigo es superior a otro".

Este modelo, lejos de ser utópico, facilitaría la corresponsabilidad, la colaboración y una apertura genuina "a los extraños o a los diferentes, los que necesitan acogida y amistad". La conclusión es poderosa: "De una comunidad de amigos es difícil marcharse. De una comunidad fría, rutinaria o indiferente. La gente se marcha y los que se quedan apenas lo sienten". Una reflexión que resuena con las inquietudes de muchos fieles en la actualidad.

Llamada final a la paz y al amor mutuo, al estilo de Teresa

Francisco Sánchez Oreja cerró su intervención volviendo a la fuente teresiana, con una exhortación que es a la vez un programa de vida: "Mirad, hermanas, lo que nos importa amarnos unas a otras y tener paz, que es la única condición que nos puso el Señor. Amén". Estas palabras, pronunciadas en el corazón del Carmelo Descalzo, no son solo un eco del pasado, sino una hoja de ruta para el presente y el futuro de la Iglesia.