Pedro Pérez Castro, director de la Casa Lis en Salamanca, analiza los 30 años del museo, su consolidación como el museo más visitado de Castilla y León y su fuerte vínculo con la sociedad salmantina.
Más allá de su icónica fachada de vidrieras y su indiscutible atractivo estético, el Museo de Art Nouveau y Art Déco Casa Lis de Salamanca es, en palabras de su director, Pedro Pérez Castro, "un organismo vivo". Una institución que ha latido al ritmo de la ciudad durante treinta años, adaptándose, superando desafíos y consolidándose como un referente cultural indiscutible.
En esta conversación, enmarcada en la celebración del Día Internacional de los Museos este domingo 18 de mayo, Pérez Castro desentraña no solo el alma de esta joya arquitectónica y museística, sino también su fascinante evolución y la visión de futuro que la proyecta hacia nuevas dimensiones.
La relación de Pedro Pérez Castro con la Casa Lis no es reciente; se remonta a los cimientos mismos del proyecto museístico. "Yo estoy aquí desde el origen. Podría decir que a principios de los años 90 me cayó la responsabilidad del ayuntamiento para catalogar la colección que en aquel momento había donado el señor Ramos Andrade", recuerda el director. Esta implicación temprana, participando en la catalogación y documentación de la colección fundacional hasta la inauguración del museo en 1995, le otorga una perspectiva única sobre la trayectoria de la institución. Treinta años después, la Casa Lis no es solo un edificio emblemático, sino el museo más visitado de Castilla y León, un logro que Pérez Castro atribuye a un crecimiento constante y a una conexión especial con la comunidad salmantina.

La consolidación de la Casa Lis como el museo de referencia no ha sido un camino exento de obstáculos. "El museo es un organismo vivo y por lo tanto en 30 años ha sufrido diversas circunstancias que al final lo que han hecho ha sido fortalecerlo", afirma Pérez Castro. Destaca que los museos "son organismos muy delicados y hay que tratarlos con mucho tacto y con mucho cariño". Esta filosofía ha guiado la gestión a través de diferentes etapas, logrando que los "momentos malos que ha habido ya están eliminados y lo que nos han ayudado es a hacernos fuertes". Un aspecto crucial en esta resiliencia ha sido el apoyo de la sociedad salmantina. "Cuando ha habido algún problemilla con el museo, la sociedad salmantina ha sabido reaccionar muy bien", subraya el director. Esta simbiosis ha convertido al museo en un motivo de orgullo local, un lugar que los salmantinos "enseñan a sus amigos y a sus familiares cuando vienen a Salamanca, y además se convierten un poco en sus anfitriones".
En un mundo cada vez más digitalizado, la Casa Lis enfrenta el reto de integrar las nuevas tecnologías sin desvirtuar su naturaleza. Pedro Pérez Castro explica que el museo ha abordado esta transición con cautela y preparación. "Nos hemos formado, hemos hecho una capacitación todos en el museo para entender lo que significaba la revolución digital", asegura. Sin embargo, mantiene una postura firme sobre el valor intrínseco de las obras: "Seguimos creyendo que lo más importante es la pieza, tal y como se consideró en su momento y queremos seguir exponiéndolas con la mayor rigurosidad y con la mayor seriedad para que los visitantes la contemplen tal y como se creó".
La tecnología, por tanto, se concibe como una herramienta complementaria. "Sabemos que debemos utilizar las tecnologías digitales para complementar esta visión, sin que nunca sean un estorbo", matiza. La prudencia en la adopción tecnológica no implica inmovilismo. La Casa Lis tiene en marcha proyectos ambiciosos: "Estamos trabajando en nuevas exposiciones temporales y seguramente, precisamente, utilizando la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías para, insisto, complementar lo que es la contextualización de estas piezas".
Uno de los proyectos más destacados es la creación de "gemelos digitales" de la colección de autómatas, piezas que, por la delicadeza de sus mecanismos, solo pueden verse en movimiento una vez al año. "Vamos a utilizar tecnologías de realidad virtual y seguramente también alguna posibilidad de realidad inmersiva", explica, abriendo la puerta a experiencias inmersivas que a buen seguro serán del agrado de los visitantes. Además, se está llevando a cabo una completa digitalización del museo, abarcando tanto fotografías como documentación.
La Casa Lis es mucho más que sus colecciones. Su vitalidad se nutre de una rica programación cultural que incluye conciertos, charlas y diversas actividades, donde la Asociación de Amigos del Museo juega un papel fundamental. De cara al Día Internacional de los Museos, la Casa Lis se alinea con las directrices de ICOM (Consejo Internacional de Museos). El lema que guía sus acciones es: "El futuro de los museos son comunidades en nuestro intercambio". Pérez Castro destaca iniciativas como "la visita al museo de los abuelos con sus nietos", un programa que fomenta la comunicación intergeneracional. "Vamos a hacer actividades presenciales muy interesantes y además de una que se encuentra en las redes sociales", añade.

¿Qué encuentra el visitante al cruzar sus puertas? "Probablemente un momento de tranquilidad, un momento de disfrutar de la belleza de las colecciones que exponemos", reflexiona Pérez Castro. Las piezas, fruto del trabajo de artistas de finales del siglo XIX y principios del XX, invitan a un viaje estético que se complementa con la singularidad del propio edificio, donde se puede "disfrutar de la luz de la Casa Lis y de las vidrieras".
El director anima a vivir una visita "muy divertida, entretenida, completa", que incluye la colección permanente y la temporal actual, "Danzantes, mitos y leyendas", que "está gustando muchísimo". Si tuviera que definir la esencia única de la Casa Lis, recurre a las palabras de quienes la viven: "Hay una expresión que suelen utilizar mucho los visitantes. Todos al entrar dicen que es 'una belleza'". Pero añade una sensación de pertenencia: "Belleza y 'esta es nuestra casa'. Estos son los dos elementos que yo creo que son más importantes para nosotros". Así, la Casa Lis se erige como un hogar para el arte y para todos aquellos que buscan en él inspiración, conocimiento y sosiego.
Actividades virtuales (12-18 de mayo):
Líbelula de emociones: Instalación interactiva accesible mediante QR para crear un collage digital colectivo.
Cápsulas musicales: Descubrimiento de referencias sonoras de la primera mitad del siglo XX y su influencia actual, a través de la web del museo (http://www.museocasalis.org) y redes sociales.
Test de personalidad online: Un test para descubrir "¿qué obra del Museo Casa Lis eres?", con la posibilidad de ganar un vale de 30 euros para La Tienda de Lis online. Accesible por QR y web.
Actividades presenciales:
18 de mayo, 11:00-19:00 h: Jornada de puertas abiertas con acceso gratuito al Museo, la exposición temporal "Danzantes. Mitos y leyendas", El Café de Lis y la Tienda de Lis.