Degustación de huevos con farinato y concurrido encierro a caballo para cerrar San Isidro en Carpio de Azaba
Una novillada con alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca también formó parte del programa de clausura
La localidad de Carpio de Azaba que ha estado envuelta desde el pasado jueves en la festividad de San Isidro Labrador, puso la guinda final el domingo 18 de mayo con tres actividades que reunieron un gran número de personas tras varios días de agenda en la que han tenido cabida actividades religiosas, musicales y culinarias, haciendo acto de presencia autoridades provinciales como los diputados Marcos Iglesias y Gerardo Marcos.
Comenzaron la jornada con una degustación de huevos con farinato elaborados por la Cofradía Gastronómica “Amigos del Farinato”; en la que los carpeños y allegados llenaron buenamente sus andorgas con este preciado plato típico salmantino y, más concretamente en la Tierra de Ciudad Rodrigo.
La cita culinaria daría paso a un espectacular encierro a caballo que reunió cerca del millar de personas en pleno campo, aprovechando el sol y la buena temperatura que ha reinado durante todos los días de celebración. Los caballistas trajeron con destreza las reses de Manuel Santiago Corvo desde el campo hasta la Plaza de Toros campestre con todo el ganado reunido. Tan solo un pequeño incidente con una de las vallas en los últimos metros que se vino abajo al acercarse una de las bravas y caer encima de la res tanto empalizada como público, podría destacarse como susto o más bien anécdota. (El lector de estas líneas no encontrará imágenes en la galería de esta crónica pues estuvo el fotógrafo de esta redacción involucrado en el asunto).
La rápida intervención del público y caballistas, pudo poner de nuevo a la cornúpeta en su camino y llegar a la plaza de tientas sin tener que lamentar ningún mal mayor.
De Seguida, una clase práctica del aspirante a torero Manuel Salvador Herrero, alumno de la escuela de tauromaquia salmantina con un novillo de Manuel Santiago Corvo, amenizaría la tarde taurina.
Después llegaría el turno de los aficionados a la tauromaquia y valientes del pueblo y alrededores, que pudieron disfrutar de una capea al estilo tradicional mostrando sus habilidades. Todo esto contado estuvo animado por la charanga ‘Manliao’ que vivió muy seguida por la gran afluencia de público joven en una tarde análoga a una romería campestre.
