Referente en Castilla y León, esta cita transforma Palencia en un museo fotográfico con artistas que exploran el nomadismo humano bajo el lema 'Todos somos nómadas'.
La ciudad de Palencia vuelve a transformarse en un vasto museo al aire libre y en espacios cerrados con la inauguración de la quinta edición del Festival Internacional de Fotografía de Castilla y León (FIFCyL). Desde el pasado 30 de abril y hasta el próximo 1 de junio, el certamen invita a reflexionar sobre el movimiento inherente al ser humano bajo el elocuente lema "Todos somos nómadas", presentando el trabajo de 15 artistas en 20 exposiciones distribuidas por 13 emblemáticos espacios, tanto interiores como exteriores.
El concepto central de esta edición, "Todos somos nómadas", ahonda en el constante desplazamiento que ha caracterizado a la humanidad desde sus orígenes. Como recuerda la organización, desde que el Homo erectus partió de África hace aproximadamente 1,5 millones de años, la necesidad de moverse ha sido un motor fundamental en la configuración de culturas y civilizaciones. Este impulso, lejos de atenuarse, sigue vigente en la actualidad, motivado en gran medida por razones económicas, políticas, medioambientales y bélicas.
La selección de artistas para esta edición del FIFCyL ofrece un crisol de miradas sobre este fenómeno universal. Un ejemplo de viajero incansable fue el cubano Jesse A. Fernández (1925-1986), quien desde los siete años inició un periplo que le llevó de Cuba a Asturias, para luego regresar a su isla natal tras la Guerra Civil. Su vida transcurrió entre La Habana, Nueva York, Madrid y París, forjando su fama de "artista nómada" y "cubano universal", y dejando una prolífica galería de retratos de figuras clave de la cultura del siglo XX, muchos de ellos, como él, espíritus errantes.
La fotografía documental de la estadounidense Mary Ellen Mark (1940-2015) se adentra en la idea de lo transitorio y la movilidad, tanto física como emocional. Su objetivo se centró en aquellos que, por elección o necesidad, viven al margen de la sociedad, desvelando sus luchas internas sin emitir juicios. De forma similar, el proyecto "Passengers" de César Dezfuli (1991) retrata a migrantes rescatados en el mar, bajo el mismo encuadre y con el mar de fondo, una obra que mereció un prestigioso premio World Press Photo en 2023.
El mar también sirve de telón de fondo en la obra de la británica Mandy Barker (1964), quien evidencia los 12 millones de toneladas métricas de plástico vertidas anualmente en los océanos, un deterioro intrínsecamente ligado al desplazamiento humano. Por su parte, el croata Frank Horvat (1928-2020), hijo de médico húngaro y madre austriaca, hizo de París su hogar y exploró diversas culturas del mundo a lo largo de seis décadas, con una obra elegante e introspectiva, a menudo centrada en la figura femenina.
La emigración gallega hacia América a finales de los años 50 y principios de los 60 fue documentada por Alberto Martí Villardefrancos (1922-2017) desde su Coruña natal. En la misma tierra, Galicia, se sitúa la poética obra de Vicente Fraga (1978), un lamento por la forma de vida rural en vías de extinción, esa "España vaciada" que también atrajo la mirada del fotógrafo argentino Sebastián Bruno (1989), quien recorrió las cinco provincias manchegas siguiendo los pasos de Don Quijote.
Un enfoque más íntimo presenta Alfredo Cáliz (1968) con “We” in Ireland, un diario visual de los veranos familiares en Irlanda. El dúo experimental Northwest, formado por Mariuca García-Lomas e Ignacio Simón, nos arrastra por las aguas de distintos fluviales de Europa en su pieza audiovisual "¿Qué es un río?", un símbolo del nomadismo y el tránsito de paisajes, memorias y culturas.
Nicolás Combarro (1979) reflexiona en "La materia del silencio" sobre la arquitectura como forma de resistencia frente a condicionantes económicos, sociales o políticos en la Europa de los años 30 y 40. La mexicana Graciela Iturbide (1942) huye del realismo para explorar las raíces indígenas de su país, adentrando al espectador en un universo cargado de símbolos y resonancias universales.
Su compatriota, Alinka Echeverría (1981), retrata en "Camino al Tepeyac" a los fieles que cargan con la Virgen de Guadalupe, un peregrinaje que representa la relación entre fe, identidad y memoria colectiva. Las flores de Laura Martínez Lombardía (1975) también experimentan un proceso de nomadismo y cambio: germinan, florecen y se marchitan, con flores exóticas que se integran en la belleza de nuestro entorno.
Este recorrido temático culmina con la exposición "De 1900 a nuestros días", que entrelaza anécdotas visuales del pasado con narrativas del presente. En cada retrato, paisaje o escena de vida cotidiana, late la esencia del nómada, ese impulso ancestral que define al ser humano y le lleva, una y otra vez, a recorrer el mundo, a encontrarse en la mirada del otro y a dejar huellas que trascienden el tiempo.
El Festival Internacional de Fotografía de Castilla y León se consolida así como una cita ineludible para los amantes de la fotografía y para aquellos interesados en las narrativas visuales que exploran la condición humana. Una oportunidad única para recorrer el mundo a través de la mirada de estos 15 creadores.
Para más detalles sobre las exposiciones, los artistas, los espacios y horarios, pincha aquí.