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Florencio Maíllo: “Salamanca fue para Federico García Lorca una resonancia constante”
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Florencio Maíllo: “Salamanca fue para Federico García Lorca una resonancia constante”

Actualizado 17/05/2025 10:11

El artista de Mogarraz presenta una monumental publicación de la Diputación para homenajear la relación entre Lorca y Salamanca

La Feria del Libro, que nos ha ofrecido espectaculares imágenes de lluvias y arco iris entre las páginas, se viste de sol en su último viernes para recibir una publicación monumental de la mano de la Diputación de Salamanca dedicada al poeta Federico García Lorca y su relación con nuestra ciudad. Y sale el sol para recibir este libro tan especial, empeño de muchos pero siempre de la mano de quien, señala Juan Carlos Zeballos, diputado de turismo, será siempre nuestro pintor de la memoria, una memoria que ha convertido Mogarraz, su pueblo, en referencia mundial.

Es Florencio Maíllo nuestro pintor, escultor, profesor de la Universidad de Salamanca, un espléndido conferenciante. Y habla de este libro como lo que es, no un catálogo para recordar una muestra, una instalación pictórica, no, se trata de un estudio muy pormenorizado y sentido acerca de la especial vinculación del poeta granaíno con Salamanca. Una relación que imaginábamos nacida en el viaje de estudios que realizó junto a su maestro, el salmantino Martín Domínguez Berrueta, pero que las investigaciones de Maíllo sitúan antes, cuando Lorca se enamora del Cancionero de Dámaso Ledesma. De ahí que la muestra parta de dos importantes retratos, el del músico y organista mirobrigense, retratado entre los órganos de su catedral, y el de Lorca, con fondo de la Salina. Ambos cuadros, expuestos en el patio de la sede de la Diputación, ahora lucen en el sitio donde según su autor deben estar: en la catedral de Ciudad Rodrigo y en la sede de la Diputación.

A estos dos retratos le siguen 126 de allegados a Lorca que nos recuerdan los 126 años de su nacimiento. Y recordemos también que Maíllo se acerca a Lorca por su trabajo pictórico para el espectáculo “Forlorkiando” de otro serrano ilustre, su amigo Gabriel Calvo, y se queda prendado del artista. Preocupado siempre por el registro de la memoria –qué son sus rostros de los convecinos de Mogarraz- Maíllo recorre la vida de Lorca a través de sus muchos amigos y se embarca en una aventura que retratarán fotógrafos como Puparelli o David Arranz, entre otros, escribirán autores de la talla de la poeta y profesora María Ángeles Pérez López y moverán a un gran número de personas, como los dedicados trabajadores de Feltrero, para situar los cuadros, primero en la Plaza de Salamanca y luego, como no puede ser de otra manera tratándose de la Diputación, en los diferentes pueblos salmantinos. Un empeño monumental que se inició con exhaustiva documentación y la especial relación emocional y artística que tejió el pintor con el poeta.

No es pues, una publicación al uso, sino un recorrido por un empeño siguiendo al que para Maíllo es “Un viajero íntimo de Salamanca”. Su acercamiento a Lorca, tan estudiado, es algo distinto que parte de su obsesión por el territorio y el legado. Una propuesta visual que supone un diálogo intergeneracional para descubrir a este autor que “pensó, escribió y sintió Salamanca”. Primero desde su descubrimiento del Cancionero de Dámaso Ledesma prologado por Tomás Bretón, y después a través de sus viajes. El primero, de juventud, ya marcada por la música –Lorca era un excelente pianista, lo que le une a Maíllo, casado con María Guerra, pianista también- y el último, poco antes de morir.

El último viaje de Lorca tiene como objetivo encontrar trajes para las representaciones de Lope de Vega, un autor de cabecera para el poeta. Pero no se trata solamente de un viaje por los pueblos del norte de Cáceres y del sur de Salamanca de índole folclórica. Es un viaje curativo para Maíllo, que lo lee en clave política. Lorca ha sido atacado tras el estreno de Yerma y sufre decepciones personales. Tras este viaje, dará su conferencia magistral sobre el poder educativo del teatro, y quizás lo haga porque este viaje le ha fortalecido. Descubre el hermoso palacio del pueblo cacereño de Abadía, donde nació nuestro admirado Jesús Málaga, presente en el acto, y allí, en una noche de luna llena, observa angustiado como un grupo de cerdos salvajes devoran a un cordero que se ha perdido del rebaño. Todo un símbolo de lo que pasará después en España.

El recorrido de este viaje, el viaje de los cuadros de Maíllo, los textos que acompañan a las imágenes, uno de los cuales, magistral, firma el propio artista, hacen que este no sea un catálogo al uso, como no lo es esta presentación. Auténtica conferencia con un talento que ya le conocíamos al pintor de Mogarraz, espléndido comunicador que logra emocionarnos, suspendernos a todos en la historia de un creador pleno de gracia que encontró en Salamanca un espacio musical, ancestral, que hizo suyo. Este trayecto amoroso lo recorre un libro completísimo que nos maravilla y emociona. Y eso, en este día de sol, va mucho más allá de la naturaleza de un catálogo. Pura poesía puesta en pie para ser retratada por el monumental empeño de todos los que han colaborado en este milagro de Florencio Maíllo, apoyado por la Diputación de Salamanca.

Charo Alonso. Fotografías: Félix Corchado