La villa ducal vive un sábado de gran concurrencia, generando desafíos en el acceso y el estacionamiento, mientras Protección Civil, fuerzas de seguridad y voluntarios se coordinan para atender a los peregrinos.
Alba de Tormes se ha despertado este sábado, 17 de mayo, inmersa en una de las jornadas de mayor afluencia de visitantes que se recuerdan recientemente. El ambiente en la villa ducal es de constante movimiento, con un notable incremento de personas interesadas, principalmente, en acercarse al legado de Santa Teresa de Jesús.
Este flujo masivo de turistas y peregrinos se hace especialmente patente en los accesos al municipio. Numerosos conductores, muchos de ellos buscando indicaciones para llegar al sepulcro de Santa Teresa, se encuentran posteriormente con la dificultad de encontrar una plaza de estacionamiento libre, un desafío recurrente en días de alta ocupación.

Ante esta situación, los efectivos de Protección Civil, la Policía Local de Alba de Tormes y la Guardia Civil trabajan de manera coordinada y constante. Su labor se centra en facilitar la circulación, ofrecer información y garantizar la seguridad tanto de residentes como de visitantes en la villa ducal.
A este esfuerzo se suma la dedicación de un equipo de cincuenta y cinco voluntarios. Estos colaboradores desempeñan un papel crucial atendiendo diariamente a los numerosos peregrinos que llegan hasta la Basílica de la Anunciación, principal punto de interés devocional.

El interés de los recién llegados también se refleja en el constante flujo de personas que acuden al punto de información habilitado en el entorno de la Basílica Teresiana. Este servicio, que el Ayuntamiento decidió reabrir en la estructura de la caseta de la biblioteca libre, se ha convertido en una referencia esencial para orientar a los visitantes.