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El castillo salmantino, construido por un señor feudal del siglo XV, a punto de derrumbarse por el abandono y el vandalismo
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El castillo salmantino, construido por un señor feudal del siglo XV, a punto de derrumbarse por el abandono y el vandalismo

Actualizado 09/05/2025 18:45

La fortaleza, erigida en 1453 por Fernando de Tejeda para asegurar su jurisdicción frente a Salamanca, sufre un deterioro constante debido a la ausencia de medios para su mantenimiento, la acción de los elementos y el vandalismo.

El Castillo de Tejeda y Segoyuela, ubicado en la provincia de Salamanca y catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), representa un singular ejemplo de la arquitectura defensiva del siglo XV. Su construcción, impulsada en 1453 por Fernando de Tejeda, señor de la villa, no respondía a la necesidad de protegerse de invasiones externas, sino de afianzar su propia jurisdicción civil y criminal frente a la de Salamanca y controlar las revueltas populares.

Esta particularidad histórica se refleja en una estructura que, pese a su valor patrimonial, se encuentra actualmente en un estado de progresiva ruina, tal y como recoge la listaroja de Hispania Nostra. La falta de recursos económicos por parte de la propiedad para acometer las necesarias obras de consolidación y restauración ha derivado en un abandono que agrava su situación día a día.

La decisión de Fernando de Tejeda de levantar la fortaleza fue una clara muestra de su poder y su intención de mantener una autonomía jurisdiccional. El castillo fue concebido, por tanto, como un instrumento de afirmación de autoridad sobre la propia población. La influencia de los Tejeda se extendía incluso al ámbito eclesiástico, como evidencia la existencia de un convento de la orden franciscana a escasos metros del castillo, que actualmente comparte titularidad con la fortaleza.

Arquitectónicamente, el castillo se caracteriza por una gran torre del homenaje de planta rectangular, que originalmente contaba con suelos de madera, troneras para artillería y remate almenado. Esta torre se inscribía en un recinto cuadrado de 23 metros de lado, con cubos defensivos en las esquinas y uno adicional protegiendo el acceso. Las estancias se adosaban al interior de la muralla, y externamente existía una barbacana, hoy desaparecida, y un foso. La construcción se realizó principalmente con pizarra y mortero, utilizando granito en las esquinas para reforzar la estructura.

Deterioro y pérdida de elementos constructivos

El paso del tiempo y la falta de intervención han hecho mella en el Castillo de Tejeda y Segoyuela. Hasta 1965, la fortaleza conservaba una tercera pared que servía de entrada principal, con su correspondiente puente y foso, además de caballerizas. De estos elementos, hoy solo quedan vestigios de la torre principal y del recinto fortificado.

El estado de conservación actual es crítico. El edificio sufre una pérdida continua de material constructivo debido a su exposición a las inclemencias meteorológicas, el avance de la vegetación invasiva que desestabiliza los muros y los daños causados por actos vandálicos. Pese a los intentos del propietario por mantenerlo, la magnitud de la inversión requerida supera sus posibilidades.