Los ciento diez participantes de la peregrinación, organizada por la Diputación, disfrutaron de un menú tradicional con patatas meneas en la Plaza de Toros
El espíritu peregrino ha vuelto a sentirse con fuerza este sábado en los caminos que conducen a Alba de Tormes. Un grupo de ciento diez personas ha protagonizado la primera de las jornadas de peregrinación al sepulcro de Santa Teresa, una iniciativa promovida por la Diputación de Salamanca para fomentar el conocimiento y la vivencia del legado de la Santa Andariega.
La jornada ha comenzado temprano. A las nueve de la mañana, los participantes partieron desde Salamanca. Un autobús facilitado por la organización los trasladó hasta la localidad de Terradillos, punto de inicio de la marcha a pie hacia la villa ducal.
Tras completar el tramo a pie, los peregrinos han llegado a la emblemática Plaza Mayor de Alba de Tormes. Allí, han tenido la oportunidad de realizar un recorrido por diferentes puntos de interés turístico, empapándose de la rica historia y el patrimonio que atesora la localidad tan vinculada a la figura de Santa Teresa de Jesús.
Esta inmersión cultural y espiritual ha servido como preludio a un merecido descanso y un momento de confraternización. Ya a mediodía, el grupo se dirigió hacia la Plaza de Toros de Alba de Tormes, un espacio singular que hoy ha cambiado los festejos taurinos por los manteles.

En el coso taurino, los ciento diez peregrinos han podido disfrutar de un menú tradicional, cuidadosamente preparado por Catering Gabriel. La comida ha consistido en unas reconstituyentes patatas meneas con tocino, un plato emblemático de la gastronomía salmantina, seguido de una deliciosa tarta de queso como postre.
Esta primera jornada de peregrinación ha combinado así el esfuerzo físico del camino, la riqueza cultural de la visita y el placer de la gastronomía local, ofreciendo una experiencia completa a todos los participantes que han querido seguir las huellas de Santa Teresa, que esta tarde venerarán el cuerpo de la patrona de Alba de Tormes.