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Florentino Gutiérrez desgrana la visión de Santa Teresa sobre la muerte: "Una hermana deseada, no una traidora"
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ALBA DE TORMES

Florentino Gutiérrez desgrana la visión de Santa Teresa sobre la muerte: "Una hermana deseada, no una traidora"

Actualizado 16/05/2025 09:31

El sacerdote albense exploró las razones teresianas para abrazar el tránsito final como liberación y encuentro con Dios

Durante el quinto día de veneración del cuerpo incorrupto de la mística doctora, el sacerdote albense Florentino Gutiérrez ofreció una homilía que desgranó la particular y valiente perspectiva teresiana sobre la muerte, un tema que, según sus palabras, "la sociedad trata de poner un manto, un paño de vergüenza".

Ante la reliquia de la Santa, ese cuerpo "agüelladito, ennegrecido, incorrupto, a fuerza de Dios", como lo describió el propio Gutiérrez, el sacerdote invitó a los fieles a trascender el temor común al final de la vida, tomando como guía el pensamiento de Teresa. "Ella está aquí. Su cuerpo descansa en la paz. Ha muerto pero está viva en el Señor, y su palabra sigue todavía floreciendo en nuestros corazones", afirmó, sentando las bases para una catequesis sobre el morir como un acto de esperanza y anhelo divino.

La muerte: un tabú social frente a la valentía teresiana

Florentino Gutiérrez no eludió la incomodidad que el tema de la muerte genera en la contemporaneidad. "Misterio de la muerte es uno de los temas sombríos que achican y repelen al ser humano", señaló, criticando la tendencia social a evitar la conversación sobre el final de la existencia por no ser "políticamente correcto". Frente a esta actitud evasiva, destacó la frontalidad y el coraje de Santa Teresa. "Santa Teresa habla de frente y por la cara, y con un valor que nos estremece", aseveró el sacerdote.

Para ilustrar esta postura, Gutiérrez recurrió a los versos inmortales de la Santa: "Vivo sin vivir en mí y en tan alta vida espero que muero porque no muero. Porque estoy deseando morir". Estas palabras, calificadas por el sacerdote como "tremendas", revelan una perspectiva que "al mundo le estremece escuchar". Lejos de un anhelo morboso, la Santa expresaba un profundo deseo de unión con Dios, llegando a pedir: "Señor, o morir o padecer, no os pido otra cosa para mí". Incluso el sonido del reloj se convertía para ella en un consuelo, "porque me parece que me allego un poquito más para ver a Dios".

El anhelo de trascender la "cárcel" terrenal

La homilía profundizó en cómo Santa Teresa logró no solo no temer a la muerte, sino desearla activamente. No se trataba de un juego intelectual, como el del caballero de Bergman jugando al ajedrez con la Parca, sino de una acogida anticipada. Gutiérrez citó el 'Libro de la Vida': "Tuve también poco miedo a la muerte, a quien yo siempre temía mucho, y ahora paréceme facilísima cosa para quién sirve a Dios, porque en un momento se ve el alma libre de esta cárcel y estos yerros en que el alma está metida".

Esta "cárcel" y estos "yerros" representan las limitaciones del espacio, el tiempo y las ataduras mundanas. "El deseo teresiano era volar libre", trascender las circunstancias que encogen el alma. Gutiérrez advirtió que aquellos "atados a estos yerros, a esta cárcel, a este espacio y a este tiempo y a estas circunstancias, siempre moriremos agobiados, llenos de miedo, de terror, por lo que estamos perdiendo y sin pensar en lo que podemos ganar". La clave, por tanto, reside en desapegarse de lo terrenal para abrazar la perspectiva de una ganancia superior.

Las cuatro claves de Santa Teresa para desear la muerte

El núcleo de la intervención de Florentino Gutiérrez se centró en desvelar las razones que sustentaban la valiente y anhelante actitud de Santa Teresa ante la muerte. "Podemos preguntarnos, entonces, por las razones que tenía la santa doctora para enfrentarse a la muerte, tan animosa y tan valiente, y a ver si nosotros lo podemos hacer de la misma manera", propuso el sacerdote antes de enumerar cuatro motivaciones fundamentales extraídas de los escritos teresianos.

Un legado de esperanza ante el tránsito final

En la conclusión de su homilía, Florentino Gutiérrez enfatizó que Santa Teresa nos enseña a contemplar la llegada de la muerte "con firmeza, con esperanza". Este legado, afirmó, implica una responsabilidad para los creyentes: "ayudar también a los hermanos, a los familiares, a los amigos, a que reciban la muerte con esa serenidad, con esa paciencia, con esa esperanza".