En primer lugar voy a hacer solo una referencia del mundo de la medicina: José Ramón Calvo, académico de la Real Academia de Medicina del País Vasco y académico de número y presidente del Instituto de Cooperación Internacional de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), pronunció el pasado 9 de diciembre, en el marco de las Jornadas de Medicina Lanzarote 2024 de la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote, de la que es vicepresidente, la conferencia “El estrés: asesino silencioso”.
Ahora bien, una vez puestos en contexto a mis lectores/as, vamos a lo que nos interesa en nuestra vida cotidiana, si podemos evitarlo y cómo, si somos los generadores inconscientes de ese estrés asesino y un largo etcétera. Como verán, mucho de su capacidad de tumbarnos como seres humanos (al estrés me refiero) depende de nuestra conducta y cómo gestionamos nuestra parte emocional.
El error de creernos que por correr todo el día somos más productivos
En los últimos años hemos conocido estadísticas alarmantes, que vinculaban aproximadamente el 50% de las bajas médicas por enfermedades que directa o indirectamente estaban relacionadas con el estrés. La cuestión es entonces, cómo hacer para “romper” con el ciclo de estrés en nuestras actividades profesionales. No sólo en la oficina, sino toda la actividad que nos tiene, dicho de manera prosaica, “de arriba para abajo y de abajo para arriba”.
Creemos que por estar todo el día corriendo, tratando de llegar a reuniones que nos damos cuenta no podremos ser puntuales, intercalando una comida con un cliente y después siguiendo a la carrera para regresar al despacho, contestar e-mails y muchas cosas más, que por todo esto que hacemos, somos altamente productivos y eficientes. ¡Craso error! Lo único en lo que sí estamos siendo muy eficaces, es en subir nuestra tensión arterial, el ritmo cardíaco, respiramos mal, comemos mal y también digerimos mal. Este es un cuadro típico de generación, al mismo tiempo, que de acumulación de estrés.
Soportando una carga superior a la que podemos soportar
El estrés puede matarte. Pero, además, es como si fuera una gripe: es contagioso. ¿Por qué? Porque los ambientes cargados de tensión y estrés, no depositan la cuota parte que cada organismo y mente humana está en condiciones de soportar. ¡No! Siempre lo superan.
Es que no te darás cuenta –casi nadie lo hace- y estarás soportando una carga muy superior a la que tu mente y cuerpo puedan permitirse asimilar. Esto es algo parecido a la contaminación, incluso la acústica.
Me comentaba un colega que ha estado sometido a un tratamiento severo para poder reducir su nivel de ansiedad y los ataques de pánico que solían darle, que ha mejorado porque en uno de los típicos atascos de Madrid, estando en un taxi, no tuvo necesidad de bajarse por esa sensación de ahogo que le daba en otras ocasiones. O sea, que estaba contento, porque ya no surgía repentinamente ese pánico que le había hecho bajarse tantas veces de los taxis como buscando oxígeno.
La cuestión es que en algo ha mejorado, pero le pregunté por qué seguía con su agenda tan apretada como la tenía antes, y me respondió: “es que no tengo otra opción. Es mi trabajo”.
Somos responsables de autogenerarnos estrés
Y este es el momento en que cometemos el error de dejarnos llevar por este flagelo del tiempo actual. Por tanto, he aquí el principal responsable de generarnos estrés: nosotros mismos, desde el mismo momento que asumimos que lo que estamos haciendo no puede hacerse de otra manera. Que es inviable reconducir nuestras actividades para que nos generen una vida un poco más sana.
En algunos momentos, habrás sentido la sensación de tener que salir a darte un paseíto y tomar una caña, para romper con ese círculo perniciosos de tensión, pedidos y o solicitudes internas o externas para ya mismo, informes que no se acaban, datos con los que no cuentas, reuniones en las que se pierde tiempo porque no están bien programadas y un largo etcétera. De todo esto, se saca otra conclusión interesante, que es uno de los factores que generan más estrés: ser conscientes del mal uso que estamos haciendo del tiempo.
Pero más “frenéticos” nos ponemos, cuando esta lastimosa pérdida de tiempo nos la están generando otras personas, ya sea por incompetencia o porque sencillamente se han administrado mal los trabajos y responsabilidades que se fueron delegando.
El desorden un buen aliado del estrés
O sea, que si hay un responsable directo de la mala gestión del tiempo es el líder de equipo y/o en su caso, el director de departamento, que no ha puesto orden en la asignación de recursos humanos y materiales para que las cosas se hagan con una agenda, que exista una planificación y una ejecución en el orden que tienen que ser implementadas las acciones. ¡A que te suena eso de la improvisación…verdad! Un mal lamentablemente muy generalizado.
Cuando existen errores en la planificación, asignación de recursos y tareas, son también estos silenciosos impulsores del estrés los que, a su vez, se convierten en “ladrones del tiempo”. Siempre para estas circunstancias, hay que buscar un responsable muy próximo a nuestro entorno, para ver si somos capaces de romper con ese círculo de generación de estrés.
Estrés y bajo rendimiento personal
Existe también otra lectura para esta “enfermedad contagiosa”, que es que cuando estás estresado, tiendes a tomar decisiones que finalmente ni a ti mismo te satisfacen, porque tu nivel de concentración y productividad han bajado. Sientes fatiga física y mental. Y dicho con todas las palabras, hay días que piensas –a veces se lo dices a su círculo más íntimo- “hoy no puedo con mi cuerpo”.
Si no lo atajas, si no eliminas de raíz esa sensación de dolor en las piernas que pareciera que hubieses corrido una carrera de fondo, el estrés, tu enemigo implacable, puede destruir tu salud y arruinar tu carrera. Pero tienes que darte cuenta que lo más fácil, es dejarse controlar por el estrés en vez de que seamos nosotros los que lo controlemos a él.
En cuanto entras en esa rutina que hemos descrito, puedes estar convencido (tu percepción) que atiendes a reuniones, que asumes tus responsabilidades y que lo tienes controlado, pero te estás engañando, ya que en realidad es el estrés el que está regulando tu vida.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.