Los hechos ocurrieron entre los años 2011 y 2017, aprovechando las estancias de las menores en su domicilio
Un total de 25 años de prisión por agresión sexual a sus dos nietas cuando eran menores. Ese es el resumen de la sentencia de la Audiencia Provincial de Salamanca, tras el juicio en el que se ha probado que el acusado, un salmantino sin antecedentes penales, entre los años 2011 y 2017, aprovechó las estancias de sus nietas, que tenían 8 y 9 años en 2011, para abusar sexualmente de ellas.
En concreto, el texto judicial que una de ellas "se sentaba en su regazo mirando hacia la tele, cuando se quedaba a solas con él", momento en que el acusado "le tocaba por la espalda, brazos y distintas partes del cuerpo, metiendo la mano por debajo de la camiseta hasta llegar a tocarle ambos pechos con la disculpa de que la menor tenía un bulto en uno de ellos, repitiéndose esta conducta en varias ocasiones en que estaban solos en el domicilio diciéndole que era para comprobar si le había crecido el bulto".
Además, "en alguna de estas ocasiones, sin poder precisar número pero a partir de que la nieta tenía ocho o diez años, el acusado también le metió la mano por debajo de su ropa interior, tocándole la zona genital, llegando a introducirle dos dedos en la vagina sin saber ésta cómo reaccionar". Posteriormente, cuando la chica tenía 15 años dejó de ir a pernoctar en casa de sus abuelos, cesaron a partir de entonces los tocamientos.
En cuanto a su prima, "desde que tenía aproximadamente ocho años, cuando iba a visitar a sus abuelos durante los fines de semana y, más reiteradamente durante los años siguientes en los que estuvo residiendo con sus abuelos, lo que tuvo lugar cuando hacía primero o segundo de la ESO, el acusado la sentaba encima de sus rodillas, estando ella de espaldas hacia el abuelo mirando hacia la televisión y, aprovechando las salidas de la abuela del domicilio, le tocaba la espalda y por arriba, llegando a tocarle los pechos con la disculpa de comprobar si le había crecido el bulto que al igual que su prima también tenía en uno de ellos, tocándole también la zona genital, llegando en alguna ocasión a introducirle los dedos en la vagina sin poder precisar el número de veces que se los introdujo".
Además, un día "mientras se estaba duchando, entró su abuelo en el cuarto de baño y se la quedó mirando, cerrando ella la mampara. En otra ocasión, se tumbó con ella en la cama y acercándose a la misma, se bajó el pantalón y el calzoncillo y le cogió la mano, poniéndosela sobre su pene, moviéndola de arriba abajo hasta que ella se lo apretó fuerte y el acusado. A veces, el acusado también le daba a besos de tornillo introduciéndole la lengua en la boca".
Por todo ello, se ha condenado al acusado como autor criminalmente responsable de dos delitos continuados de Agresión sexual sobre víctima menor de dieciséis años con abuso de situación de vulnerabilidad a las penas de DOCE AÑOS, SEIS MESES Y UN DÍA DE PRISION por cada uno de los delitos. Es decir, a un total de 25 años de cárcel.