Restaurado el relicario que abraza el corazón de Santa Teresa
Esta joya de orfebrería, diseñada por Sebastián Herrera Barnuevo y donada por el Duque de Tarsis en 1671, combina plata, oro y piedras preciosas en una estructura que representa la transverberación de la santa.
El corazón incorrupto de Santa Teresa de Jesús, símbolo de su profunda vida espiritual y de la célebre visión de la transverberación, se custodia en un extraordinario relicario en el Monasterio de la Anunciación del Carmen de las MM. Carmelitas Descalzas en Alba de Tormes. Esta pieza, de 63 x 33 x 33 cm, es una obra maestra de la orfebrería barroca española.
Según la tradición conventual, el corazón fue extraído por médicos de la Universidad de Salamanca durante el proceso de beatificación de la Santa (1591-1614) para confirmar su incorrupción. El suntuoso relicario que hoy lo alberga fue una donación de Juanetín Duna (o Doria), Duque de Tarsis, en 1671, aunque algunas fuentes conventuales apuntan a que su llegada pudo ser unos años antes, en 1663.
La Basílica de la Anunciación de Alba de Tormes ha acogido esta tarde la presentación de los trabajos de restauración del relicario del corazón de Santa Teresa de Jesús. El prior de los Carmelitas Descalzos de Alba de Tormes y Salamanca, Miguel Ángel González, fue el encargado de presentar un acto en el que han intervenido el restaurador Ricardo Plaza y el profesor Manuel Hernández.
"Hemos recuperado el relicario con una belleza extraordinaria y sobresaliente, agradecemos mucho el trabajo realizado con gran profesionalidad y con inmenso cariño por el Padre Tito", explico el prior. Miguel Ángel González tuvo palabras de agradecimiento para la alcaldesa de Alba de Tormes y también para Caja Rural por su colaboración económica para la restauración de la pieza.
"Se trata de una obra excepcional, de las que hay muy pocas en el mundo. Y tras su restauración no parece el mismo, la intervención del Padre Tito ha sido excepcional, exquisita, no se ha alterado la pieza", comenzó explicando Manuel Hernández. Por su parte, el Padre Tito admitió haber realizado la restauración "como un gran privilegio y una gran responsabilidad".
Un diseño magistral de Herrera Barnuevo
La traza del relicario es obra del prestigioso artista madrileño Sebastián Herrera Barnuevo (1619-1671), una figura polifacética que personificó el modelo de artista universal, llegando a desempeñar simultáneamente los cargos de maestro mayor de las Obras Reales y Pintor de Cámara. Su excelente dominio del dibujo queda patente en esta pieza.
El diseño original, que Harold E. Wethey fechó hacia 1655 y atribuyó por primera vez a Herrera Barnuevo, se conserva actualmente dividido entre la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y la Biblioteca Nacional. El platero que ejecutó la obra guardó una notable fidelidad al dibujo original, modificando solo algunos aspectos decorativos.
Iconografía y detalles artísticos del relicario
La estructura del relicario, realizada en plata, adopta la forma de un baldaquino ahuecado, un modelo de gran éxito en la platería española de la época. Descansa sobre un basamento de planta cruciforme adornado con acantos y cabezas de ángeles dorados. Dos pilares cajeados sostienen una cornisa que se curva en un arco de medio punto, y en su base, dos parejas de ángeles portan arco y flecha, en clara alusión a la transverberación.
Sobre la cornisa, otros dos ángeles de bulto sostienen filacterias con las inscripciones "TERESA DE JHS" y "JHS DE TERESA", curiosamente invertidas respecto al dibujo original. Coronando el arco, un grupo escultórico de gran barroquismo ilustra el momento en el cual un ángel se dispone a clavar la flecha en el corazón de Santa Teresa.
El fanal destinado a contener la venerada reliquia adopta también la forma de corazón y es de cristal. Reposa sobre un pie circular de plata con detalles en oro blanco y piedras preciosas engastadas. El expositor va timbrado con una corona que combina oro blanco con piedras, y un sol en plata dorada con engastes de rubíes y esmeraldas, donde originalmente el diseño preveía una representación de la paloma del Espíritu Santo.
Historia y donantes de la preciada obra
Fue el historiador José Lamano y Beneite quien, en 1914, basándose en documentos del proceso de institución de la fiesta de la transverberación, identificó al donante como Juanetín Doria, III duque de Tarsis. El relicario fue traído al convento de Alba de Tormes por el entonces obispo de Casano, fray Alonso de Balmaseda. Este hecho quedó recogido en crónicas conventuales, como la que narra el conocido "Milagro de la lámpara", ocurrido durante la misa de la santa en 1671 con motivo de la llegada de la joya.
A lo largo de su historia, la obra ha recibido añadidos, como la corona de oro y piedras de estética neobizantina que en el año 1878 regaló doña Beatriz de Borbón, madre de Carlos VII, para ser colocada en el relicario. Consta que ese mismo año, tanto este relicario como el del brazo de la Santa fueron sometidos a una limpieza por un platero salmantino, sufragada en parte por el obispo de Salamanca de la época, Narciso Martínez Izquierdo.
